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La actividad empresarial de la eurozona pierde impulso y marca su mínimo en cinco meses

El sector manufacturero se mantiene en territorio restrictivo, mientras que los servicios siguen creciendo, aunque a un ritmo cada vez más lento, según el índice PMI

Port of Valencia
Contenedores en el puerto de Valencia.Mònica Torres
Selina Bárcena

Las sucesivas subidas de tipos están poniendo fin a la primavera de la actividad empresarial en la zona euro. Tras unos meses —sobre todo en marzo y abril— que apuntaban a que la actividad remontaba, en mayo la producción comenzó a resentirse y en junio el flash del PMI Compuesto de la Actividad Total de la Zona Euro marcó 50.3 puntos. El flash PMI (por las siglas en inglés de Purchasing Managers’ Indexes) es un indicador adelantado de la evolución económica que se elabora mensualmente por la firma S&P Global. Se basa en la información original obtenida a través de las encuestas remitidas a un panel representativo de más de 5.000 empresas pertenecientes al sector servicios y al sector manufacturero de la zona euro. Una cifra por encima de 50 indica un aumento de las ventas y por debajo, una contracción.

El retroceso de este indicador es de 2,5 puntos con respecto al dato del mes anterior, lo que supone la caída más marcada de los últimos doce meses. Aunque se mantiene en territorio expansivo, la actividad se reduce debido a la caída de los nuevos pedidos, lo que hace pronosticar a los analistas un nuevo retroceso en el mes de julio.

“El sector manufacturero siguió siendo la principal fuente de debilidad”, apunta el informe. La razón es que la producción industrial cae por tercer mes consecutivo y lo hace al ritmo más rápido desde 2022. De nuevo, la contracción de la demanda de pedidos es el principal lastre y deja el índice compuesto en este ámbito en los 44,6 puntos, es decir, en territorio contractivo. Por su parte, el sector servicios, que parecía aguantar el pulso a la inflación y a las subidas de tipos —llegando a alcanzar un máximo de crecimiento en abril—, se contrae 2,7 puntos con respecto a mayo y marca un PMI de 52,4 en junio. Este tropiezo se debe, según el documento, a la pérdida de nuevos pedidos y a un “modesto” aumento en la demanda.

La reducción de la demanda ha propiciado un aumento de los descuentos en el sector manufacturero, por lo que los precios medios de compra caen en esta rama por cuarto mes consecutivo. En el sector servicios, en cambio, el coste de los insumos aumenta impulsado, según el informe, por las presiones salariales.

En cuánto a la inflación, la tasa media en los costes de los insumos de ambos sectores se desploma hasta su mínima desde diciembre de 2020. “La reducción del ritmo de crecimiento de los costes se tradujo en una menor inflación de los precios de venta”, apunta el documento. Así, los precios cobrados por los productos industriales cayeron por segundo mes consecutivo e indicaron su mayor declive en los tres últimos años. Las tarifas promedio cobradas por los servicios volvieron a aumentar intensamente, aunque la tasa de inflación se atenuó en su mayor medida desde 2008 si se excluyen los meses de confinamiento de principios de 2020.

Para Cyrus de la Rubia, economista jefe del Hamburg Commercial Bank, que bajen los precios de venta es una buena noticia, pero no es suficiente para propiciar un golpe de timón en la política monetaria. “Si el BCE solo tuviese que controlar los precios de los productos, en Fráncfort se celebraría el fin de la inflación, puesto que aun en junio la encuesta del PMI señala que los precios de compra y de venta han caído significativamente. De hecho, dada la recesión en el sector manufacturero indicada por el PMI, habría que comenzar a recortar los tipos de interés. Pero esta no es la imagen completa. En la porción más importante de la economía, el sector servicios privado, los precios siguen al alza, y es por ello que la tasa básica de inflación tarda tanto en bajar”, concluyó.

Por países, al analizar el crecimiento en la zona euro, Francia es el país que registra las caídas más acusadas, debido a las huelgas y a las consecuencias de estas en la producción empresarial. La caída de la actividad total fue la más intensa desde febrero de 2021 y fue generalizada en el sector manufacturero y en el de servicios en su conjunto. En Alemania, los datos también dan señales de estancamiento, con una “desaceleración cada vez más severa” en el sector manufacturero y un leve repunte del sector servicios, que basta para compensar la caída de la industria. Para el conjunto de la región la expansión siguió perdiendo ímpetu y esa tendencia deja un panorama complicado de cara al próximo informe de julio.

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