Sacyr vuelve a beneficios: ganó 110 millones en 2022 y aumentó un 25% su facturación
La división de concesiones y la inflación impulsan el negocio del grupo de construcción e ingeniería
Sacyr vuelve a beneficios. Tras haber registrado unas pérdidas de 189 millones de euros al cierre de 2021, la constructora ganó 110 millones el año pasado, y marcó récords en facturación —5.852 millones, un 25% más— y de resultado bruto de explotación (ebitda), con 1.502 millones (un 63% más). Las cifras, anunciadas este viernes antes de la apertura de los mercados, parecen haber convencido a los inversores, que están tratando bien a la compañía en Bolsa: sus acciones han llegado a apreciarse más de un 6% durante la mañana, y ha cerrado la sesión con un avance del 4,7%. “Es un ejercicio espectacular con unos resultados brillantes”, ha concluido el consejero delegado de la compañía, Manuel Manrique durante la presentación.
En 2021, el resultado neto de la compañía se vio directamente perjudicado por su participación en Repsol —el año pasado salió del capital de la petrolera española y obtuvo más de 70 millones—, y por su condena a pagar, junto a Albertis y ACS, 450 millones a Haitong Bank por las autopistas radiales de Madrid que acabaron en la quiebra. Aunque incrementó su facturación y su ebitda, no logró acabar el año en positivo. En 2022 cambiaron las tornas y, gracias a su negocio de concesiones, cerró el ejercicio con ganancias netas.
Junto a los resultados, la compañía ha publicado la remuneración de sus consejeros. Manrique percibió 6,8 millones de euros como presidente y consejero delegado, un 37,6% más que en 2021. De estos, 5,38 millones fueron en metálico, a lo que se suman 1,35 millones de euros en acciones por el bonus plurianual y otros 85.000 euros por otros conceptos.
Concesiones
La constructora ha ido girando su modelo de negocio hacia un mayor peso de las concesiones, y ya es el cuarto grupo en concesiones de transporte del mundo, según la clasificación PWF. Su crecimiento en 2022, señala la firma en el anuncio de sus resultados, se debe a la entrada en operación de varios tramos de autopistas y de concesiones. “Un detalle muy importante”, ha señalado el director financiero, Carlos Mijangos, es que todos los ingresos se vieron incrementados por la inflación. El año pasado, la compañía puso en operación las concesiones de varias autopistas en Italia, Chile y Colombia, así como El Tepual, el segundo aeropuerto chileno por número de pasajeros.
De los 54.755 millones de euros en proyectos que tiene en cartera —una cifra récord—, el 80% (43.885 millones) son concesiones. El 14%, 7.354 millones, corresponden a la división de ingeniería e infraestructuras y el 6% restante, por un valor de 3.516 millones, son servicios. Aunque la división de ingeniería le reporta más ingresos brutos, las concesiones son las que más rentabilidad le generan: casi 9 de cada 10 euros de ebitda de la compañía corresponde a las actividades concesionales. La división de infraestructuras se ha visto perjudicada por el aumento de precios de las materias primas.
Los ingresos de Sacyr procedieron en un 54% de Europa, en un 40% de Latinoamérica, en un 4% de Estados Unidos y el restante 2%, de otros países. Italia es el que mayores ingresos por concesiones le reporta (706 millones), seguido de Colombia y Chile, con alrededor de 490 millones cada uno. España se encuentra en la cuarta posición, con unos ingresos de 308 millones y un ebitda de 137 millones. El año pasado recibió tres nuevas adjudicaciones: un hospital en Reino Unido, la autopista Buenaventura-Buga y el canal del Dique, ambos en Colombia.
La deuda neta del grupo se ha incrementado un 24,5%, hasta los 7.490 millones de euros. Esta está destinada principalmente a la financiación de nuevos proyectos y, según ha indicado el director financiero, se pagará con los flujos generados por estos. Con todo, la compañía ha conseguido reducir su deuda neta con recurso —la que tiene un activo de la empresa como garantía— en 135 millones. Además, Sacyr adelanta que con su plan de desinversiones, lanzado a finales de 2022, cumplirá el objetivo de reducción de deuda al cierre de 2023, dos años antes de lo previsto.
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