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La política de Ryanair de cobrar las ensaimadas como equipaje de mano desata la polémica en Baleares

Los pasteleros de las islas consideran un “agravio comparativo” que la aerolínea solo permita transportar sin coste los dulces que se venden en el aeropuerto

Usuarios de Ryanair esperan en los mostradores de la aerolínea en el aeropuerto de Palma de Mallorca.
Usuarios de Ryanair esperan en los mostradores de la aerolínea en el aeropuerto de Palma de Mallorca.Atienza (efe)
Lucía Bohórquez

La imagen de turistas de toda procedencia y condición sujetando cajas de ensaimada por los cordeles que cierran la tapa y paseando por las terminales del aeropuerto de Palma son diarias. El típico dulce mallorquín se vende en más de 230 hornos de la isla en diferentes formatos y tamaños. Con interiores dulces o salados, lisas cuando no están rellenas, de tamaño familiar o para degustar en pareja, es uno de los recuerdos que más turistas eligen para regalar tras viajar a la isla. Eso pensó también una pareja mallorquina que viajaba a Alemania hasta que al llegar al mostrador de facturación de la compañía Ryanair les exigieron 45 euros a cada uno por llevar el tradicional dulce como equipaje de mano. Su tarifa no les permitía subir nada a bordo y las cajas fueron consideradas como un bulto más. Esas ensaimadas compradas en una pastelería de Porreres fueron degustadas con placer por el personal de limpieza del aeropuerto ante la negativa de la pareja a pagar 90 euros por subirlas al avión.

Aena concede libertad a las aerolíneas para aplicar sus propias políticas de equipaje, que varían de forma notable de unas a otras. Por ejemplo, mientras Vueling no permite subir equipaje de mano a la cabina del avión sin pagar por ello, Air Europa siempre la incluye de forma gratuita en sus tarifas. La polémica se ha desatado entre los hornos de las islas porque Ryanair considera que el dulce típico mallorquín es un bulto extra más, equiparando su tratamiento al de una maleta de mano a la hora de subir al avión. Se trata de una práctica que la compañía irlandesa realiza desde hace algunos años, pero que se ha endurecido en los últimos meses por lo que resulta imposible subir la caja al avión sin pagar. De hecho, ahora mismo la aerolínea solo permite acceder con una ensaimada sin pagar un coste adicional si ha sido adquirida en las tiendas del aeropuerto tras pasar el control de seguridad.

Mientras Ryanair aplica una política restrictiva y cobra hasta 45 euros por subirla al avión, Air Europa especifica en su página web que permite a cada pasajero transportar hasta dos ensaimadas empaquetadas de forma conjunta por persona en la cabina el avión sin coste adicional. Vueling también permite acceder con dos de estos dulces por persona mientras Iberia Express da el visto bueno a viajar con una caja por persona durante el trayecto. La caja típica que más se vende para viajar, de forma redonda u octogonal, tiene un diámetro que varía entre los 25 y los 30 centímetros.

El Gobierno de Baleares, a través de la Consejería de Turismo, Trabajo y Modelo Económico, junto con el Consell de Mallorca, están llevando a cabo gestiones para organizar una reunión entre Ryanair y la Asociación de Panaderos y Pasteleros de las islas que permita llegar a un acuerdo para que los pasajeros puedan acceder al avión con el recuerdo gastronómico sin pagar por ello. “La excepción en las aerolíneas es Ryanair, que considera las ensaimadas un bulto. Las otras compañías low cost en pleno verano no podemos decir que sean tan restrictivas como ella”, dice Josep Magraner, gerente de la asociación. Los pasteleros protestan porque la medida perjudica a todo el sector, que elabora más de 40.000 ensaimadas a diario, y beneficia únicamente al horno que tiene la concesión de todas las tiendas dentro del aeropuerto de Son Sant Joan.

Problemas con el ‘flaó'

Magraner afirma que también han tenido noticia de casos de cobro como equipaje de mano del tradicional flaó ibicenco, la tarta de queso y hierbabuena típica de la isla pitiusa que también se vende para llevar en cajas redondas de cartón. “Teniendo en cuenta que el hecho insular nos penaliza en todo, restringir el comercio de la ensaimada nos perjudica aún más. La gente viene aquí y la ensaimada es un producto que les gusta llevarse”, dice Magraner, que comprobó cómo en uno de los vuelos de la compañía desde el aeropuerto apenas había un par de turistas con cajas de ensaimada compradas en el mismo recinto.

En la asociación de consumidores de Baleares Consubal han recibido quejas por los impedimentos de Ryanair a la hora de acceder con ensaimadas al avión. “Tenemos muchas reclamaciones de clientes por su política de equipaje, sobre todo por no aplicar el descuento de residente en las maletas y por obligar a facturar”, dice su presidente, Alfonso Rodríguez, que sostiene que muchas veces el acceso con una ensaimada a sus aviones depende del personal de tierra y “del humor y disposición que tengan ese día”. Recomienda siempre leer bien las condiciones de la tarifa antes de contratarla, a pesar de las dificultades que, dice, ponen las aerolíneas a la hora facilitarlas de forma correcta en sus páginas web.

Desde la Asociación de Panaderos y Pasteleros esperan llegar a un acuerdo con la compañía, que este verano opera 84 rutas por toda Europa desde el aeropuerto de Palma, en una reunión que previsiblemente se celebrará la semana que viene. La ensaimada, que tiene la indicación geográfica protegida, seguirá siendo, a pesar de Ryanair, uno de los productos más comprados por los millones de turistas que llegan cada año a visitar el archipiélago. “Solo esperamos que nos permitan poner en valor un producto con historia y solera” concluye Magraner.

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Sobre la firma

Lucía Bohórquez
Colaboradora de EL PAÍS en las Islas Baleares. Periodista de la Cadena SER en Mallorca desde el año 2008, donde se ha especializado en temas de tribunales. Estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco.

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