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La tercera o cuarta vida de los tejidos

Recovo ofrece a marcas de moda material sobrante de casas como Pronovias o Ecoalf para evitar su desperdicio

Gonzalo Sáenz, Marta Iglesias y Mónica Rodríguez (cofundadoras de Recovo) y Clara Méndez.
Gonzalo Sáenz, Marta Iglesias y Mónica Rodríguez (cofundadoras de Recovo) y Clara Méndez.

En los últimos años, empujados por la creciente concienciación respecto al medio ambiente, han surgido proyectos que persiguen una concepción más sostenible de la moda. Y es precisamente esta senda la que a principios de este año tomaron Mónica Rodríguez y Marta Iglesias al fundar Recovo, una plataforma para dar salida a tejidos sobrantes de marcas. El objetivo de la compañía fundada por estas dos extrabajadoras de Inditex es facturar 159.000 euros y ahora preparan su primera ronda de financiación.

“Llevo emprendiendo ya bastante tiempo”, cuenta al otro lado del teléfono Rodríguez, leonesa de 28 años. Cuando estaba en la universidad, donde estudió Marketing y Comunicación Publicitaria, creó una marca de moda llamada DNA que trabajaba con tejidos deadstock, inventario que queda descartado, como los que forman el catálogo de Recovo. Luego continuó con su carrera y se incorporó a la casa gallega. “Y dos años después se me presentó la oportunidad de volver a meterme en el mundo emprendedor y me lancé”, asegura.

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Rodríguez buscaba un proyecto que generara impacto positivo. La industria textil es la cuarta que más presión ejerce sobre el uso de materias primas y agua y es la quinta con emisiones más altas de gases de efecto invernadero. Y vio, además, que existía el problema de los desperdicios, por lo que tenía sentido apostar por un modelo circular y hacerlo en este sector, que conocía bien.

“La industria de la moda está en plena transición y se están llevando a cabo cada vez más iniciativas para que llegue a ser más circular y sostenible, pero aún había mucho que hacer”, comenta la cofundadora. Así que se pusieron manos a la obra y en mayo constituyeron Recovo, que en la actualidad cuenta con seis empleados. El funcionamiento es sencillo: los excedentes de marcas como Pronovias, Hemper, Ecoalf o Pyratex se ofrecen en la plataforma de Recovo a la que acceden los compradores. En ella se puede encontrar información sobre cantidad, medidas, composición, impacto o trazabilidad de cada tejido. Tienen más de 320 referencias y están divididas en tres grandes categorías: naturales, reciclados y sintéticos.

“Al principio nos centramos en hablar con fabricantes textiles, no tanto en explorar las marcas, porque aún estábamos preparando todo”, cuenta.

Sobre los compradores, Rodríguez señala que son empresas medianas y pequeñas interesadas en la sostenibilidad, que suelen hacer colecciones cápsula y que no siguen el patrón de dos grandes colecciones al año. “Este tipo de marcas son tanto nacionales como internacionales. De hecho, ahora mismo el 20% del tránsito de la plataforma es español, pero el resto internacional, de países como Francia, Alemania, Suecia, Holanda…”, apunta.

“Tú puedes comprar tejido reciclado, tejido orgánico, pero al final, cuando aprovechas el que ya existe, el impacto es cero”, relata Rodríguez sobre el interés de los productores en el tejido deadstock. “Es muy gratificante porque ves cómo una marca está aprovechando los tejidos de otra y cómo al final estamos consiguiendo crear comunidad. Nuestro principal objetivo es combatir los residuos textiles a través de la comunidad y la tecnología”. Entre las marcas que ya han recurrido a Recovo se encuentran Vitamin Sea Barcelona, Lifegist y Otro Studio.

Visión global

“La base está en España, pero tenemos una visión global y estamos empezando a ver que las visitas son internacionales, que hay muchos usuarios registrados del norte de Europa”, cuenta la también consejera delegada. En 2022 prevén abrir nuevos mercados, pero esperan que esta tendencia ya se empiece a notar a finales de este año.

La aceptación, cuenta, es excepcional: “Mucha gente se acerca diciéndonos que qué buena iniciativa”. Para las marcas medianas y pequeñas es más complicado encontrar proveedores y, una vez que los encuentran y quieren explorar tejidos sostenibles, el acceso a este tipo de materiales no resulta sencillo. “Y un punto interesante que vemos es ese, que hay mucho interés por encontrar tejidos sostenibles y eso lo ven en nosotros”.


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