La OCDE prevé que los trabajadores españoles pierdan un 4,5% de poder de compra por la inflación
El organismo propone ampliar los salarios mínimos para contener la pérdida de poder adquisitivo
El empleo en los países de la OCDE acusan el aumento de la inflación y el frenazo en el crecimiento mundial provocado por la guerra de Ucrania y la crisis energética. “La guerra en Ucrania está trayendo nuevos desafíos para el mercado laboral y las políticas sociales en los países de la OCDE, señala el organismo con sede en París en el informe sobre Perspectivas de Empleo para 2022, difundido este viernes. La institución multilateral advierte sobre el efecto de la inflación en el poder adquisitivo de los trabajadores. Los salarios están creciendo a menor ritmo que los precios y las rentas más bajas se están viendo más afectadas.
“Desde abril de 2020 —el momento más bajo de la pandemia— los países de la OCDE han creado unos 66 millones de puestos de trabajo, nueve millones más de los que se destruyeron en los meses iniciales de la pandemia”, explica el documento. Los expertos de la OCDE advierten de que el alza de los precios ―que en agosto se situó en el 10,4% en España― seguirá erosionando el valor real de los salarios durante lo que queda de 2022.
Esta pérdida silenciosa de poder adquisitivo afecta sobre todo a los hogares con menores ingresos, ya que el fuerte aumento en el coste de la energía y la alimentación se come una parte de sus salarios mucho mayor que la de otros colectivos con una mayor remuneración. El informe aboga por “ajustar los salarios mínimos oficiales” para tratar de apuntalar el poder adquisitivo de los trabajadores más vulnerables. La caída del valor real de los salarios se cifra en un 4,5% en España, una previsión que solo empeora el caso de Grecia, con una pérdida de poder de compra del 6,9%. Italia y Alemania mejoran ligeramente el dato español con una reducción estimada del poder adquisitivo del 3,1% y el 2,9% respectivamente.
La OCDE explica que las plazas de empleo vacantes aumentaron a niveles récord en muchos países tras la covid. “La fortaleza del mercado laboral provocó la aparición de escasez de mano de obra en los sectores del turismo, la agricultura, la construcción y la tecnología. Esto contribuyó a aumentar los salarios nominales en 2021, pero en el contexto de aceleración de la inflación no fue suficiente para proteger el poder adquisitivo”.
A pesar de esto, continúa el texto, el crecimiento de los salarios nominales se mantiene muy por debajo de la inflación. Se espera que la disminución de los salarios reales continúe durante 2022, ya que se prevé que la inflación se mantenga muy por encima del nivel esperado cuando se negociaron las tasas salariales para 2022. “El crecimiento de los salarios reales en España cayó bruscamente en 2021 y se prevé que siga cayendo un 4,4%-4,5% en 2022. Esto representa una de las caídas más fuertes en los salarios reales observadas entre los países de la OCDE, y una reducción sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, en particular los que pagan el salario mínimo (SMI), ya que los precios al consumidor español están subiendo a máximos históricos”.
En el caso de España, sigue la tendencia de los demás países de la organización, superando los niveles de empleo anteriores a la pandemia con un nivel del paro del 12,6% en julio. El dato negativo lo aporta el empleo juvenil, que no remonta el bache de la pandemia y sigue 1,5 puntos por debajo de los niveles prepandemia. “A pesar de esta recuperación, los niveles de desempleo siguen siendo estructuralmente altos en España, y el mercado laboral sigue siendo particularmente desafiante para los jóvenes”, señala la OCDE.
El documento también reclama que se establezca un mejor ajuste entre los servicios de empleo y las empresas para paliar la falta de mano de obra. Los sectores que más lo sufren, según los datos recopilados, sería el sector del turismo, la agricultura, la construcción y el sector tecnológico.
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, mostraba preocupación por las consecuencias que puede tener este cúmulo de circunstancia y llamaba a diseñar políticas que amortigüen el impacto. “En este contexto, los Gobiernos deben valorar la adopción de medidas de apoyo temporales, sujetas a una comprobación de recursos y debidamente enfocadas (a familias y hogares más vulnerables)”, afirmó.
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