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Bruselas advierte de que la pandemia ha amplificado los desequilibrios de la economía española

La Comisión señala la elevada deuda pública y privada y el desempleo como principales vulnerabilidades, que espera que sean corregidas con el plan europeo de recuperación

El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, durante la rueda de prensa de este miércoles en Bruselas.
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, durante la rueda de prensa de este miércoles en Bruselas.JOHANNA GERON / POOL (EFE)
Lluís Pellicer

La Comisión Europea mantiene la lupa sobre 12 países, entre ellos España, por los desequilibrios de sus economías. Tras un análisis a fondo, Bruselas concluye que la pandemia ha agravado las debilidades de las que ya adolecía España antes de la crisis. El Ejecutivo comunitario expone que España arrastra la combinación de un elevado endeudamiento externo e interno, tanto público como privado, que le expone a “choques adversos o cambios en la confianza de los mercados”. A ello se añade una elevada tasa de desempleo, que empezará a bajar el 2022. Alemania y Países Bajos también siguen bajo vigilancia por sus elevados superávits por cuenta corriente.

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El Ejecutivo comunitario ha decidido continuar revisando los desequilibrios que presentan 12 países. En el caso de tres de ellos (Grecia, Italia y Chipre), esas vulnerabilidades son consideradas “excesivas” y se deben a los elevados niveles de endeudamiento público y a los créditos dudosos del sistema bancario griego y chipriota. Otros nueve países están en un segundo nivel: Alemania, Irlanda, España, Francia, Croacia, Países Bajos, Portugal, Rumania y Suecia. Por motivos dispares, todos ellos han merecido un análisis macroeconómico en profundidad.

Bruselas prevé que España recupere a finales de 2022 el producto interior bruto (PIB) que registraba antes de que estallara la pandemia. Lo hará sobre todo impulsada por un rebote de la demanda doméstica, que durante la crisis ha mutado en una mayor tasa de ahorro. La Comisión cree que ese colchón empezará a movilizarse, pero ve riesgos en una eventual tanda de insolvencias que ponga en riesgo el tejido empresarial y el empleo. El informe señala que el Ejecutivo ya tomó medidas en marzo de 2021 para garantizar a empresas en apuros, limitando esos riesgos.

Sin embargo, España arrastra los mismos problemas que antes de la crisis. Solo que la recesión ha hecho que dé marcha atrás en el camino avanzado para solventarlos o que incluso se agranden. “La crisis de la covid-19 ha exacerbado los desequilibrios que existían desde hace varios años en España”, sostiene el informe elaborado por los técnicos de la Comisión. Las debilidades de España tienen dos nombres: deuda (en todas sus formas) y desempleo.

Riesgo de problemas fiscales

La Comisión apunta a que el país debe reducir su endeudamiento interno y externo. Bruselas espera que la balanza por cuenta corriente repunte en 2022, pero añade que una reducción “decisiva” de las obligaciones implicaría mantener superávits durante “un periodo de tiempo sostenido”. La deuda privada escaló del 130,3% al 147,4% en 2020, mientras que la pública llegaba al 120%, poniendo en “un riesgo elevado” su sostenibilidad a medio plazo. La tasa de paro escaló al 15,5% en 2020, aunque el año que viene bajará al 14,4%, mientras que los salarios descendieron igualmente un 4,2%.

El informe confía en que la ejecución del plan nacional de recuperación, con el que España aspira a captar 140.000 millones de euros en ayudas, permita a España reducir esas vulnerabilidades. Bruselas espera que el fondo impulse el crecimiento y el empleo, pero también la competitividad de España mediante las reformas previstas para mejorar “las competencias laborales y reducir la segmentación del mercado de trabajo”. El documento destaca también la inversión en I+D+i y energías renovables. El Ejecutivo comunitario, en cambio, cree que España no afronta riesgos de sostenibilidad fiscal de inmediato, pero advierte de que un deterioro de las perspectivas económicas puede plantear ese desafío a medio plazo.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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