Alemania implanta el ‘Deutschlandticket’: un billete de transporte único para todo el país por 49 euros al mes
El Gobierno de coalición subvencionará el transporte público con 1.500 millones de euros para hacer frente a la crisis energética
El experimento veraniego que entre junio y agosto pasado permitió a los alemanes viajar por todo el país con un único billete de transporte de 9 euros al mes ya tiene sucesor permanente. El canciller, Olaf Scholz, y los líderes de los 16 Estados federados han acordado este miércoles implantar el que han bautizado como Deutschlandticket (billete para Alemania), un abono que por 49 euros al mes permitirá utilizar todos los medios de transporte público del país —con excepción de los trenes de alta velocidad— independientemente de dónde se compre. El Gobierno federal y los estatales cofinanciarán el billete a partes iguales. El ministro de Transporte, Volker Wissing, aseguró que entrará en vigor “lo antes posible”, probablemente el próximo 1 de enero.
El famoso 9-euro-ticket, como se conoce en alemán, fue la medida estrella del segundo paquete de ayudas que aprobó el Gobierno para paliar el aumento de los precios de los carburantes y favorecer el uso del transporte público en lugar del vehículo privado. La guerra en Ucrania ha disparado los costes energéticos en un país muy dependiente de los hidrocarburos rusos, que ha visto cómo explotaban los precios de la gasolina, la electricidad y la calefacción. La introducción de este billete permitió evitar la emisión de casi dos millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera, según un estudio de la Asociación Alemana de Empresas de Transporte (VDV), y un 20% de los que lo compraron no eran usuarios habituales del transporte público.
El experimento fue impulsado inicialmente por Los Verdes, socios de coalición de los socialdemócratas de Scholz y los liberales, pero ante su éxito, los tres partidos del Gobierno se han volcado en conseguir un acuerdo para crear un billete permanente. El principal escollo ha consistido en convencer a los Estados federados, que son los que tienen las competencias en transporte y, por tanto, lo financian con sus Presupuestos.
El Gobierno federal incluyó en el tercer paquete de medidas de alivio una partida de 1.500 millones de euros e invitó a los länder a aportar al menos la misma cantidad. Las negociaciones, que se han prolongado durante septiembre y octubre, se habían estancado en la aportación económica y en el precio del billete para los usuarios. Se habló de una horquilla entre los 49 y los 69 euros, que finalmente se ha establecido en la cantidad más baja. Desde el primer momento se descartó mantener los nueve euros del experimento veraniego por ser inasumible para las arcas públicas. En los tres meses de prueba se vendieron 52 millones de abonos (para una población de 83 millones de habitantes).
El Gobierno alemán está decidido a seguir subvencionando el transporte público como forma de hacer frente a la crisis energética. El objetivo es captar nuevos usuarios para el transporte público y, de ese modo, evitar el uso del vehículo privado. El billete de 49 euros se podrá usar en el metro, autobús y tranvía de los municipios, pero también en trenes de cercanías y regionales, de forma que teóricamente se podrá cruzar el país con un único abono. Solo quedan excluidos los InterCity Express (ICE), trenes de alta velocidad que conectan las mayores ciudades de Alemania.
Subvenciones para el gas, la luz y la vivienda
La cumbre con los Estados federados trató también las nuevas medidas que ha acordado el Gobierno para paliar el incremento de la factura energética de hogares y empresas. Alemania subvencionará buena parte de los costes de gas y electricidad a partir del año que viene y pagará la factura completa del gas a todos los ciudadanos este mes de diciembre. El Ejecutivo de Scholz pretende triplicar el número de beneficiarios de los subsidios para vivienda, de los 640.000 hogares que actualmente reciben esta ayuda a casi dos millones. La financiación del gasto extra se dividirá entre los Estados federados y el Gobierno central.
Los líderes de los länder consiguieron el compromiso de Scholz de destinar 1.500 millones de euros adicionales para financiar la acogida de refugiados, que se suman a los 2.000 millones ya contemplados en el presupuesto de este año. Alrededor de un millón de personas han llegado a Alemania huyendo de la guerra de Ucrania. El número de solicitantes de asilo de otros países también está aumentando, lo que ha dejado a los municipios al límite de sus capacidades. Los ayuntamientos llevan tiempo exigiendo a los Gobiernos federal y regionales que asuman los costes de alojamiento e integración de los recién llegados, petición que los länder han trasladado a Berlín. Scholz se ha comprometido a destinar otra partida extraordinaria de 1.120 millones el año que viene.
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