Echar gasolina es más barato que hace un año por primera vez durante la crisis energética
El precio del combustible, incluyendo el descuento de 20 céntimos, rebaja el coste de mediados de diciembre 2021, el primer abaratamiento interanual desde marzo del año pasado; el diésel es un 16% más caro
Echar gasolina al depósito del coche es esta semana más barato que hace un año, algo que no sucedía desde marzo de 2021. El importe medio del combustible con impuestos, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea publicado este jueves, se sitúa en España en 1,642 euros por litro. A esa cantidad hay que restarle los 20 céntimos de descuento obligatorio que el Gobierno aprobó en primavera, lo que significa que, de media, los conductores con coches de gasolina pagan 1,442 euros por litro al repostar. En la misma semana de 2021, se pagaba 1,480 euros, es decir, que el combustible sale ahora un 3,7% más barato que entonces.
De no aplicar la bonificación de 20 céntimos, una medida que finaliza el 31 de diciembre y cuya continuidad en su actual configuración ha cuestionado el Gobierno, repostar gasolina sería un 10% más caro que entonces. En total, el mercado de los combustibles suma 89 semanas de subidas interanuales, una muestra más de la extraordinaria tensión que la crisis energética ha provocado en los importes. Eso no impide que semanalmente, que es como se detallan los precios del boletín europeo, la gasolina sí pueda abaratarse. De hecho, esta es la cuarta semana consecutiva en que repostar es más asequible que en la semana anterior.
Para el gasóleo son ya siete las semanas consecutivas de bajada de precios. Sin embargo, este combustible sale peor parado en la comparativa interanual porque es el que más se ha visto perjudicado por la carestía. Con una media de 1,711 euros por litros (1,511 euros con el descuento), ir al surtidor diésel es ahora un 16% más caro que un año atrás (un 27% si no hubiera bonificación).
Trasladar los precios actuales a lo que supone llenar un depósito de tamaño mediano (55 litros), implicaría pagar casi 79,3 euros por echar gasolina y 83,1 euros por el gasóleo. Sin la bonificación, la factura sería de 11 euros más en ambos casos. Se trata, por tanto, de importes históricamente muy elevados, cerca del máximo registrado hasta el inicio de la actual crisis energética. Pero los problemas de suministros en la salida de la pandemia, agravados posteriormente por la invasión rusa de Ucrania, dejaron esos registros obsoletos. En febrero pasado, ya semanas antes de que se iniciara la guerra, los combustibles empezaron a marcar precios de récord.
Más barata que en Europa
El culmen de la escalada llegó a mediados de junio, cuando la gasolina llegó a superar en origen los 2,1 euros por litro y el diésel también tocó esa marca. Incluso con el descuento público, llenar un depósito mediano suponía tener que abonar más de 100 euros. Respecto a los picos de entonces, la gasolina es ahora un 25% más barata. El diésel, que ha bajado más lentamente y sigue instalado en la anomalía histórica de ser el combustible más costoso, es un 20% más asequible que a principios de verano.
Los precios de origen, sin la bonificación, son en España más baratos que en la media de la Unión Europea (1,653 euros la gasolina y 1,729 euros el diésel) y de la eurozona (1,694 euros la gasolina y 1,742 euros el diésel). El socio comunitario con la gasolina más barata es Bulgaria (1,318 euros por litro) y donde más cara resulta es en Finlandia (1,877 euros por litro). Los importes mínimo y máximo en el caso del gasóleo los marcan Malta (1,210 euros por litro) y Suecia (2,089 euros por litro).
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