El grupo Mondragón apela a la unidad ante el riesgo de perder a dos de sus cooperativas más potentes
Orona y Ulma se plantean abandonar la corporación por diferencias sobre el fondo común para afrontar pérdidas y crisis
La Corporación Mondragón, el entramado cooperativo radicado en Gipuzkoa que agrupa a un centenar de compañías y da empleo a 80.100 trabajadores, atraviesa uno de los momentos más cruciales en sus 66 años de historia. Dos de sus cooperativas más potentes y emblemáticas, el fabricante de ascensores Orona y la firma constructora Ulma, están valorando abandonar la corporación y podrían desvincularse en las asambleas que celebrarán a mediados de diciembre. La marcha de ambas supondría un duro golpe para el grupo Mondragón, que ya superó situaciones traumáticas con la salida de Irizar y Ampo en 2008 y tras el descalabro en 2013 de Fagor Electrodomésticos, otro de sus grandes. El presidente de la corporación, Iñigo Ucín, ha reconocido este martes que una decisión de este calado “no beneficia a Orona ni a Ulma, ni tampoco al resto de cooperativistas y al conjunto de Mondragón”. Ucín ha proclamado ante los medios: “El futuro de Orona y Ulma será mejor en Mondragón”.
La corporación ha celebrado este martes en el Kursaal de San Sebastián su congreso anual, en el que no se ha tratado este tema. A la dirección del grupo cooperativo, ha dicho Ucín, “no ha llegado una notificación oficial” por parte de Orona y de Ulma de los procesos iniciados para abandonar la matriz y comenzar su andadura en solitario. Estas dos cooperativas no han querido pronunciarse públicamente sobre este asunto, pero Ucín ha dado hoy por hecho que están barajando irse del grupo cooperativo: “No podemos comentar esta situación porque no conocemos los motivos reales que les han llevado a iniciar este proceso”.
Orona y Ulma son dos pesos pesados de Mondragón (antes MCC). Orona, quinto grupo europeo en soluciones de movilidad vertical con sede en Hernani (Gipuzkoa) registró en 2021 ventas por 832 millones y alcanzó un Ebitda de 139 millones. Terminó ese ejercicio con 5.507 empleados, de los que 1.700 son socios cooperativistas. Ulma es un grupo de nueve cooperativas orientado al sector de la construcción y radicado en Oñati (Gipuzkoa) desde 1961. El año pasado facturó más de 900 millones y da empleo a 5.500 personas (unos 2.000 cooperativistas). Entre ambos totalizan una cifra global de negocio superior a los 1.700 millones, lo que representa más de la cuarta parte de los ingresos de la división industrial y el 15% de los ingresos de toda la corporación. La salida de Orona y Ulma abriría un hueco importante en Mondragón pese a los “excelentes resultados” obtenidos en 2021 y la evolución “positiva”, según Ucín, durante los primeros nueve meses de este año.
La Corporación Mondragón (un centenar de cooperativas, ocho fundaciones, una mutua, 10 entidades de cobertura y 80.100 trabajadores) aumentó un 5% sus ventas el año pasado hasta los 11.404 millones y superó los 1.450 millones en inversiones realizadas durante el último quinquenio. Este año espera rebasar los 12.000 millones de facturación (6.500 millones en el área industrial). Ucín ha hecho hincapié en que este balance tan favorable ha sido posible, entre otras razones, porque mantiene desde su fundación las “recetas” de la solidaridad y la intercooperación entre sus firmas integrantes.
Las desavenencias de Orona y Ulma vienen desde hace unos cuatro años, cuando los directivos de estas dos cooperativas, entre las más rentables y pujantes de Mondragón, plantearon revisar y readecuar el modelo de intercooperación y solidaridad económica que distingue a la corporación desde su origen. De acuerdo con este mecanismo, las cooperativas aportan una parte de sus beneficios a un fondo común que se destina a ayudar y mantener a flote a las firmas en situación delicada y con pérdidas. Los directivos de aquellas solicitaron incluir en el congreso de hoy “una propuesta de nuevo marco de relaciones entre Orona y Ulma con la corporación”, aseguran fuentes de Mondragón. Esta petición no fue aceptada porque “llegó tarde y a destiempo”. “Quieren un Mondragón a la carta”, añade un representante de la corporación.
Ucín ha optado por lanzar un mensaje de unidad al terminar el congreso al que no ha asistido ningún representante de Orona ni de Ulma: “Seguimos visualizando un futuro juntos, porque creemos que Mondragón es el espacio natural de Orona y Ulma”, aunque ha puntualizado que la corporación “siempre respetará” la decisión que adopten los socios de estas cooperativas. El presidente del grupo ha afirmado que “la autonomía de los negocios, la libertad en la gestión, la solidaridad y la intercooperación” han sido los que han llevado a Mondragón hasta situarse como el primer grupo industrial vasco y el décimo de España. Finalmente, ha aclarado que “los órganos de Mondragón siguen teniendo su puerta abierta y una total disposición a seguir hablando” con el fin de “construir un futuro en cooperación”.
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