Descuentos y condiciones especiales: los bancos de Brasil ofrecen un mes de gracia para renegociar deudas

Convivir con la pesada mochila que representa una deuda es una realidad para muchos brasileños. Según el Servicio de Protección al Crédito de Brasil, el país tiene 65 millones de endeudados, más de la mitad de la población. Muchos tendrán la oportunidad de salir de esa lista de morosos este mes, ya que del 1 al 31 se organiza la Campaña de Negociación y Orientación Financiera, en que los bancos ofrecen condiciones especiales para saldar las deudas y evitar así los impagos. No vale para quienes tengan las cuentas de la luz atrasadas o no consiguen pagar un coche, se trata de una herramienta únicamente para quienes deben a los bancos, ya que es iniciativa de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), el Banco Central y órganos en defensa del consumidor.

Este tipo de campañas con una duración determinada son comunes en Brasil. No es raro ver, de vez en cuando, en las plazas de las ciudades grandes carpas donde una multitud de endeuda hace cola para poner al día sus números y salir de la lista de morosos. En la campaña del año pasado se revisaron 2,3 millones de contratos; en la anterior, 1,7 millones. La proporción de familias endeudadas aumentó del 66% al 77% entre 2020 y 2022, según datos oficiales.

La expectativa ahora es renegociar más contratos que entonces, según explica al teléfono el director ejecutivo de Ciudadanía Financiera y Relaciones con el Consumidor de Febraban, Amaury Oliva. “Hay un aumento de los endeudados, pero no tan abrupto a lo largo del tiempo. Lo que vemos es que las iniciativas que promueve el sector han mantenido el nivel de impago bajo control, no varió mucho respecto al nivel pre-pandemia. Es un esfuerzo para ayudar al consumidor en esa travesía (…) los impagos no interesan a nadie, ni al consumidor ni al banco”, dice.

Las condiciones dependen de cada entidad bancaria, pero normalmente consisten en una liquidación anticipada de la deuda con un buen descuento, poder pagarla en varias cuotas o refinanciarla en condiciones mejores. Toda la negociación puede hacerse por Internet. Para el abogado Luiz Philipe Ferreira de Oliveira, se trata de una oportunidad para librarse de restricciones, según comentaba al diario Correio Braziliense: “Es una gran oportunidad, sobre todo para las personas de menor renta, para reducir el valor de la deuda, de los intereses y multas. A partir del pago del primer plazo pactado, ya limpia su nombre en los órganos de protección del crédito, es decir, ya no tendrá ningún tipo de restricción”, apuntó.

Para este abogado, además de para hacer limpieza a gran escala, la actual campaña tiene también una función educativa. Según un índice desarrollado por la federación de los bancos, el 34% de los brasileños gasta más de lo que gana, y el 30% no sabe reconocer lo que es un producto financiero o una inversión. “Hay mucho margen para avanzar en términos de educación financiera”, dice.

Por eso, además de negociar, estos días los bancos ofrecerán charlas y cursos con afán preventivo. Pero para muchos brasileños, endeudarse no es una opción, sino la única salida: con más de 33 millones de personas pasando hambre y casi el 70% de los trabajadores ganando menos de 2.400 reales al mes (461 dólares o 434 euros) es realmente difícil mantener las cuentas al día.

La campaña de los bancos, no obstante, deja fuera a los llamados “superendeudados”, quienes no pueden saldar las deudas sin que eso afecte a los elementos más básicos para la supervivencia de su familia (alimentación o medicamentos, por ejemplo). En estos casos se recomienda que acudan a los órganos gubernamentales y de defensa del consumidor para acceder a otro tipo de vías, porque desde hace dos años existe una ley específica para ellos.

Pensando en estas personas y en el creciente problema del endeudamiento, el Gobierno trabaja en un programa bautizado como Desenrola, una de las promesas electorales del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Aunque los detalles se conocerán en las próximas semanas, ya se sabe que el plan contemplará a cerca de 40 millones de consumidores con deudas de hasta 5.000 reales y con una renta de como máximo dos salarios mínimos, incluyendo a los beneficiarios del programa social Bolsa Familia.

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