La nueva cúpula de Cellnex se propone un crecimiento orgánico y la reducción de deuda
La Junta de Accionistas ratifica el nombramiento de Marco Patuano como consejero delegado y despide al hasta ahora primer ejecutivo, Tobías Martínez
Tobías Martínez, hasta hoy consejero delegado de Cellnex, cogía cada año entre 150 y 200 aviones. Dormía muchos días fuera de casa y trataba de llevar la empresa de la forma más presencial y personal posible. “Era una vida dura”, ha dicho este jueves en la rueda de prensa previa a la Junta de Accionistas de la compañía que cotiza en el Ibex 35. Pero el sacrificio, asegura, ha valido la pena. Martínez se ha despedido de los accionistas tras ocho años como primer ejecutivo al frente de una empresa que ha crecido hasta situarse como el principal operador de infraestructuras de telecomunicaciones en Europa. La Junta también ha ratificado los cambios propuestos por el Consejo de Administración, que tras meses de tensiones terminó por nombrar por unanimidad a Marco Patuano como nuevo consejero delegado. Cellnex abre así una etapa que, marcada por el entorno económico actual, estará centrada en el crecimiento orgánico, la reducción de deuda y el fin de la larga etapa de expansión y adquisiciones que le han dado a la empresa su tamaño actual: ha pasado de operar 7.000 emplazamientos y torres de telecomunicaciones solo en España, a más de 135.000 en 12 países.
Cuando Martínez anunció, el pasado mes de enero, que dejaría su puesto el 3 de junio, explicó que su decisión se debía a la necesidad de la compañía de adaptarse al nuevo entorno económico. El fin de los tipos de interés bajos o negativos, y la subida acelerada de los tipos para luchar contra la inflación, obligó a una empresa como Cellnex a cambiar su estrategia. La compañía, fundada en 2014 en el seno de Abertis, que al año siguiente salió a Bolsa, había basado su expansión en adquisiciones que soportaba con apalancamiento. Entonces el entorno, con los tipos de interés bajos, lo incentivaba, y la empresa podía continuar con su crecimiento inorgánico —en todo este tiempo ha gastado 35.000 millones en compras— aunque eso significase registrar pérdidas, sin temor a los mercados, que apreciaban esta estrategia. Pero la pandemia, la crisis energética y de suministros, y la guerra de Ucrania cambiaron el escenario, y Martínez consideró que era necesario pasar el testigo a un nuevo consejero delegado para afrontar esta nueva etapa centrada en el crecimiento orgánico y el desapalancamiento. “La palabra clave es adaptación, el contexto es diferente para todos, y las compañías tenemos que adaptarnos. Afortunadamente, esto coincide con un momento en el que no hay oportunidades encima de la mesa para seguir creciendo mediante operaciones”, ha explicado Martínez.
La decisión de dejar el cargo no fue repentina —”fue un proceso, llega un momento en que ves que las necesidades de la compañía son diferentes, el proyecto está por encima de todo, y vi que cuando antes se hiciese el relevo, sería mejor para todos”, ha explicado— y la intención era que la transición para elegir un nuevo consejero delegado fuese ordenada y serena. Ha sido todo lo contrario: el retraso en el fichaje de un nuevo primer ejecutivo llevó al fondo TCI, liderado por el inversor Chris Hohn, a ampliar su participación en el accionariado hasta situarse como el primer accionista. Desde esta posición, TCI forzó el relevo del presidente del Consejo, Bertrand Kan, que más tarde dejó también su puesto en el Consejo junto con otro consejero. Fue nombrada presidenta Anne Bouverot, que era consejera independiente de Cellnex, había sido directora general de la GSMA y había ostentado varios cargos en Orange. La nueva composición del Consejo permitió desbloquear el fichaje de un consejero delegado, y se escogió a Marco Patuano, que procede de la operadora de telefonía italiana TIM y había sido presidente de Cellnex.
Tras meses de tensiones en el Consejo y esta revolución, Cellnex puede dar por cerrada esta etapa, después de que la Junta de Accionistas Ordinaria haya ratificado el nombramiento de Patuano. La Junta, celebrada en Madrid, también ha aprobado las cuentas del año pasado y ha aprobado la ampliación del Consejo de Administración de 11 a 13 miembros. El Consejo estará formado por nueve consejero independientes, tres consejeros dominicales (uno de TCI, otro de Edizione y otro de GIC, los tres accionistas de referencia— y un consejero ejecutivo. También se ha aprobado continuar con la actual política de remuneración al accionista, incrementando el dividendo un 10% para los ejercicios de 2023 y 2024, aunque la presidenta ha abierto la puerta a aumentar el dividendo o recomprar acciones en el futuro.
La nueva etapa está marcada por dos grandes retos: reducir la deuda para obtener la calificación de grado de inversión por parte de Standard & Poor’s en 2024, y llegar a una generación de cash flow libre positivo también el año que viene. “Un sólido balance también garantizará que estemos preparados para las futuras oleadas de crecimiento en el sector”, ha dicho Bouverot a los accionistas, que ha explicado que una de las opciones que están sobre la mesa es dar entrada a participaciones minoritarias en algunos de los negocios. El ejercicio de 2022 cerró con una deuda de 16.900 millones de euros. Los ingresos de ese año fueron de 3.499 millones (un 38% más que el año anterior), y el resultado neto fue de 297 millones de pérdidas.
Martínez asegura no arrepentirse de ninguna de las operaciones que ha pilotado. “Siempre te queda algo por hacer en la vida, pero estamos convencidos de que cuando no hemos podido hacer un proyecto ha sido porque no se han dado las condiciones para desarrollarlo”, ha explicado, y ha añadido: “Creo que hemos sido capaces de innovar también en la apuesta de valor, y entender que el mercado europeo no exactamente igual que el de otros países. Hemos conseguido ejecutar el 90% de los proyectos analizados, esto es lo que más me ha enriquecido”. El hasta ahora consejero delegado ha asegurado que Cellnex es una compañía de largo plazo, lo que se traduce en la revalorización en Bolsa (la acción se sitúa sobre los 37 euros, un 127% más que hace cinco años). “Acertamos en el momento de crear Cellnex, que fue cuando los operadores empezaron a compartir entre ellos infraestructuras, ya que la cobertura había dejado de ser una ventaja competitiva entre los operadores. Cellnex, al ser un operador de infraestructuras neutral, puede monetizar estos equipamientos sin ningún potencial conflicto de interés, y eso nos convierte en un socio industrial a largo plazo para los operadores”, ha detallado Martínez.
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