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Examen a pie de andén a los abonos gratuitos de Renfe que ya usan 1,6 millones de personas: “Los trenes están mucho más llenos”

Madrid y Barcelona concentran la mayoría de los usuarios de las tarjetas con descuentos en Cercanías, Rodalies y Media Distancia. El uso del tren ha crecido en todos los grandes núcleos

Abono gratis Renfe
Ángela Ferrer, de 22 años, al salir del andén de Cercanías, tras llegar a Valencia desde Xátiva, este lunes.Mònica Torres

Es lunes por la mañana y centenares de viajeros bajan apresurados de los trenes de Cercanías en la Estación del Norte de Valencia. Una abrumadora mayoría de los pasajeros consultados por este diario se beneficia del abono multiviaje de Renfe. Son los abonos gratuitos de los servicios de Cercanías, Rodalies y Media Distancia que se pusieron en marcha en septiembre —se pueden adquirir desde el 24 de agosto— para aliviar el golpe de la inflación en los bolsillos de los ciudadanos. La buena recepción de la medida, que tiene un coste de 200 millones de euros para este año, ha llevado al Gobierno a prorrogarla a todo 2023, con una partida adicional de 660 millones. En ese importe también se incluye la bonificación de 13 líneas de alta velocidad de Media Distancia (12 de las cuales conectan con una ciudad de Castilla y León).

José Vicente Personat Carrión, de 46 años y carretillero de profesión, es uno de los españoles que utiliza este título. Se sacó a finales de septiembre el abono porque viaja mucho a Xàtiva, a 60 kilómetros de la capital, para ver a su pareja. Baja del tren con su patinete eléctrico, con el que se desplaza por la ciudad y se muestra encantado con la gratuidad. “La paga el Gobierno, ¿no?”, pregunta. “Se nota que los trenes están mucho más llenos y el viaje puede ser algo incómodo, pero veo muy bien la medida”, sostiene.

Desde el 24 de agosto hasta este lunes, Renfe ha expedido 1,6 millones de abonos gratuitos, de los que alrededor del 74% corresponde a tarjetas para viajar en los distintos núcleos de Cercanías, Rodalies y Cercanías Ancho Métrico, mientras que casi el resto son abonos de Media Distancia, según datos de la compañía. La mayoría de los usuarios se concentra en Madrid y Barcelona. Además, se han vendido más de 30.000 títulos con descuentos del 50% de Avant para utilizar en los servicios de Media Distancia de alta velocidad.

Susana Corselles hace su transbordo habitual en la estación de Sants de Barcelona, entre Calafell y Torre Baró. Calcula que entre la ruta que realiza a su trabajo y la que hace su hijo a la universidad ahorrarán 700 euros en tres meses. “Tal y como va de mal la Renfe, estaba indignada por pagar tanto por un mal servicio. Por lo menos ahora no pago tanto”, ironiza esta protésica dental sobre los continuos problemas con los trenes de Rodalies en Cataluña, lastrados por un mantenimiento ineficaz y la falta de inversión.

Renfe dio hace una semana datos detallados que indican un aumento generalizado del transporte público tras la entrada en vigor de estas medidas, con un uso de los servicios de Cercanías que se acerca a los niveles anteriores a la pandemia. En Madrid, ha crecido un 20,2% el número de usuarios de Cercanías con respecto a 2021, y en Barcelona, un 23,5%; mientras que en núcleos como Málaga, Bilbao y Cádiz el aumento con respecto al año pasado se sitúa en el entorno del 50%, y en Asturias y Santander el crecimiento sobrepasa el 65%. El incremento medio en todo el territorio nacional con respecto a 2021 es del 24%, con 29 millones de viajes frente a los 23,4 millones del año pasado.

Ernesto Colomer, de 61 años, se ahorra al mes unos 87 euros con el bono, que este ingeniero de caminos utiliza para desplazarse a diario de Alzira a su trabajo en Valencia. “Lo pagamos todos”, apunta tras sentenciar que la medida está muy bien y que los trenes se ven más llenos de viajeros desde que entró en vigor. El ahorro que se consigue es disuasorio y justifica la gratuidad, apunta. “Es evidente que los servicios no pueden ser siempre gratuitos, pero si sirve para que por lo menos el transporte público reciba el impulso que debe tener, a mí me parece muy bien”, concluye. Queda por ver si se siguen financiando los descuentos en el transporte público municipal y autonómico (autobús, metro y tranvía) y qué ayuntamientos y comunidades han complementado con ahorros adicionales que llegan en algunas ciudades al 50% del precio.

Barcelona | María Manuela Martínez: “Sigue habiendo muchos retrasos”

María Manuela Martínez estudia un máster en el Hospital Clínico y admite que desde el inicio de curso se ha ahorrado “una pasta” en su día a día entre Reus y Sants. “Antes solía gastarme 15 euros a la semana porque solo venía una vez a Barcelona. Pero desde la semana pasada vengo de lunes a viernes por las prácticas en la UCI y sin el bono me habría tenido que gastar esos 15 euros cada día”.

María Manuela Martínez en el andén de la estación de Sants de Barcelona, este lunes.
María Manuela Martínez en el andén de la estación de Sants de Barcelona, este lunes.Carles Ribas

La estudiante admite que no creía que se fuera a prolongar esta subvención al transporte. “Pensaba que lo cortarían rápido para que mucha gente siguiéramos pagando”. Martínez también comenta que no ha notado un cambio sustancial en la calidad del servicio: “Los trenes no están saturados, pero sigue habiendo muchos retrasos”.

Madrid | Beatriz Vega: “Deberían ampliarlo al resto del transporte público”

Beatriz Vega, de 58 años, lleva una hoja de cálculo en la cabeza. Residente en el Alto de Extremadura, no tiene coche ni carnet de conducir. Es usuaria habitual del transporte público, aunque, como la inmensa mayoría de madrileños, no puede permitirse depender exclusivamente de los trenes de Cercanías. “Tengo el bono mensual para moverme por el centro de Madrid: en tren, metro y autobús. Nos han hecho una rebaja, pero tal y como están las cosas no es suficiente”, afirma. “En casa somos cuatro y a final de mes te dejas un dineral. Es una buena iniciativa que saquen un bono gratis para el Cercanías, pero deberían ponerse de acuerdo para que se amplíe al resto del transporte público y ayudar a aliviar a las familias, en Madrid es casi inviable usar solo el tren”.

Beatriz Vega, en el andén de la estación de tren de Embajadores (Madrid), este lunes.
Beatriz Vega, en el andén de la estación de tren de Embajadores (Madrid), este lunes.DAVID EXPÓSITO

Camino de la oficina de viajes donde ayuda en las gestiones a su pareja, Vega hace un alto en la estación de Renfe de Embajadores para subrayar que la medida es insuficiente. “Ahora que parece que lo van a prorrogar, si la Comunidad no vuelve a bajar los precios, me planteo cambiarnos del bono general al gratuito de la Renfe aunque tengamos que ir caminando hasta las estaciones y no en autobús o metro como hacemos ahora”, asegura. “Según mis cálculos, ahorraría unos 140 euros al mes. Al haberse incrementado el precio de la compra semanal unos 40 euros, el dinero que me ahorro con el bono de Renfe gratuito lo podría invertir en una compra grande”, finaliza antes de realizar un alegato a favor del transporte público: “A la gente hay que motivarla en el uso del transporte. Para los jóvenes que no tienen trabajo, o una persona en paro, pagar 70 euros al mes para el bono es inasumible. Los días que el autobús urbano es gratis, van todos llenos. Es cuestión de facilitarnos la vida”.

Valencia | Àngela Ferrer: “Se paga con los impuestos”

Àngela Ferrer, de 22 años, estudia Derecho y Ciencias Políticas en Valencia y viaja todos los días en los Cercanías de Renfe desde Xàtiva, su lugar de residencia, a 60 kilómetros de distancia de la capital. Tiene en sus manos el abono multiviaje bonificado por el Gobierno desde el 1 de octubre. Era una usuaria habitual del tren, pero el pasado verano le tocó hacer prácticas en Valencia y cogió el coche porque estaba un poco cansada de los Cercanías. “Ha sido una excepción, toda la carrera la he hecho con el tren, una hora de ida y otra de vuelta”, precisa.

La joven estima que el ahorro con el abono multiviaje es de unos 10 euros diarios, por lo que la medida le parece “superbien”. “El precio de los combustibles se ha disparado y medidas así eran necesarias y alivian”, reconoce. No vacila cuando le preguntan si sabe de dónde sale el dinero para subvencionar los viajes: “De los impuestos”, afirma. “Si no hubiera sido gratuito y se tratase solo de un descuento, lo agradecería igual, porque a veces perdemos un montón de tiempo aquí [comenta en alusión a la falta de puntualidad del servicio] y me parece una buena iniciativa”.


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