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Vodafone cambia de consejero delegado en España, acuciada por la caída de ingresos y la falta de estrategia

Colman Deegan dejará el cargo el próximo 31 de marzo tras dos años al frente de la filial, en los que no pudo frenar la fuga de clientes ni cerrar la fusión con MásMóvil

Colman Deegan, que dejará el cargo de CEO de Vodafone España, en una foto de archivo.
Colman Deegan, que dejará el cargo de CEO de Vodafone España, en una foto de archivo.
Ramón Muñoz

El consejero delegado de Vodafone España, Colman Deegan, ha comunicado a la compañía su decisión de dejar su cargo el 31 de marzo, al que accedió en noviembre de 2020. El ejecutivo llegó directamente de la sede central de Inglaterra para enderezar las cuentas de una de las filiales más importantes del grupo, pero lejos de cumplir con el objetivo, los ingresos han seguido cayendo y la sangría de clientes que se pasan a otras compañías no ha cesado. Además, Vodafone no supo cerrar la fusión con MásMóvil, que finalmente cerró el acuerdo con Orange, dejando descolocado y sin una estrategia clara a la compañía británica.

Deegan desembarcó con el desconocimiento de un mercado tan competitivo como el español, en el que cada año se cambian de compañía más de un millón y medio de clientes, y en el que las ofertas de bajo coste están devorando a los operadores tradicionales como Telefónica, Orange o la propia Vodafone. Antes de aterrizar en Madrid, su experiencia se limitaba a mercados tan distintos como el indio o el turco. De origen irlandés, tampoco ayudó mucho el desconocimiento del idioma, que luego ha aprendido.

La salida de Deegan coincide con el relevo del consejero delegado del grupo Vodafone, Nick Read, que se produjo el pasado 31 de diciembre, presionado por los fondos de inversión que reclamaban una gestión más agresiva y por la caída de la cotización. Deegan dejará sus poderes ejecutivos el próximo 31 de marzo pero se mantendrá vinculado a la filial asesorando en proyectos estratégicos del Grupo Vodafone hasta finales de julio, cuando se producirá su salida definitiva, según informó este jueves la compañía.

Vodafone ya ha iniciado un proceso para seleccionar un nuevo consejero delegado para el negocio en España. La compañía ha destacado que en los últimos dos años Deegan “ha realizado una contribución significativa, liderando la compañía durante el final de la pandemia en un momento crítico del mercado español de telecomunicaciones”.

“Manteniendo la rentabilidad, Deegan ha promovido una profunda transformación del negocio centrada en la búsqueda de la eficiencia, la simplificación de los procesos, la mejora de la experiencia del cliente, así como el impulso de una nueva estrategia comercial y la entrada en nuevos negocios. Asimismo, ha fortalecido las relaciones con la administración con el propósito de crear las condiciones para la mejora de la competitividad, rentabilidad e inversión en el sector”, ha resaltado la firma.

Ingresos a la baja

Pese a los elogios oficiales, la marcha de la compañía tras el legado de Deegan no apunta bien. La operadora registró en su primer semestre fiscal (terminado en septiembre de 2022) un volumen de negocio total de 1.965 millones de euros, un 6% menos, con unos ingresos por servicios de 1.782 millones, un 4,5% menos. Una caída de ingresos a la que la operadora respondió anunciando una subida de tarifas de acuerdo al IPC, una medida inédita en el mercado español. El aumento, que se hará efectivo a partir del 22 de enero, será del 8,1% en 2023.

Pero la subida de precios no es la panacea para remontar los ingresos puesto que provoca el trasvase de clientes hacia ofertas más baratas gracias al procedimiento de la portabilidad. Y este es otro de los graves problemas de Vodafone, que solo en 2022 cedió 165.800 líneas móviles y 111.500 de banda ancha, una pérdida importante, pero frenando el ritmo de la sangría que vivió en 2021, gracias en gran parte al buen comportamiento de su marca de bajo coste Lowi, la única que ha funcionado en los poco más de dos años de Deegan al frente de la filial.

La puntilla a la gestión de Deegan, que sucedió al portugués Antonio Coimbra, fueron las fracasadas negociaciones para unirse a MásMóvil, debido a un problema de valoración, lo que motivó que Orange se llevara al final el gato al agua cerrando el acuerdo con la operadora amarilla. En descargo de Deegan, las conversaciones se llevaron a nivel de grupo y el no tuvo un papel protagonista en las mismas. Y es que el origen de los problemas que acucian a Vodafone España fue la compra por más de 7.000 millones de euros de la cablera Ono en 2014, una inversión que ha resultado ruinosa y que ha lastrado desde entonces toda la estrategia de la filial española.


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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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