No tan atónitos con el empleo
Los datos demuestran que la economía española tiene una buena base para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores
La fuerte creación de empleo registrada el pasado mes de noviembre ha creado un notable desconcierto. La Seguridad Social constató un aumento de 61.768 afiliados, el máximo de la serie histórica, lo que elevó el número total de inscritos a 19.752.358. Significa que se ha superado el número de ocupados de antes de la pandemia. También el número de desempleados registró el mejor comportamiento desde que se disponen datos con una caída de 74.381 parados en el mismo mes, lo que rebaja la cifra total de parados a 3.182.687. Se trata de unos resultados positivos sin lugar a dudas. El centro de análisis Funcas ha subrayado la relevancia de estos datos al recordar que “lo habitual en los meses de noviembre es que la afiliación descienda”.
Esta evolución revela lo alejados que están algunos debates de la realidad de nuestro mercado de trabajo. La más inmediata constatación es que los argumentos que esgrimía la patronal CEOE en contra de la subida del salario mínimo por el daño que causaría a la creación de empleo no parecen tan sólidos. Los hechos revelan que el aumento de 15 euros del pasado septiembre hasta situar el Salario Mínimo Interprofesional en 965 euros en 14 pagas, no ha impedido una creación de puestos de trabajo sin precedentes.
El malogrado pensador marxista Michel Husson, fallecido el pasado julio, dejó constancia el año pasado de la abundancia de estudios que negaban la relación entre el aumento de salario mínimo y la creación de empleo, incluyendo los realizados por la OCDE y el FMI para países en desarrollo. Investigadores alemanes han encontrado incluso aspectos positivos en la subida del salario mínimo, algo que ya descubrieron los economistas estadounidenses David Card y Alan B. Krueger, en 1995. Las dudas en todo caso quedan desmentidas con la propuesta del nuevo Gobierno alemán, que ha anunciado una subida del salario mínimo del 25%. Hay que recordar que las empresas de Alemania, con un salario mínimo de 1.585 euros al mes, compiten en el mismo mercado y la misma moneda que los demás países de la zona euro.
Una segunda constatación, que podría explicar lo que está ocurriendo, es el bajo nivel de los salarios en España. Un hecho que se refleja en el creciente número de trabajadores que no logran salir de la pobreza a pesar de tener empleo. Según la Confederación Europea de Sindicatos, un 12,7% de los trabajadores españoles estaban en situación de pobreza en 2019, el segundo nivel más elevado de la Unión. El Instituto Nacional de Estadística confirma esta realidad en su Encuesta de Condiciones de Vida de 2020, al indicar que un 16,9% de los ocupados (más de tres millones) tienen dificultades para pagar sus facturas básicas.
Los datos de empleo de la Seguridad Social reflejan que la economía española tiene una buena base para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. Una mejora que seguramente potenciará y estabilizará la economía como están mostrando nuestros mayores competidores.
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