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Los sindicatos de Bankia amenazan con movilizaciones si hay despidos forzados por la fusión con CaixaBank

El presidente José Ignacio Goirigolzarri promete buscar acuerdos con los grandes sindicatos que primen la voluntariedad en las salidas

Íñigo de Barrón
Bankia
José Ignacio Goirigolzarri, en primer plano el primero por la derecha, y otros miembros del consejo de Bankia, durante la junta de accionistas celebrada este martes en Valencia.Maximo Garcia de la Paz (Bankia)

Fue la duodécima junta de accionistas de Bankia y la más triste para algunos que tomaron la palabra en el acto celebrado este martes en Valencia. Casi nueve años después del rescate y la llegada de José Ignacio Goirigolzarri a la presidencia en sustitución de Rodrigo Rato, Bankia se prepara para ser absorbida por CaixaBank. Por eso, a pocos les importaban los puntos legales del orden de día, que hacían referencia al pasado.

El presidente, que confesó que el acto para él también era especial, resaltó lo más positivo: “Bankia ha dejado de ser un problema para ser un referente”. Y recalcó en su discurso que la prueba de que la fusión creará valor para el accionista de Bankia es que la cotización ha subido un 69% en Bolsa desde el día previo al anuncio de la operación.

Las dudas sobre los despidos que con seguridad llegarán por la fusión con CaixaBank protagonizaron las preguntas de los sindicatos. Prometieron “respuestas enérgicas” si las salidas no son voluntarias y pactadas en su remuneración. Goirigolzarri trató de calmar la inquietud asegurando la “búsqueda de acuerdos con los sindicatos mayoritarios” y, “en la medida de lo posible, la máxima voluntariedad” en la reducción de la plantilla.

Despidos voluntarios y pactados

Los sindicatos Comisiones Obreras (CC OO), UGT, CGT, SATE, Accam, entre otros, coincidieron en las tres reivindicaciones para la negociación que se abrirá en unos días: despidos voluntarios y pactados, sin presiones; equiparación de las condiciones laborales, incluidas las aportaciones a fondos de pensiones, desde la perspectiva de que en Bankia los salarios son más bajos y, por último, elección de los responsables de los cargos por valía y no por la entidad de procedencia.

“Los que nos prometieron que no habría salidas forzosas ya no estarán cuando llegue la negociación. Los directivos que quedarán de Bankia tras la fusión serán testimoniales, pero resistiremos como Agustina de Aragón, solos o con los demás sindicatos, en nuestra lucha por los derechos”, apuntó el representante de SATE. El argumento de que CaixaBank dominará la estructura directiva de la nueva entidad fue repetido por más representantes de los trabajadores, temiéndose que la peor parte de los recortes caiga sobre la plantilla Bankia.

Desde CC OO se advirtió de que una entidad “del Estado no se puede permitir asumir los riesgos mediáticos o de reputación por crear un clima de conflicto con la plantilla, que es la que debe tratar con los clientes”. Dijo que soportan presiones desmedidas por el presentismo y la obtención de objetivos... “y ahora el presidente apunta que el nuevo banco será mejor; en su mano está que lo sea para los que trabajen en él”.

Agradecimiento a Sevilla y Ortega

Goirigolzarri, en un tono conciliador, agradeció el esfuerzo de los trabajadores en todos los años complejos de Bankia tras el rescate, “cuando era difícil sentir orgulloso de pertenencia”. Se comprometió a que los nombramientos no se basen en el banco de origen sino en los méritos. Dijo que el peso de los directivos de Bankia era equilibrado por según el tamaño de cada banco e insistió en que la fusión es buena para la economía, ya que podrá ayudar a familias y empresas.

No obstante, admitió que los cambios que lleguen “no serán sencillos. Soy consciente de que el proceso de adaptación a corto plazo no será fácil”. Pero afirmó que buscará que el nuevo banco sea una oportunidad de proyección profesional para los que se mantengan. Agradeció “especialmente la ayuda decisiva” del consejero delegado, José Sevilla, y el consejero ejecutivo Antonio Ortega, que no seguirán en CaixaBank.

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(I-D) El presidente de Bankia, que será presidente ejecutivo de la nueva entidad tras la fusión con Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, y del consejero delegado de CaixaBank y que será consejero delegado del nuevo banco, Gonzalo Gortázar.
DAVID CAMPOS/BANKIA
  (Foto de ARCHIVO)
18/09/2020
Bankia y Caixabank esperan aprobar este viernes la fusión
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar.
La nueva CaixaBank diseña un comité de dirección dominado por ejecutivos del banco catalán

El presidente no ocultó su “enorme orgullo” que el equipo ha conseguido durante este tiempo lo que muchos dudaban que fuera posible, es decir, convertir a Bankia en un banco sostenible, solvente y con altos índices de satisfacción por la calidad de servicio prestada.

De hecho, dijo, Bankia pasó de ser el principal problema del sector financiero y de estabilidad en España en 2012, a ser un referente dentro del sector y a contribuir de forma decisiva a la mejora socioeconómica del país.

Los tipos acaban con Bankia

Explicó con detalle que Bankia se había quedado sin futuro por la situación negativa de los tipos de interés desde 2016. El mejor ejemplo fue que reconoció no haber cumplido con el objetivo del margen de intereses en plan estratégico 2018-2020. “Pretendíamos llegar a los 2.900 millones en 2020 y nos hemos situado en 1.900, 1.000 millones por debajo. Si analizamos qué está detrás de esta desviación, el 90% se explica por la evolución de la curva de tipos. En definitiva, por la diferencia de 1,5 puntos porcentuales entre la previsión del mercado y la evolución real del euríbor”.

Y la solución, la absorción, la enfocó desde el punto de vista del accionista. “Solo a través de la creación de esta nueva entidad, ustedes, señoras y señores accionistas, podrán beneficiarse del valor que generan las sinergias que está previsto obtener de esta fusión. Sinergias que se derivan tanto de un crecimiento de los ingresos como de economías de escala. Esta es la mejor forma de poder retribuirles gracias a una rentabilidad que será muy superior en el caso de la entidad combinada”.

Sí recordó que han cumplido otros objetivos. “Ha sido un éxito enorme es nuestra capacidad de generar capital. Cuando lanzamos el plan, nos propusimos generar 2.500 millones de euros en los tres años del mismo para distribuirlo a los accionistas. Pues bien, no solo lo hemos conseguido, sino que hemos superado esa cifra, llegando hasta 2.932 millones”.

No reparto de dividendos

Sin embargo, reconoció que no se ha podido repartir como dividendos “debido al entorno supervisor y regulatorio como consecuencia de la pandemia. Si bien, esta generación de capital ha sido clave en la operación de fusión con CaixaBank”, apuntó.

Y el gran tamaño de la nueva CaixaBank le permitirá quizá, seguir absorbiendo entidades. “Un proyecto que es enormemente ilusionante porque vamos a crear el primer grupo financiero en España. Un proyecto que, más allá del tamaño, nos debe conducir a liderar el profundo proceso de transformación que va a tener nuestro sector”.

También se acordó de la vertiente social, la banca responsable, y apuntó que la gestión se ha basado en “principios y valores bien asentados, un excelente gobierno corporativo, un compromiso con la sostenibilidad y el medioambiente y una apuesta por una sociedad más justa e inclusiva”

Afirmó que uno de los objetivos será “convertirse en actores principales de la recuperación de este país y apoyar a toda la sociedad española. Para ello, contaremos, además, con la especial relación que CaixaBank tiene con La Fundación La Caixa, que tendrá en nuestros resultados la base para seguir desarrollando su extraordinaria obra social”.


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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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