Los sindicatos vuelven a la calle el Primero de Mayo pidiendo frenar a la extrema derecha
Sordo y Álvarez exigen ante seis ministros la derogación de la reforma laboral y la subida del salario mínimo en un acto que por primera vez contó con la titular de Trabajo
Si en 2020 el Primero de Mayo estuvo condicionado por la ausencia de concentraciones debido a la pandemia, en este 2021 han sido las elecciones madrileñas del próximo 4 de mayo las que han marcado el paso en el Día Internacional de los Trabajadores en la capital. Los comicios no faltaron en los discursos de los secretarios generales de UGT, Pepe Álvarez, y CC OO, Unai Sordo. “Ni un voto trabajador a la extrema derecha”, clamó este último acabando su intervención en la Puerta del Sol. “Que ningún trabajador se quede en casa para que las urnas de los barrios populares se llenen de votos y la derecha no nos dé duros a cuatro pesetas”, remachó Pepe Álvarez. Antes, los secretarios generales regionales de ambas formaciones habían pedido el voto para las fuerzas de izquierda en Madrid.
Las elecciones del martes también han estado presentes en la nómina de asistentes a la manifestación. Seis ministros del Gobierno —uno menos de los anunciados— acudieron a la cita: las vicepresidentas primera, Carmen Calvo, y tercera, Yolanda Díaz, y los titulares de Derechos Sociales, Ione Belarra; Transportes, José Luis Ábalos; Igualdad, Irene Montero; y Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. La presencia de la ministra de Trabajo —la primera que anunció su participación en la manifestación— es histórica. Nunca antes un ministro con esa cartera había recorrido las calles en el Primero de Mayo. También estuvieron los tres candidatos de la izquierda a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, Pablo Iglesias y Mónica García.
Los líderes sindicales aprovecharon que los ministros se encontraban ahí para lanzarles sus reproches. De pie, en el suelo delante del escenario montado en la Puerta del Sol, los representantes del Ejecutivo fueron interpelados para que cumplan con el programa de Gobierno o con las exigencias que llevan meses planteando: la derogación de la reforma laboral y de pensiones, la subida del salario mínimo interprofesional (SMI, congelado en 2021), límites a los precios de la vivienda… “Os agradecemos la presencia, vicepresidentas, ministros y ministras y candidatos”, comenzó Sordo. “Pero vamos a ser exigentes. Toca cumplir con los trabajadores y saldar las cuentas con los que sacaron adelante el país”, reclamó en referencia a los empleados de servicios esenciales durante el confinamiento. “Cuando pedimos la subida del salario mínimo, no es que queramos tener una bronca, es porque esta gente no puede seguir con salarios de miseria. Cuando pedimos la derogación de la reforma de pensiones de 2013, es para que haya pensiones suficientes para las próximas tres décadas. Cuando hablamos de la reforma laboral, hablamos de dignidad laboral”, continuó.
“Me parece gratificante que vengan”, dijo Álvarez en referencia a la presencia de varios ministros, y añadió que no por eso iban a rebajar sus peticiones. Sordo, por su parte, insistió en que “la mejor vacuna contra la extrema derecha es rehacer el contrato social” y que este sábado es el día de “solidaridad y reconocimiento a la clase trabajadora que ha sacado adelante España en la peor crisis del último siglo”.
El líder de UGT dejó claro que este Primero de Mayo es “especial”, porque el hecho de que se celebre en la calle “no quiere decir que no esté presente todo lo que se ha vivido en el país durante este último año y tres meses”. Tanto Sordo como Álvarez coincidieron en que se tiene que hacer frente al modelo de “precariedad permanente, a la desigualdad instalada, a las enormes incertidumbres que corroen a millones de personas” porque “es la mejor vacuna para que las miserias morales de la extrema derecha no convenzan de que el problema son los más pobres o los menores no acompañados”.
“Queremos recordar a los cientos de miles de españoles que lo siguen pasando mal”, siguió Sordo, “a los parados, a los 1,2 millones de hogares cuyos miembros están todos en desempleo, a quienes han tenido que hacer cola para poder tener una vida y sustentos básicos y a todos los trabajadores que están siendo afectados por los ERE y por los despidos masivos que de forma irresponsable están impulsando algunas grandes empresas de nuestro país”. En esta línea, Álvarez apuntó a que el sector financiero “está abusando de los ciudadanos del país después de todo lo que se ha dedicado para sanear la banca” y devolviéndolo “con despidos”.
“Ahora toca cumplir”, ha pedido Álvarez, tomando el lema de este año del Primero de Mayo, “hay que recuperar la negociación colectiva y con la actual normativa no se puede. Hay que recuperar la ultraactividad. El Ritz, aquí al lado, tiene un ERE abierto porque en cuatro días despedirá a una parte de la plantilla para subcontratar su actividad. Imaginaos si es importante cambiar la reforma laboral”.
Estas reivindicaciones, que llevan meses en su programa, son las que más tiempo ocuparon en los discursos sindicales. “La libertad es una palabra demasiado hermosa. No hay que frivolizar con ella”, apuntó Sordo, en referencia al lema de la presidenta madrileña y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso.
Mucho más explícitos que los líderes confederales han sido los regionales, que han pedido el voto a los partidos de izquierda, aunque sin hacerlo directamente para uno en concreto. “Pido el voto a la izquierda progresista”, ha proclamado Luis Miguel López Reíllo, de UGT. “Si no, el PP y la ultraderecha nos van a quitar más servicios. No puede entrar la ultraderecha en la comunidad”.
También Jaime Cedrún, de CC OO, ha acabado su discurso con unas palabras similares: “Digo a toda la clase trabajadora que no se dejen embaucar. Que recuerden los hechos, son los hechos los que mandan. A votar el 4-M, a votar a la izquierda”.
Otras concentraciones
El Primero de Mayo se ha celebrado con marchas y concentraciones en otras 70 ciudades del país. Aunque no ha sido un Primero de Mayo tan atípico como el de 2020, las medidas de seguridad y distancia social obligadas por la pandemia han impedido las marchas masivas. En Barcelona, un millar de personas según la Guardia Urbana y 3.000 según UGT y CCOO reclamaron medidas para que la crisis no la vuelvan a pagar los trabajadores en un acto que terminó al final de la Via Laietana. En las intervenciones, los sindicatos arremetieron contra los despidos anunciados en el BBVA y CaixaBank y exigieron a la Administración que no permita que recursos públicos, como los préstamos ICO, terminen pagando los ERE.
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