La OPEP+, de nuevo en desacuerdo
El principal riesgo es una falta de entendimiento que eleve los precios del petróleo lo suficiente como para que se conviertan en un freno a la recuperación económica
Después de la debacle de la demanda y un ajuste tardío en la oferta a comienzos de 2020, el mercado del petróleo ha cerrado su desequilibrio con celeridad. En parte, gracias a una muy positiva reacción de la demanda, en especial desde Estados Unidos, pero también producto de una restricción vigente en la oferta por parte de la OPEP+. Con la inflación al alza a nivel global y un incremento del precio del Brent cercano al 50% desde inicio del año, son muchas las voces a favor del aumento del suministro de petróleo. Tiene la solución la OPEP+, que se reunió la semana pasada —entre otras cosas— para definir el siguiente paso de su programa de cuotas de producción.
Al inicio de semana, los mercados descontaban una posición cauta producto de las advertencias del príncipe Abdulaziz, de Arabia Saudí, sobre la fragilidad de la demanda de cara a potenciales nuevas olas de la covid-19. Sin embargo, rumores de un acuerdo tácito promovido por Rusia para lograr un incremento de producción frenaron el ímpetu del precio del petróleo.
Pero, como si le faltaran incertidumbres a este mundo en recuperación, la reunión se postergó, aunque se conocieron algunas primeras pinceladas de los potenciales acuerdos: un incremento gradual y coordinado de la oferta de petróleo por unos “cuantos meses”. La fractura se produjo en este punto, por una parte Emiratos pedía que fuera tan solo hasta cierre de año, mientras otros pedían hasta agosto de 2022 (moderando luego hasta abril de 2022). La división no se logró subsanar y suspendieron, sin fecha, las conversaciones.
La lectura es ambigua. Para unos es un desacuerdo que implica estabilidad en los niveles actuales de producción, lo que podría presionar los precios al alza en un mercado bastante apretado a nivel global. Pero, por otro lado, el desacuerdo puede desencadenar la ruptura de la estrategia común de la OPEP+ y daría carta blanca a los principales productores para aumentar la producción. Esto contendría el precio y podría incluso hacerlo retroceder. Así, hasta no formalizar una nueva reunión, los ojos estarán puestos en el cumplimiento de las cuotas pactadas por país, recordando que existe el incentivo de desalinearse beneficiándose de la disciplina de los otros países miembros.
Para el mundo, el principal riesgo es una falta de entendimiento que eleve los precios del petróleo lo suficiente que se conviertan en un freno a la recuperación económica. Pero para quienes lo producen, también está la no despreciable amenaza de finalizar los acuerdos, aumentar la producción y repetir lo vivido en abril de 2020 cuando los precios del petróleo fueron negativos. Por el momento, la OPEP+ está de nuevo en desacuerdo.
Alejandro Reyes, de BBVA Research.
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