Iberdrola releva a Carmona solo 13 meses después de ficharlo como vicepresidente de su filial en España

Iberdrola releva a Antonio Miguel Carmona solo 13 meses después de su polémico fichaje como vicepresidente de su filial. Fuentes de la empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán han confirmado a este diario su salida de la empresa, adelantada por El Confidencial, para quedar únicamente como asesor externo, “centrado en el análisis del entorno macroeconómico”. Iberdrola ha sido una de las eléctricas más beligerante con el Gobierno de Pedro Sánchez y la semana pasada confirmó que llevará a los tribunales el impuesto sobre el sector energético.

Lo más probable es que el hasta ahora número dos de Iberdrola España —con asiento en su consejo de administración, en el que cesó la semana pasada— se traslade al extranjero, con el Reino Unido como destino más probable. Allí la eléctrica tiene una parte muy importante de su negocio europeo. Fuentes de la energética, sin embargo, no han confirmado este extremo, limitándose a afirmar que pasará a quedar como asesor sin ningún tipo de cargo ejecutivo. Carmona ha ejercido como profesor de Economía en la Universidad CEU San Pablo y de la Universidad Complutense de Madrid, entre otras, a pesar de haber dedicado el grueso de su carrera profesional a la política.

Candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid en las elecciones municipales de 2015, en las que obtuvo poco más del 15% de los votos, Carmona posteriormente como portavoz socialista en el Ayuntamiento. Cuando se consumó su nombramiento como vicepresidente de Iberdrola España, su antiguo partido ya aireó su malestar por la “decisión personal” de un “afiliado” que no representaba “a la dirección” socialista.

“No tengo nada contra Iberdrola ni contra Carmona, pero su fichaje es un mal mensaje”, dejó caer el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Entonces, los precios de la luz ya habían empezado a subir e Iberdrola se había visto envuelta en una fuerte polémica por el vaciado de embalses, una práctica que el Gobierno calificó de “escandalosa”. Mucho más dura fue la reacción de su socio en el Ejecutivo, Unidas Podemos, que calificó el movimiento de “puñalada” a sus antiguos compañeros de formación y de ejemplo de “puertas giratorias” entre la política y la empresa.