“No quiero que la crisis energética se convierta en una crisis financiera”
La comisaria de Servicios Financieros, Mairead McGuinness, admite que la Unión Bancaria en la UE avanza con mucha lentitud porque “no hay una visión coherente” en los Estados miembro
Mairead McGuinness acaba de volver a Bruselas desde Madrid. La Comisaria de Servicios Financieros y Mercado de Capitales (66 años, Drogheda, Irlanda) ha estado unos días en España. Suficiente para percibir que la banca “no está feliz” con el nuevo impuesto al sector financiero. “Pero respeto que los gobiernos tomen decisiones en torno a los impuestos”, aclara inmediatamente sobre una de las competencias exclusivas de los Ejecutivos nacionales. No ahonda mucho más en el tema y, todavía menos, sobre el caso español en concreto. La opinión sobre este punto de las instituciones europeas corresponde darla al BCE.
En su viaje a Madrid se ha reunido con las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera, supervisores financieros y con el sector bancario. “He percibido fuerte apoyo al trabajo de mi cartera, lo cual agradezco mucho”. En su “cartera” cae, lógicamente, la varada unión bancaria, la unión del mercado de capitales o la transición hacia unas “finanzas sostenibles”, o lo que es lo mismo, incentivar a que la banca apueste por dar créditos a actividades con menos impacto medioambiental.
Pero en la agenda de la Dirección General que cae bajo las competencias de McGuinness en los últimos meses hay un asunto que también les ha consumido horas de trabajo: la propuesta de la Comisión Europea para poner un tope máximo al precio del gas que ha liderado su compañera del Colegio de Comisarios, Kadri Simson. Que se haya fijado en 275 euros por megawatio a la hora, un nivel casi imposible, ha provocado el enfado de muchos países, también España. Aunque también hay otras voces, que temen que un tope más bajo pudiera provocar serios problemas en los mercados de derivados y futuros de este combustible por los contratos ya firmados y las inversiones hechas, con su consiguiente impacto en las finanzas. “Me preocupa la estabilidad financiera todo el tiempo porque ese es mi trabajo. No quiero que una crisis energética se convierta en una crisis financiera, por eso me esfuerzo mucho para asegurarme de que cualquier propuesta que esté sobre la mesa también tenga en cuenta la estabilidad financiera”.
Con este punto de partida, la irlandesa defiende la propuesta que estos días se negocia en el Consejo de la UE: “Diría que es muy mesurada y calibrada para abordar el requisito de un mecanismo de precios del gas, un mecanismo de corrección, pero también tiene en cuenta los otros criterios”.
McGuiness llegó a su puesto actual con la legislatura europea avanzada. Tomó posesión en septiembre de 2020 por la dimisión de su compatriota Phil Hogan. Se hizo cargo de una cartera con una asignatura pendiente desde la crisis financiera: completar la Unión Bancaria. La supervisión de los grandes bancos ya depende del BCE; la liquidación de los bancos que quiebran del Mecanismo Único de Resolución; pero el fondo de garantía de depósitos europeo ni está ni se le espera. “Sigue siendo una prioridad para la Comisión”. Pero admite que no hay consenso entre los Estados miembros. “El Parlamento Europeo está trabajando arduamente para desarrollar la unión bancaria, pero está claro que entre los estados miembros no hay una visión coherente”. Ella no lo dice, pero en Bruselas es vox populi que las posiciones encontradas de Alemania e Italia abocan al fracaso cualquier intento de avance.
Antes del verano volvió a fracasar el nuevo intento de revitalizar la idea. Lo más que se acordó en el Eurogrupo fue pedirle que pusiera a punto el marco legal actual para resolver crisis en alguna entidad localizada: “Es un paso pequeño, pero es un paso. Así que no voy a decir que sea insignificante porque creo que es importante que demos un pequeño paso”.
Que falte esta piedra angular de los objetivos trazados durante la crisis financiara pasada no es un obstáculo para que esta antigua periodista que se convirtió en eurodiputada en 2004 defienda lo hecho hasta ahora. “Tenemos un sector bancario muy fuerte, bien capitalizado gracias a las normas que establecimos tras la crisis. Todo esto está bien. De hecho, el sector bancario, incluso con la pandemia y en esta crisis [energética], se mantiene firme. Pero nadie sabe lo que depara el futuro”, señala, curándose en saludo en la última frase.
Cerrar el otro gran dossier del área que gobierna, ya no está en su mano. Hace un tiempo que presentó las propuestas de la Comisión sobre las nuevas normas de capital de Basilea al Consejo de la UE y al Parlamento Europeo. Las posiciones de ambos legisladores se están cerrando todavía antes de que se sienten a negociar. “No creo que vaya a permanecer bloqueado porque es muy importante desde la perspectiva de la reputación de la Unión Europea”, apunta sobre un asunto en que Los Veintisiete van con retraso respecto buena parte de la comunidad internacional.
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