Inversión alternativa
Los inversores están incrementando la exposición a las denominadas inversiones alternativas
La eficacia de las vacunas para reducir los contagios del coronavirus, el mejor saldo de los indicadores económicos o nuevos estímulos fiscales (plan Biden) son algunos de los factores que han mejorado las expectativas para la economía mundial y una reacción acorde en los mercados financieros. El mejor comportamiento de los sectores cíclicos en renta variable no es nuevo, ya que es una continuación del iniciado en los primeros días de noviembre con los anuncios de las vacunas. La novedad radica en los bonos, dado que hemos asistido a una importante elevación de los niveles de rentabilidad. Las expectativas de un mayor crecimiento del PIB y de una superior tasa de inflación provocan que la TIR demandada por un bono del Tesoro de EE UU a 10 años se sitúe ahora en la zona del 1,50%. Este aumento de la TIR provoca, como es sabido, una caída de los precios, que ha encontrado réplica, por efecto arrastre, en sus homólogos europeos.
En este contexto, los inversores en renta fija tienen un problema. Los que valoran sus posiciones día a día, porque sufren pérdidas. Los que compran “a vencimiento”, porque el nivel de TIR, a pesar de la reciente subida, no es todavía suficiente. En consecuencia, en la mayoría de las carteras, el porcentaje asignado a la renta fija sigue muy por debajo de la referencia estratégica.
El relativo a la renta variable está incrementándose, cerrando así en la mayoría de los casos la infraponderación vigente desde hace un año. Sin embargo, dada la elevada volatilidad de este activo (por cierto, lo observado este año está en línea con lo normal: volatilidades anualizadas del orden del 25%), el peso asignado no es alto. Desde luego, no lo es tanto como para compensar la infraponderación en renta fija. En este entorno se cuenta todavía con mucha liquidez. El gran problema es que, debido a las decisiones del BCE, esta no solo no se remunera, sino que comporta un coste.
La reacción de los inversores está siendo clara: incrementar la exposición a las denominadas inversiones alternativas cuya principal característica es la menor correlación frente a la renta fija y la renta variable (esto es, diversificación), así como su menor volatilidad (control del riesgo de mercado). Sendas características convierten a esta categoría de activo en un claro candidato para incrementar su peso en los próximos trimestres (como ya está sucediendo en los últimos) en detrimento de la liquidez.
Dentro de la inversión alternativa, son los “mercados privados”, es decir, la inversión en el capital de compañías no cotizadas (capital riesgo) o la concesión directa de financiación (direct lending) las protagonistas. La inversión en infraestructuras y otros activos reales completan la lista de una categoría de activo que está ganando protagonismo en las carteras, en un proceso que se intensificará a futuro como consecuencia de los bajos tipos de interés. Y en sus dos vías de materialización: directa o vía fondos (esta última permite una mayor diversificación).
David Cano e Isabel Gaya son profesores de Afi Escuela de Finanzas.
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