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España pugna por lograr una excepción al recorte de gas marcado por la Comisión Europea

Los ministros de Energía de la UE debaten en Bruselas un plan de ahorro ante la amenaza de cortes de suministro de gas ruso

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, el pasado sábado en Madrid. Foto: MARISCAL (EFE) | Vídeo: EPV

La ministra para la Transición Ecológica española, Teresa Ribera, llega a Bruselas este martes en pie de guerra contra el plan de ahorro energético de la Comisión Europea. La delegación encabezada por Ribera confía en lograr una flexibilización del proyecto que permita a España hacer una restricción mucho menor de lo reclamado por Bruselas para hacer frente a la crisis energética y la amenaza de Rusia de cortar los suministros de gas natural.

La Comisión Europea ha reclamado un recorte a todos los países por igual de un 15%, pero las negociaciones de las últimas horas ya han introducido cierta flexibilidad y el próximo proyecto regulatorio contempla suavizar los objetivos conforme a las circunstancias de los Estados miembros. España y Portugal, que por su geografía y pocas interconexiones podrían considerarse como una isla energética, figuran en ese grupo porque se les ofrecería la posibilidad de un tijeretazo menor si demuestran que usan parte de su infraestructura gasista para enviar este hidrocarburo a otros países de la UE. España cree que podrá lograr una excepción que deje el recorte del país en entre un 5% y un 10%.

Con el escenario de fondo de la amenaza ondeante del Kremlin de cerrar la llave del gas este invierno a Europa y el anuncio de este lunes —coincidiendo con el debate del plan de ahorro de la Comisión Europea— de que Gazprom recortará aún más los suministros bombeados por el Nord Stream 1 por “labores de mantenimiento” pero con las críticas de varios Estados miembros contra un plan que han considerado injusto, la UE aspira ahora a un texto que sume a bordo al mayor número posible de socios. Y tratará de conseguirlo trazando un traje a medida de ahorro que indique que todos deben hacer lo máximo posible.

La propuesta de la Comisión Europea había suscitado una gran controversia en España, Portugal, Polonia o Irlanda, que criticaban que el plan de ahorro trazaba tabla rasa para todos los Estados miembros sin tener en cuenta las especificidades de cada país y tampoco su dependencia del gas ruso. España, que encabezó el sector crítico con la propuesta inicial, se quejó, además, de la falta de consultas previas a la propuesta. Y el malestar se ha ampliado con la impresión —compartida en otras capitales— de que Bruselas estaba tomando partido por Alemania, un país altamente dependiente del gas ruso que se ha destacado estos años por su falta de reformas para desengancharse de los suministros del hidrocarburo barato pero controlado por el presidente ruso, Vladímir Putin.

El plan de la Comisión, que no hacía referencia al mix energético de cada Estado miembro, ha causado tal malestar en algunos países que ha amenazado con infligir una herida profunda en la unidad del club comunitario —que desde que Rusia lanzó la guerra a gran escala contra Ucrania se ha caracterizado por dar una respuesta fuerte y homogénea—.

España ha recalcado que con su característica de isla energética —el país tiene dos canales con Francia y varias regasificadoras—, cumplir el ahorro marcado por la Comisión del 15% supondría un daño autoinfligido que luego no se traduciría, además, en envíos solidarios a otros Estados miembros, señalan fuentes diplomáticas. El Gobierno de Pedro Sánchez sostiene además que con el plan de un recorte lineal del 15% del consumo de gas (primero voluntario y después, si lo consideraba la Comisión Europea, obligatorio) España se podría ver obligada a parar incluso parte de la industria, ya que para alcanzar esa cifra de ahorro no serviría solo con las medidas de eficiencia.

Varias fuentes diplomáticas afirman que se espera que haya acuerdo en el consejo de ministros de Energía la UE de este martes. España aceptará la imposición de un porcentaje de reducción del consumo, dicen fuentes españolas, porque lo considera incluso positivo para enviar una señal de contención a los consumidores. No obstante, mantiene que no puede alcanzar el recorte del 15%. Fuentes cercanas a la negociación señalan que el equipo de Teresa Ribera calcula que España obtendrá una excepción que podría dejar su recorte del consumo entre el 5% y el 10% que ofreció inicialmente la Comisión, que en la propuesta de la semana pasada ya recogía una ‘excepción ibérica’. Con más flexibilización, dicen fuentes diplomáticas, España avalaría la propuesta.

España consume de media 22.900 millones de metros cúbicos (de agosto a marzo) de gas. Con el 15% marcado por Bruselas debería recortar 3400 millones de metros cúbicos. La Comisión Europea le había ofrecido rebajar hasta 2.900 millones de metros cúbicos el ahorro, pero España está peleando por bajarlo un poco más, hasta en torno a los 1.700 millones.

Solidaridad europea

Pese a las críticas con el plan ya cristalizado, la necesidad de poner en marcha medidas de contingencia y ahorro energético ya se acordó, sin embargo, en un Consejo Europeo el pasado 31 de mayo, cuando las presiones del Kremlin, que lleva años usando el gas como arma, ya eran muy visibles. En aquel consejo ya se habló del espíritu de solidaridad europea. Tras la polémica suscitada por el plan de ahorro presentado el pasado miércoles —que optaba por mutualizar el golpe del recorte—, fuentes comunitarias señalan que el asunto no es juzgar qué países lo han hecho bien o mal, porque si Moscú corta el grifo el problema no será solo de política energética sino de mercado común: el golpe de la falta de suministros, de los recortes y de las gritas en la cadena industrial de un país tendrá reverberaciones en el resto.

Bruselas sostiene, además, que con el tijeretazo lineal, aunque no se pueda enviar a otro el gas que se ahorra debido a la falta de interconexiones, si se reduce el consumo bajarán los precios porque disminuirá la presión sobre los mercados. Además, dicen, incluso los que no exportan gas directamente de Rusia liberan gas de otros proveedores para el resto (si España consume menos gas argelino, por ejemplo, hay más para Italia).

Bruselas ha cifrado en 45.000 millones de metros cúbicos el ahorro de gas imprescindible no solo para capear el invierno que viene, sino para tener ciertas garantías de suministro en el de 2023. Ahora teme que con las enmiendas al plan se reduzca el ahorro y se quede en unos 38.000 millones de metros cúbicos. El borrador enmendado del plan, visto por EL PAIS, introduce además otros cambios y da más poder al Consejo Europeo, frente a la Comisión. Para declarar el estado de alerta, que contempla transformar en vinculantes los porcentajes de ahorro voluntario y los envíos de ahorro solidarios, hace falta que una mayoría simple apruebe la petición la Comisión o que o pidan cinco países.

Los cambios en el plan atienden también a los países que, como España, pedían más tiempo y amplía del 30 de septiembre hasta el 31 de octubre la fecha para presentar el plan de contingencia.

A medida que se acerca el invierno y el Kremlin mueve la palanca del gas, las perspectivas de una crisis energética toman cada vez más forma. Este lunes, el anuncio de Gazprom de que recortará hasta dejar en un quinto de su capacidad el bombeo por el gasoducto Nord Stream 1, ha dado otro argumento más a Bruselas de que lo correcto es ponerse en el peor de los escenarios y diseñar un plan de contingencia que permita reaccionar ante un corte total. “Este es exactamente el tipo de escenario al que se refería la presidenta [Von der Leyen] la semana pasada y que la llevó a ella y al colegio de comisarios a hacer la propuesta solidaria para ahorrar gas”, ha dicho el portavoz de la Comisión, Eric Mammer, que ha recalcado que espera que el consejo de ministros de este martes de una “respuesta adecuada”.

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