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Galán se muestra “seguro” de que el ‘caso Villarejo’ no impedirá la compra de la estadounidense PNM

Iberdrola repartirá el mayor dividendo de su historia con cargo a los resultados de 2021, el primero desde el inicio de la crisis energética

Ignacio Fariza
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, en una imagen de archivo.
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, en una imagen de archivo.

Iberdrola está convencida de que su operación estrella en Estados Unidos —la compra de PNM Resources, paralizada a finales del año pasado por un regulador de Nuevo México aludiendo al caso Villarejo— saldrá adelante. “Tenemos todos los permisos federales y estatales menos uno. Estoy seguro de que el resultado del recurso [presentado para tratar de revertir la decisión inicial] será positivo”, ha afirmado el presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, en el marco de la Junta General de Accionistas celebrada este viernes en Bilbao.

La Comisión de Servicios Públicos de Nuevo México rechazó en hace siete meses la operación, valorada en más de 7.000 millones de euros y clave para el crecimiento de Iberdrola en el país norteamericano, afirmando que la eléctrica española no era “el socio adecuado”. Pocos días después, la eléctrica remitió a la Audiencia Nacional un escrito en el que apremiaba al juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, a acelerar la investigación por el “daño reputacional” que le generaba: “La decisión [de denegar la operación] ha estado fuertemente influida por la existencia de la actual investigación penal. Prueba de ello es que, en el momento de emitir su voto, cuatro de los cinco comisionados mencionaron expresamente la investigación desarrollada en España como motivo para rechazar la operación, haciendo duras manifestaciones en contra de la empresa”, decía.

Ni la imputación de Galán por el caso del comisario jubilado —era la primera vez que llegaba a un cónclave accionarial en calidad de investigado—, ni el exabrupto lanzado hace poco más de un mes contra los consumidores del mercado regulado —a los que llamó “tontos”— han puesto en apuros este viernes la votación de las propuestas del consejo de administración: todas han salido adelante, con un alto porcentaje de aprobación. De hecho, ninguna de las preguntas formuladas por los accionistas en la Junta ha girado en torno a estas cuestiones.

Sin esa interpelación directa de los dueños de Iberdrola sobre las cuestiones más espinosas de los últimos meses, Sánchez Galán se ha limitado a subrayar que la energética que dirige es una empresa “dialogante y de colaboración”. Y que va a continuar en “la misma línea”: “Hemos defendido, defendemos y defenderemos el proceso que ha convertido a Iberdrola en una de las mayores eléctricas de Europa y del mundo”, ha enfatizado.

Al haberse superado el 70% de quórum (finalmente han participado el 72% de los titulares del capital social), Iberdrola repartirá un dividendo extra de 0,005 euros por título. Una medida inédita entre las grandes empresas españolas que buscaba incentivar el voto entre los accionistas minoritarios, que suelen ser mucho más proclives a votar a favor de las propuestas del Consejo. Incluso sin sumar esa retribución extra, el dividendo de Iberdrola con cargo a los resultados de 2021 —el primer año de crisis energética— será el mayor de la historia del grupo: 0,27 euros por acción que llegan tras los 0,17 distribuidos en febrero.

Sin impacto de Ucrania

El presidente de la mayor empresa del Ibex 35 por valor en Bolsa, por delante de Inditex, ha calificado 2021 —las cuentas que se sometían a consideración de los accionistas— de año “récord”, en el que Iberdrola creció a un ritmo “superior al previsto” a pesar de que su actividad en España, ha afirmado, se vio lastrada por la necesidad de acudir al mercado para comprar energía por la sequía y la menor incidencia del viento.

Del exterior —PNM al margen— todo son, a su juicio, buenas noticias: “A la vista de cómo está evolucionando el ejercicio, especialmente en EE UU y Brasil, podemos ratificar nuestras perspectivas de beneficios de entre 4.000 y 4.200 millones”, ha afirmado Sánchez Galán al tiempo que calificaba de “mínimo” el impacto de guerra en Ucrania sobre la compañía que preside: “Se invertirá más en redes, en renovables y en almacenamiento, y esa es precisamente nuestra estrategia desde hace años”.

Sánchez Galán tampoco cree que un posible cambio de ciclo económico, con una potencial entrada de la economía occidental en recesión, pueda hacer descarrilar a Iberdrola: “Nuestra actividad es menos sensible que otras a los ciclos [macroeconómicos], y nuestros ingresos provienen de países con distintas monedas, entre ellas el dólar y la libra, que se están revaluando frente al euro. Y el 80% de la deuda es a largo plazo”.

El proceso de electrificación acelerada de varios sectores económicos en los próximos años, además, ofrece a la empresa una un “nuevo entorno” en el que parte con “ventajas claras”, en palabras de Sánchez Galán: “Tenemos acceso a financiación verde, presencia en mercados estables y atractivos, y hemos multiplicado por siete nuestro tamaño en los últimos 20 años. Somos la primera eléctrica europea por capitalización y una de las mayores del mundo”.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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