Bruselas lanza la mayor emisión de bonos de la UE para financiar la recuperación
La Comisión Europea capta los primeros 20.000 millones de euros del fondo europeo tras una operación en la que la demanda fue siete veces superior a la oferta
La Unión Europea estrenó por fin los eurobonos con los que sufragará la salida de la mayor crisis del club comunitario desde su fundación. “Hoy es un día verdaderamente histórico para nuestra Unión Europea”, anunció la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
La histórica emisión de deuda comunitaria de 20.000 millones de euros, la mayor operación institucional jamás realizada en Europa, supone el pistoletazo de salida al fondo europeo que debe apuntalar la recuperación y cimentar la transformación económica. Los inversores respaldaron esa operación con una demanda que multiplicó por siete la oferta de bonos a diez años, que la Comisión colocó a un interés del 0,086% valiéndose de su triple A. Bruselas pondrá hoy la segunda piedra del fondo con la aprobación de los dos primeros planes, el de España y el de Portugal.
Bruselas, que en los próximos seis años espera levantar 800.000 millones de euros, se convirtió ya en un gigante de los mercados de deuda. No solo por el calado de esa operación, sino también por las dimensiones del calendario. Solo este año emitirá 80.000 millones, a los que se añadirán letras que, según fuentes comunitarias, pueden llegar a 20.000 millones.
A partir de ahí, el Ejecutivo de Von der Leyen espera alcanzar una velocidad de crucero de unos 150.000 millones anuales, lo cual la sitúa como cuarta potencia europea en los mercados, a la altura de España. “Hemos alcanzado un hito clave en la implementación del NextGenerationEU. Después de sentar todas las bases a una velocidad récord, hemos llevado a cabo con éxito la primera operación de endeudamiento bajo el Plan de Recuperación. Este es solo el primer paso de un largo viaje”, afirmó el comisario de Presupuesto, el austriaco Johannes Hahn.
La UE logró dar ese salto contra todo pronóstico. Las capitales que se consideraban realistas, como París, consideraban que esa primera emisión no llegaría hasta septiembre. Las más optimistas, como Madrid o Lisboa, hablaban de julio. No en vano, para llegar hasta aquí la UE ha tenido que sortear numerosos obstáculos: los desencuentros iniciales entre Norte y Sur, las complejas negociaciones entre el Consejo y el Parlamento y el costoso proceso de ratificación de cada país. Superados todos esos escollos, solo cabía esperar que la maquinaria burocrática de Bruselas, en parte ya engrasada gracias a la deuda emitida para el programa SURE de financiación de ayudas al paro temporal, no fallara. Y no lo hizo.
La demanda alcancó los 142.000 millones de euros. Es decir, multiplicó por siete la oferta. Y la remuneración exigida por los mercados para ese nuevo producto fue mínima, del 0,086%. Ocho entidades financieras participaron en el sindicado: BNP Paribas, DZ Bank, HSBC, IMI-Intesa, Sanpaolo, Morgan Stanley, Danske Bank y Banco Santander.
Esos 20.000 millones servirán para empezar a cubrir las prefinanciaciones de los primeros países que recibirán la luz verde a sus planes de recuperación. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, empieza hoy una gira para aprobar los programas nacionales de inversiones y reformas. La alemana primero viajará a Lisboa, que será la primera capital en contar con el beneplácito de Bruselas. Y le seguirá, por la tarde, Madrid.
Primeras paradas
Von der Leyen empezará, pues, por los países que más sufrieron el golpe asestado por la pandemia. Pero también a los que ese combustible europeo dará un mayor impulso después de haber negociado sus planes de inversiones y reformas desde el pasado mes de octubre. España aspira a recibir 140.000 millones en los próximos seis años, de los cuales espera recibir 19.000 millones en 2021.
Von der Leyen el jueves visitará Atenas y Copenhague para aprobar sus planes, mientras que el viernes acudirá a Luxemburgo. Allí, precisamente, los ministros de Finanzas de la zona euro podrán abordar por primera vez los contenidos de los programas aprobados. El Consejo de la UE tendrá, de hecho, un mes para estudiar las evaluaciones de la Comisión y ratificar ese proceso. Cualquier país puede activar el llamado freno de emergencia, que supondrá elevar los planes a los jefes de Estado y de gobierno.
Por ahora, el rechazo de un plan en el Consejo no entra dentro del guion, aunque fuentes comunitarias creen que algunos socios miren con lupa los países que acumulan expedientes por socavar el Estado de derecho. La próxima reunión formal del Consejo está prevista para el 13 de julio, si bien la presidencia portuguesa todavía puede convocar una reunión extraordinaria.
Von der Leyen prevé visitar en las próximas semanas otras capitales, entre las que probablemente estarán Berlín o París. Cinco países han pedido a la Comisión más tiempo para retocar sus planes (Eslovenia, Polonia, Suecia, Croacia y Rumania), mientras que Malta, Bulgaria, Estonia y los Países Bajos no han remitido aún sus programas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.