_
_
_
_
_

Los empresarios británicos quieren contratar presos para paliar la crisis de mano de obra

El Brexit y la pandemia amplían las dificultades para encontrar trabajadores en sectores como el de la alimentación y transportes, poniendo en riesgo la campaña navideña

Fila de camiones en las proximidades de Dover (Reino Unido) en diciembre de 2020.
Fila de camiones en las proximidades de Dover (Reino Unido) en diciembre de 2020.AP

Productores de carne procesada en el Reino Unido están contratando a presos como jornaleros para cubrir la crisis de mano de obra que se ha producido a raíz del Brexit y la pandemia del coronavirus. La Asociación de Suministradores Independientes de Carne (AIMS, en sus siglas en inglés), que representa a carnicerías, mataderos y procesadores, ha entablado contacto con el Ministerio de Justicia para solicitar una ampliación del número de reclusos con permiso especial de salida para realizar un trabajo remunerado, según adelanta el diario The Guardian en su edición de este lunes.

MÁS INFORMACIÓN
Un camarero atiende a unos clientes en un bar de Londres el pasado 12 de abril.
El Reino Unido busca trabajadores (desesperadamente)
Los problemas cercan a Boris Johnson tras dos años de reinado

El servicio penitenciario inglés facilita la contratación de presos que se encuentran en régimen equivalente al segundo grado español. Por lo general tienen la oportunidad de trabajar una jornada por semana, con la paga correspondiente. Pero el mecanismo está desbordado y el cupo de reclusos con permiso de salida para ocupar un puesto de trabajo no cubre las urgentes necesidades del sector.

La industria se resiente del explosivo combinado de bajas del mercado laboral fruto de la covid-19 —ya sea por contagios o contactos estrechos con el virus— y el bloqueo a la contratación de nacionales comunitarios no residentes en el Reino Unido desde la salida definitiva de la Unión Europea, en enero de 2021. La falta de personal afecta al transporte por carretera, supermercados y hostelería, entre otros sectores relacionados con la industria alimenticia, y ha desembocado en una cadena de desabastecimiento que obstaculiza el despegue de la economía pese a la liberación de las restricciones para contener la pandemia.

La Asociación Británica de la Industria Cárnica (BMPA) anticipa problemas en la producción y el suministro de menús típicos de la Navidad, como el cerdo envuelto en bacon y el jamón asado, que requieren de una mayor elaboración que el más popular pavo. De acuerdo con la asociación, sus miembros afrontan una extraordinaria falta del personal, que ya supera el 15%. Se quejan, además, de que los supermercados y grandes superficies están ofreciendo bonificaciones de entre 2.500 y 5.500 euros a conductores de camiones para repartir con ellos sus propios productos. “Eso significa que los fabricantes tienen dificultades para repartir sus artículos. Y esos mismos comerciantes imponen multas a sus suministradores que no entregan a tiempo los pedidos”, denuncia la BMPA en el blog de su plataforma.

Ambas entidades han recurrido también a asociaciones que ayudan a reclusos a encontrar trabajo en cuanto salen de la cárcel. “La mayoría de la industria alimenticia afronta una crisis de contratación”, afirma a The Guardian un portavoz de la AIMS. Interior insiste en que la mano de obra británica tiene prioridad ante cualquier iniciativa dirigida a extender los permisos temporales hábiles para jornaleros de la UE.

Uno de los principales sindicatos de camioneros, GMB, ha iniciado los trámites para organizar una huelga del gremio en el otoño, que pondría en riesgo el flujo de suministros en la precampaña navideña. Solo en el sector alimentario faltan unos 90.000 conductores de vehículos pesados en Reino Unido, según los cálculos del sindicato.

En la industria cárnica hay actualmente unas 14.000 ofertas laborales, de acuerdo con la AIMS. La asociación de productores de carne procesada afirma que los puestos sin cubrir en la cadena de procesado equivalen al 15% del conjunto de trabajadores del sector. Al mismo tiempo, la captación y retención de cocineros y camareros con experiencia se ha convertido en una pesadilla. Sobre todo ahora, en un momento de mucha competencia que viven restaurantes, bares y cafés, particularmente en Londres, en este primer verano post-brexit tras más de seis meses de cierre por el coronavirus. En todo el país, la cadena Nandos tuvo que echar la persiana de nuevo en al menos 45 establecimientos debido a la falta de personal y a retrasos en el suministro de pollo, el principal ingrediente de su oferta. KFC también adujo problemas similares al retirar algunos productos de su menú habitual.

El secretario general de la AIMS, Tony Goodger, ha instado al Gobierno de Boris Johnson ampliar la lista de sectores industriales donde pueden trabajar presos que han concluido la mayor parte de sus condenas. El procedimiento se estructura como un servicio de prácticas laborales que contribuye a la rehabilitación del recluso y a su reintegración en la sociedad. A largo plazo reduce el nivel de reincidencia, de acuerdo con los expertos. El Ministerio de Justicia respondió positivamente a la idea porque, según un portavoz, “hay menos probabilidades de que los presos reincidan cuando se les ayuda a encontrar trabajo mientras cumplen sus sentencias y después de ser excarcelados”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_