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Scholz obligará a las eléctricas a subvencionar a estudiantes y pensionistas

El Gobierno de coalición alemán acuerda un tercer paquete de ayudas de 65.000 millones para aliviar los desorbitados costes de la energía

Elena G. Sevillano
El canciller alemán, Olaf Scholz; la colíder del SPD, Saskia Esken; el colíder de Los Verdes, Omid Nouripour y, detrás, el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, llegan este domingo a la rueda de prensa en la Cancillería para dar cuenta del acuerdo sobre el tercer paquete de ayudas.
El canciller alemán, Olaf Scholz; la colíder del SPD, Saskia Esken; el colíder de Los Verdes, Omid Nouripour y, detrás, el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, llegan este domingo a la rueda de prensa en la Cancillería para dar cuenta del acuerdo sobre el tercer paquete de ayudas.CHRISTIAN MANG (REUTERS)

Tras semanas de arduas negociaciones en el seno de la coalición de Gobierno, Alemania tendrá un nuevo paquete de ayudas para aliviar a sus ciudadanos la pesada carga de los altos precios de la energía. Y parte de esas ayudas, además, serán financiadas por las empresas energéticas alemanas, a las que se aplicará un gravamen sobre sus beneficios excepcionales. Socialdemócratas, verdes y liberales han acordado un tercer paquete de 65.000 millones de euros que incluye aumento de la prestación por hijos al cargo, una ayuda energética para jubilados y estudiantes, y la subvención de una parte del abono de transporte público. “Es mucho dinero, pero es necesario hacer este gasto”, aseguró el canciller, Olaf Scholz, durante una rueda de prensa en Berlín este domingo.

Si se suman los dos primeros paquetes, en total Berlín ha autorizado ya 95.000 millones en ayudas para hacer frente a la crisis energética y a su traslación al coste de vida, que se ha disparado a lomos de una inflación que el Bundesbank calcula que puede llegar a los dos dígitos en otoño (fue del 7,9% en agosto). “Nuestro país atraviesa un momento difícil”, reconoció Scholz en una larga comparecencia que los representantes de los tres partidos, muy criticados por la oposición por su tardanza en ponerse de acuerdo, calificaron de éxito colectivo, sin atribuirse individualmente ninguna de las medidas.

Contribución de las empresas energéticas

El Ejecutivo alemán quiere financiar parte de estas ayudas gravando los beneficios excepcionales de las empresas energéticas, aseguró Scholz. La forma en la que se gravarán o se limitarán estos beneficios está aún por determinar, y Berlín quiere que se aplique en toda la Unión Europea, aunque en el documento donde se plasma el acuerdo ya aparece esta “contribución”. “Algunos productores sencillamente se están aprovechando del alto precio del gas, que luego marca el precio de la electricidad”, dijo el canciller durante la rueda de prensa.

El ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, calculó que esta medida podría suponer “decenas de miles de millones” para crear un colchón financiero que compense a las familias las drásticas subidas de precios como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. Lindner, sin embargo, no quiere que consista en un impuesto especial a las energéticas y de hecho evitó llamarlo así para diferenciar el plan alemán de los gravámenes que otras capitales europeas han impuesto a sus grandes corporaciones.

Alemania se enfrenta a un otoño y un invierno calientes por la crisis energética, que empieza a provocar protestas esporádicas, y todavía minoritarias, en algunas ciudades del este. El coste de la calefacción podría triplicarse y hasta cuadruplicarse, y se teme que los hogares de menores rentas no sean capaces de hacerle frente. El cierre del gasoducto Nord Stream, decidido esta semana por la gasista rusa Gazprom bajo el pretexto de una avería, añade presión a ese escenario de escasez y de vertiginosas subidas de precios, aunque el canciller aseguró este domingo que Alemania tiene reservas suficientes para afrontar el invierno.

“Rusia ya no es un proveedor fiable de energía”, constató Scholz. Algo que Berlín ya sabía y para lo que lleva meses preparándose: ha llenado sus depósitos hasta el 85%, ha diversificado sus proveedores (Noruega, Países Bajos y Bélgica, principalmente) y ha reactivado sus centrales de carbón. El país, aseguró el canciller, está preparado: “Superaremos el invierno”.

Ayudas directas para pagar la calefacción

El principal objetivo de las ayudas diseñadas por la coalición semáforo es aliviar las economías familiares más débiles y llegar a aquellas personas que todavía no se habían beneficiado de los dos primeros paquetes. El subsidio de vivienda se amplía a dos millones de ciudadanos más. Todos los que tengan derecho a este subsidio recibirán un ingreso único destinado a pagar la calefacción entre septiembre y diciembre de este año. A partir de entonces, ese ingreso se consolidará dentro del subsidio de vivienda. Son 415 euros si el hogar es unipersonal; 540 si viven dos personas y constará de 100 euros más por cada miembro adicional. Además, las prestaciones por hijo subirán en 18 euros al mes a principios del próximo año.

Los pensionistas recibirán a partir del 1 de diciembre otro pago único de 300 euros destinado a compensar la subida de la energía. Se incluirá en su pensión de ese mes. En el caso de estudiantes y aprendices o becarios, esta ayuda será de 200 euros. Los trabajadores ya se habían beneficiado de un ingreso único de 300 euros en paquetes anteriores. Las empresas podrán pagar a sus trabajadores un bonus por inflación de hasta 3.000 euros libre de impuestos.

Abono de transporte reducido

El Gobierno federal ha reservado 1.500 millones de euros para financiar parcialmente al sucesor del exitoso “9 euro ticket”, el abono de transporte de nueve euros al mes que ha estado en vigor entre junio y agosto y que en la práctica permitía viajar por toda Alemania de forma casi gratuita. Eso sí, los Estados federados deberán aportar al menos la misma cantidad, asegura el texto del acuerdo. El objetivo es conseguir que los abonos mensuales cuesten entre 49 y 69 euros y que se puedan usar en todo el país y no solo en la ciudad o el Estado donde se adquieran. A modo de ejemplo, el billete mensual para moverse por la capital cuesta actualmente 86 euros.

El acuerdo plantea también crear un precio tope de la electricidad para el consumo básico. La propuesta apenas está esbozada, pero consistiría en aplicar un precio reducido a un determinado consumo, a partir del cual no habría límites. Alemania prevé introducir el año que viene una renta ciudadana que sustituya el sistema conocido ahora como Hartz IV. Aprovechando el cambio, la prestación aumentaría de los 449 euros mensuales que recibe una persona sin cargas familiares a alrededor de 500 euros.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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