Muere el empresario encausado por una presunta estafa de 250 millones en criptomonedas
El abogado de Javier Biosca comunica a la Audiencia Nacional que su defendido, que había quedado en libertad provisional hace tres semanas, se ha precipitado desde un quinto piso en Estepona
Javier Biosca Rodríguez, el empresario investigado en la Audiencia Nacional como presunto cabecilla de una trama que supuestamente estafó más de 250 millones de euros a miles de clientes a los que convenció para que invirtieran en criptomonedas, ha aparecido muerto a primera hora de la tarde de este martes en Estepona (Málaga), según ha informado su abogado al juzgado y ha confirmado EL PAÍS mediante fuentes policiales. Según la versión que su letrado ha facilitado a los abogados que ejercían a la acusación, Biosca se ha precipitado desde un quinto piso en presencia de varios testigos en Estepona, la ciudad en la que residía desde que salió en libertad provisional de la cárcel en octubre, tras pagar una fianza de un millón de euros. La Fiscalía había pedido investigar el origen de ese dinero. Desde entonces, el empresario tenía prohibido salir de España y debía presentarse cada 15 días ante el juzgado. Las fuentes policiales consultadas apuntan a la hipótesis del suicidio como la más creíble, según los primeros indicios recogidos.
La acusación popular, ejercida por la Asociación de Afectados por Inversiones en Criptomonedas, ha presentado esta tarde un escrito en la Audiencia Nacional en el que pide al juez practicar la autopsia al cadáver para confirmar que se trata del empresario y que reclame a la defensa de Biosca que facilite “los datos de las personas que estaban presentes en el momento de los hechos” para que declaren como testigos. En su escrito, la asociación recalca que “es conocido, relatado en varias ocasiones, el cúmulo de amenazas que ha recibido el señor Biosca provenientes de organizaciones criminales que habrían invertido con él, por lo que deberán investigarse estos hechos de la muerte” del empresario.
Biosca fue detenido en junio de 2021 en el término municipal de Nerja (Málaga) en un control rutinario de carretera de la Guardia Civil después de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que entonces instruía la causa, hubiera dictado poco antes una orden de busca y captura internacional contra él. Biosca, que estaba en paradero desconocido desde finales del año anterior, estaba acusado, entre otros delitos, de estafa, apropiación indebida, falsedad en documento público, blanqueo de capitales y organización criminal como presunto cabecilla de una trama, en la que supuestamente también participaban familiares suyos.
Según la querella recibida por el juez, el empresario y su familia crearon en 2019 Algorithmics Group, una sociedad dedicado a la inversión en criptomonedas “que carecía de todo tipo de autorización, pues no estaba inscrita en la Comisión Nacional del Mercado de Valores [CNMV] ni en otros organismos supervisores”. A través de esta firma, Biosca empezó a captar clientes con la promesa de conseguir rentabilidades del 20 al 25% semanales con la adquisición, principalmente, de bitcoin, ethereum o litecoin, tres de las criptomonedas más extendidas, que él se encargaba de comprar y vender. A los primeros inversores, la trama les entregó las rentas prometidas, lo que hizo que estos recomendaran a “allegados y familiares” que también invirtieran a través de Biosca, por lo que su número de clientes creció “rápidamente”.
De las decenas de inversores iniciales, Algorithmics Group pasó a tener en un año a cerca de 500 clientes. Estos hacían llegar el dinero a Biosca mediante transferencias bancarias, wallets (monederos de criptomonedas) e, incluso, supuestas entregas en efectivo. Según la versión de los representantes de algunos afectados, el ahora detenido contactaba semanalmente con ellos a través de una aplicación de mensajería instantánea para comunicarles los supuestos beneficios y preguntarles si querían cobrar los intereses o reinvertirlos. La mayoría optaba por esta segunda opción.
Según el relato de los afectados, a comienzos de 2020 se dieron las primeras situaciones de irregularidad e incumplimiento por parte del entramado familiar, que en un principio comunicó a sus clientes que reducía el porcentaje de los beneficios prometidos a menos del 10%. Esta situación se fue agravando hasta que, en octubre de 2020, Algorithmics Group dejó de abonar las cantidades prometidas. En marzo de 2021, un grupo de afectados presentó en la Audiencia Nacional una querella contra Biosca y dos miembros de su familia. Las víctimas acompañaban su denuncia con un informe pericial en el que se aseguraba que el empresario estaba en posesión de 1.532,55 bitcoins, valorados en aquel momento en 75 millones de euros.
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