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El presidente de UBS asegura que nunca pensó en indemnizar a Orcel cuando se fue al Santander

El banco sostiene que no firmó un contrato con el directivo italiano sino una carta oferta por lo que rechaza indemnizarle con 76 millones

Íñigo de Barrón
El actual consejero delegado de Unicredit, Andrea Orcel, durante el juicio que mantiene contra el Santander.
El actual consejero delegado de Unicredit, Andrea Orcel, durante el juicio que mantiene contra el Santander.REUTERS

El juicio de Andrea Orcel contra el Santander en el que le reclama 76 millones por daños morales y contra su reputación ha quedado visto para sentencia, a falta de las conclusiones de las dos partes. En la sesión de este miércoles intervino por teleconferencia Axel Weber, presidente de UBS, el banco en el que trabajaba Orcel cuando fue fichado por el Santander en septiembre de 2018. Tras el anuncio, el directivo italiano, que ahora es consejero delegado de Unicredit, se trasladó a Madrid con su familia y empezó a mantener reuniones con directivos del Santander hasta que todo saltó por los aires. En enero de 2019, el banco presidido por Ana Botín emitió un comunicado diciendo que renunciaba a incorporar a Orcel como consejero delegado por su “coste inaceptable”, ya que UBS se negó a pagar una parte de la retribución diferida que le correspondía a su exdirectivo, un total de 35 millones, además de otros emolumentos.

Weber, que fue presidente del Bundesbank (el Banco Central de Alemania) y miembro del consejo de gobierno del BCE, ha sido tajante al afirmar que informó a Botín el 18 y el 24 de septiembre de 2018 que su opinión sobre el pago pendiente “era muy clara según nuestros principios. No íbamos a abonar los pagos pendientes porque Orcel se iba a otra entidad financiera, era una dimisión voluntaria. El 25 de septiembre se tomó la decisión en el consejo, se notificó al Santander y en ningún caso se iba a negociar”.

Mark Shelton, director de Retribuciones de UBS, que también declaró en teleconferencia en el juicio que duró más de cuatro horas y media, coincidió en que esa era la postura del banco suizo. Lo que se reclamaba a UBS rebajaría la factura que el Santander debía pagar a Orcel. El directivo, presente en la sala -muy activo enviando mensajes a sus abogados defensores en los interrogatorios-, declaró optimista al finalizar la sesión: “Ha salido todo lo que tenía que salir; ahora que decida el juez”.

Orcel también creía que UBS le pagaría parte del bonus

Esta posición de Weber choca con las declaraciones de Ana Botín, que dio a entender que UBS sí podría pagar parte de esos 35 millones de euros que iba a dejar de ganar Orcel por irse al Santander. Este tema era trascendental porque la entidad española no estaba dispuesta a pagar todo este montante, ya que se excedía de sus retribuciones habituales. El propio Orcel también afirmó por escrito al Santander que podría lograr que UBS le pagara alrededor de la mitad de esta cantidad, como lo expresó en diferentes documentos durante los meses de las negociaciones, aunque luego no fue así.

¿Cómo se explica que si UBS tenía una decisión tan tajante sobre esta cuestión el Santander siguiera negociando con Orcel hasta enero de 2019? Botin declaró que, pese a la resistencia de UBS, había directivos de la entidad que sí querían pagar parte del bonus pendiente de Orcel como ya se había hecho en otras ocasiones. Además, dijo que UBS era un asesor fundamental del banco durante más de 20 años por lo que esperaban un gesto por su parte. Desde la defensa del Santander se mantiene el argumento de que el director ejecutivo de UBS en ese momento, Sergio Ermotti, era partidario de pagar a Orcel, pero nadie le ha llamado a declarar por lo que se desconoce su posición. De todas formas, Weber aclaró que una decisión de este tipo no la puede tomar un directivo sino el consejo de administración del banco, restando importancia al papel de Ermotti.

El italiano cada vez pedía más

El director de Recursos Humanos del grupo Santander, Roberto di Bernardini, que en noviembre pasará a trabajar en Danone, declaró que no conocieron el importe del bonus pendiente de Orcel hasta diciembre. Jaime Pérez Renovales, secretario del consejo del Santander, también compareció y afirmó que Orcel, pese a no conseguir que UBS le pagara, reclamó alrededor de tres millones más por intereses y dividendos de la cartera de acciones que se dejaba en el banco suizo, “lo que creó malestar por lo que suponía”. Shelton confirmó que Orcel recibió el 20% del bonus de 2018 en efectivo, y que ha cobrado los pagos diferidos correspondientes en 2020 y en 2021, pero no dijo las cantidades.

La posición del Santander en este caso sigue siendo clara: afirma que no tiene que pagar ninguna compensación a Orcel porque nunca le ofreció un contrato, sino una carta oferta sujeta a varias condiciones que no se llegaron a cumplir. También recuerda que una cláusula del acuerdo decía que se podía romper unilateralmente por cualquiera de las partes sin preaviso y sin pedir compensaciones.

El final del juicio, en el salón de actos de los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid fue muy agitado. El letrado de Orcel, Álvaro Remón, acusó de mentiroso y de manipulador de documentos al del Santander, José Miguel Fatás, que le devolvió las calificaciones y le recordó que le habían puesto una querella por falsedad que había sido desestimada. El juez, Javier Sánchez Beltrán, pidió paz a los abogados y les reclamó que presentaran sus conclusiones por escrito porque tras cuatro horas y media de juicio “y dada la complicación del caso, tengo dudas de que pueda entenderles con precisión”. El 5 de noviembre las entregarán y, posteriormente, se dictará sentencia.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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