Los expertos económicos elevan al 7,9% la inflación y alertan de la persistencia del “entorno negativo”
El Panel de Funcas rebaja la previsión de crecimiento del PIB para 2022, hasta el 4,2%
El efecto dominó que ha embestido la economía sigue haciendo mella en todos los pronósticos. El último en empeorar las previsiones es el panel de Funcas, publicado este miércoles. El documento hace una media entre las estimaciones de 19 casas de análisis y concluye que España cerrará 2022 con más inflación y menos crecimiento: el PIB avanzará un 4,2%, una décima menos de lo calculado en mayo, y los precios crecerán un 7,9%, un punto más de lo estimado en el panel anterior. Detrás de este deterioro están los sospechosos de siempre, con la crisis energética y la guerra de Ucrania a la cabeza, que meten presión y elevan la incertidumbre sobre la evolución de la economía global.
“La preocupación en torno a las perspectivas económicas globales se ha exacerbado desde el último panel”, alerta el think tank de las cajas de ahorro. “La invasión de Ucrania ha agravado las tensiones en los mercados energéticos y de materias primas, arrastrando el resto de precios y empujando la inflación hasta cotas sin precedentes desde los años ochenta en las economías avanzadas (...). Prácticamente todos los panelistas consideran que el entorno externo es desfavorable, tanto en la UE como fuera de ella. La expectativa es que ese entorno negativo se mantendrá o irá a peor en los próximos meses, según una amplia mayoría de analistas”.
Funcas ya había rebajado sus previsiones de crecimiento, en línea con los principales organismos internos e internacionales, ante un contexto cada vez más desafiante. La inflación lleva meses al alza y ya se ha convertido uno de los principales rompecabezas para Gobiernos y bancos centrales. El repunte de precios, que en un principio se creía temporal ―causado por el desfase entre demanda y oferta al levantar las restricciones anticovid―, no ha hecho que empeorar con el conflicto en Ucrania: los precios de la energía se han instalado en una espiral alcista que ya ha contagiado a buena parte del resto de la cesta de la compra, a lo que se añaden las amenazas rusas de un corte en el suministro del gas.
En este escenario, ninguna de las 19 casas de análisis prevé tasas de inflación inferiores al 7% para este año. La más elevada es la de Funcas ―un 8,8%―, mientras que CEOE y Analistas Financieros Internacionales (AFI) son los más optimistas, con un 7,2%. En 2023 se espera un repunte del 3,1%, 0,9 puntos más que la previsión anterior. La tasa de inflación subyacente, la que no tiene en cuenta la energía y los alimentos frescos ―los elementos más volátiles de la cesta de la compra―, también ha sido revisada al alza: un 4,6% para este ejercicio y el 3,3% para el próximo.
Este repunte sostenido en los precios ha llevado a los bancos centrales a cambiar el rumbo de sus políticas monetarias, con alzas de tipos dirigidas a enfriar la economía, pero que tienen a la vez el riesgo de frenar la reactivación tras la pandemia. “La política monetaria se enfrenta a la necesidad de contener las presiones inflacionistas sin que descarrile la recuperación ni que aparezcan nuevos riesgos financieros”, avisa Funcas.
Desaceleración
Pese a la revisión a la baja en el crecimiento, el panel apunta a un avance del PIB del 0,4% y del 0,5% en los trimestres centrales del año, empujado por una temporada turística que augura cifras récord, cercanas a las registradas antes de la pandemia. Este ritmo se moderará sin embargo en los últimos tres meses del ejercicio, hasta el 0,3%. “El final del año podría verse lastrado por el fuerte ascenso de la inflación y las incertidumbres derivadas de la guerra de Ucrania y su impacto sobre los mercados energéticos –especialmente sobre el suministro del gas–”, alerta el organismo.
Repsol tiene la peor previsión de crecimiento de cara a 2022: un 3,7%, frente a la media del 4,2% del panel y el 4,3% del Gobierno. Para 2023, es BBVA quien firma el peor pronóstico: un avance del PIB del 1,8% frente al consenso del 2,5%, un porcentaje que a su vez ha sido recortado en cinco décimas por el menor crecimiento esperado en la segunda mitad de este año. “El menor ritmo de crecimiento esperado para la segunda mitad de este año repercute más acusadamente en la tasa de crecimiento prevista para 2023, que, debido al menor efecto de arrastre, se ha recortado en cinco décimas”, explica Funcas.
La positiva evolución del mercado laboral en la primera parte del año, por el contrario, ha llevado a mejorar las previsiones de empleo: la tasa de paro media esperada para 2022 baja dos décimas, hasta el 13,5%, y descendería al 13,1% en 2023. También mejora el pronóstico sobre el déficit público en comparación con el panel anterior, en tres y una décima, respectivamente, hasta el 5,2% del PIB en 2022 y el 4,7% en 2023 ―el Gobierno calcula un 5% y un 3,9%―.
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