La banca blinda a las grandes empresas para evitar la fuga de depósitos
Las entidades españolas se defienden con subidas concretas en la remuneración del pasivo. A los hogares, crece la rentabilidad media, aunque sigue en el vagón de cola en Europa
A río revuelto, ganancia de pescadores. Eso debieron pensar algunas fichas importantes del tablero financiero global cuando a mitad de marzo irrumpía la amenaza de una crisis bancaria a raíz los problemas del Silicon Valley Bank y Credit Suisse. Con la tormenta arreciando con fuerza, algunas entidades extranjeras apostaron fuerte en España: ofrecieron mejoras en la remuneración a las grandes empresas para robar clientes y ganar cuota. Según explican diversas fuentes del sector, este movimiento provocó la reacción de la gran banca española, que blindó a sus mejores clientes con subidas sustanciales de la rentabilidad por los depósitos.
Fuentes empresariales y del sector financiero cuentan que, en algunos casos, esa ofensiva comenzó antes incluso de los problemas del banco californiano. Las grandes compañías tienen capacidad para presionar a las entidades (tienen importes relevantes en cuenta, lo que les permite exigir). De hecho, suman cuantías muy por encima de los 100.000 euros que cubre el Fondo de Garantía de Depósitos en España. Es decir, en caso de quiebra del banco, su depósito no estaría garantizado al completo por el Estado.
“Las empresas han presionado a raíz de esta guerra comercial y han sacado tajada, porque casi todos los grandes bancos nacionales se han apuntado para no perder cuota”, explica una fuente empresarial que conoce de primera mano más de una docena de estas operaciones. Tenían la sartén cogida por el mango y los grupos financieros no podían dejar crecer el problema. Entre los grandes bancos españoles, además, hubo órdenes de no lanzar las redes para robar clientes a la competencia: “Es algo que podría empeorar el problema”, explican fuentes de uno de los grupos cotizados. Aunque algunas firmas foráneas no siguieron la misma estrategia.
Una vez arrancó el proceso de ofrecer una mejor remuneración, la banca ha sido proactiva y se ha dirigido a sus clientes premium, aquellos con grandes depósitos, para ofrecerles mejoras sustanciales. “Del doble o el triple de lo que tenían. Hay casos por encima del 3%”, explica un directivo de otra entidad. Este movimiento se ha enfocado principalmente en los clientes de empresa, precisamente aquellos a los que se cobró por tener los depósitos durante los años de tipos negativos. Es decir, no ha sido algo generalizado, según varias fuentes del sector: “Son casos puntuales, sobre todo con las empresas más grandes y más que por la crisis financiera se ha debido a la presión de las subidas de tipos de interés del BCE [están ya al 3,5%]”.
Estos cambios comerciales se producen en un momento en el que la banca española está a la cola de Europa en remuneración del ahorro. El sector sigue arrastrando los pies, al estar todavía cargado de liquidez. Si se compara con sus pares europeos, según los datos del BCE, España está en el vagón de cola de los que menos rentabilidad ofrecía en febrero de media (0,71%) para los depósitos a un año, muy por debajo del 1,85% de la zona euro. Las entidades más tacañas están siendo las de Eslovenia (0,36%) y las más generosas las de Italia (2,95%).
En los depósitos de hasta dos años a empresas no financieras, los bancos españoles cerraron febrero con una media del 1,67%, casi un punto por encima que a hogares y mucho más cerca de la media de la zona euro (1,94%). Italia vuelve a ser el país donde la rentabilidad es mayor (2,28%), también para empresas, aunque por debajo de lo que ofrece a familias, mientras que en la cola queda Chipre (0,50%).
Entre los particulares, el sector se mueve hacia una mejora de la remuneración del pasivo, aunque aquí la cocción se hace a fuego lento. “Esto puede generar un problema reputacional y no es sostenible en el tiempo”, sostiene Eduardo Areilza, director sénior de Alvarez & Marsal. Ya ha habido un incremento para este segmento, que se mantiene mes a mes, aunque donde se está notando es en los clientes con grandes patrimonios. “Para los ricos siempre ha habido mejores condiciones, porque tienen más fondos y porque pueden negociar mejor. Con el resto va más despacio, pero irá a más seguro por la presión de los tipos y para proteger la imagen de la banca”, reconocen fuentes del sector.
Base de depósitos minorista
Las entidades españolas habían llegado a ese conato de crisis bancaria en una posición mucho más sólida que en las turbulencias de 2008, tanto en solvencia como en liquidez. En este segundo parámetro (se mide con el LCR, el coeficiente de cobertura de liquidez), los grupos nacionales superan por el momento el examen con nota: “En la UE se sitúan en el 165%, los bancos españoles tienen el 184% y en Estados Unidos, donde se analiza solo a los grandes, están en el 118%”, explicó Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, durante la presentación de un informe del sector de la consultora PwC. Esto significa que las entidades españolas tienen activos líquidos como para aguantar un escenario de estrés, de muchas retiradas de depósitos, durante más de un mes.
A esto hay que añadir la cartera de depósitos del sector nacional, que se basa principalmente en los clientes minoristas (tienen algo más del 75% de los depósitos del país). Esto hace que estas cantidades se repartan entre un número muy grande de clientes, lo que les protege de fugas masivas. Para evitar esto, también es relevante el papel del Fondo de Garantía de Depósitos. Según el informe anual de 2022 del organismo, un 66,2% de los depósitos en España están cubiertos (cubre hasta 100.000 euros por cuenta). Es decir, no existe incentivo para mover el dinero porque, en caso de quiebra, están protegidos. Un contexto opuesto al del Silicon Valley Bank, que solo tenía un 5% de sus depósitos cubiertos.
Por entidades, según JPMorgan, el que menos depósitos minoristas tiene sobre el total que gestiona es el Santander (63%), seguido del BBVA (65%) y Bankinter (67%). Al otro lado, las que mejor posición tienen en este sentido son las antiguas cajas, según un informe de Alvarez & Marsal: Kutxabank, Ibercaja y Unicaja, todas en el 80% o por encima. “El segmento minorista ha contribuido recientemente tanto a una evolución positiva de la rentabilidad en un contexto de incremento de tipos de interés, como a una posición favorable de liquidez”, ha recordado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en diversas ocasiones tras la crisis de Silicon Valley Bank y Credit Suisse.
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