El número de exportadores aguanta pese al desplome de las ventas al exterior por la pandemia
Las exportaciones se hundieron el año pasado un 10%, pero la resistencia de las empresas que venden fuera anticipa una recuperación
Las exportaciones españolas de bienes se hundieron el año pasado un 10% por la pandemia. Las importaciones cayeron incluso más: un 14,7%, según datos de Aduanas publicados ayer por la Secretaría de Estado de Comercio. Sin embargo, detrás de este batacazo del comercio exterior hay datos esperanzadores: el número de exportadores regulares ha aumentado ligeramente. Esto significa que las empresas españolas fueron capaces de conservar sus clientes fuera a pesar del desplome de la demanda. Un hecho que subraya que los mercados se mantienen y que solo es cuestión de que estos se recuperen para que las ventas al extranjero vuelvan a tirar.
Un estudio publicado en Funcas por De Lucio, Mínguez, Minondo y Requena concluía que con los datos de marzo a junio la caída de las exportaciones de mercancías había sido mucho mayor con la covid-19 que en la anterior crisis de 2008. Y señalaba que la recuperación dependería de si en medio de la incertidumbre se conseguía preservar la base exportadora. La buena noticia es que en diciembre las exportaciones de bienes continuaron trazando la V de una recuperación y alcanzaron el terreno positivo con un crecimiento del 0,9% respecto al mismo mes del año anterior. Se trata del primer aumento interanual de las ventas desde marzo. Y el número de exportadores habituales, aquellos que llevan exportando al menos cuatro años seguidos, incluso subió levemente en 2020, un 4% hasta situarse en las 55.133 empresas, un nuevo récord.
En la última década esta cifra ha crecido todos los años y acumula un incremento del 42%, lo que había convertido al sector exterior en un pilar de la recuperación de la anterior crisis. Y a la luz de estos datos esta vez también puede desempeñar un papel muy destacado. “Hacemos una valoración muy positiva de la resiliencia que han mostrado estas empresas en un año crítico. Están preparadas para volver a exportar y estamos convencidos de que el comercio exterior será un motor de la recuperación, igual que sucedió en la crisis precedente”, señala la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez.
De haberse perdido tejido exportador, la situación sería muy diferente, pues lo que realmente cuesta es hacer la inversión e iniciar y afianzar una relación comercial. Parece que estas relaciones no se han interrumpido y, en principio, solo habrá que volver a cargar más mercancía en los camiones y contenedores.
El año pasado el hundimiento del comercio mundial fue mayor que la caída del PIB global: un -9,6% frente a un -3,5%. La pandemia ha dañado más los flujos comerciales por las limitaciones a la movilidad. Y en un año tan complicado las exportaciones españolas (-10%) se han comportado mejor que las francesas (-16.3%), las británicas (-14,6%), las estadounidenses (-12,9%), y las japonesas (-11,1%). En cambio, han evolucionado un poco peor que las alemanas (-9,3%), las italianas (-9,7%), la media de la zona euro (-9,1%) y la media comunitaria (-8,3%). Las ventas al exterior de China, origen de la pandemia, se han recobrado y avanzan un 3,6%. Lo que no es tan positivo para el resto de países es que las importaciones chinas aún descienden un 1,1%.
Impacto desigual
La evolución por sectores demuestra que la pandemia ha tenido un impacto muy desigual. Las ventas de alimentación, bebidas y tabaco crecen un robusto 5,5%, en parte por el buen comportamiento de los mercados francés y alemán, en parte porque han engordado las exportaciones de carne a China por la peste porcina.
Por el contrario, las rúbricas de bienes de equipo y del sector del automóvil se desploman un 12,6% y un 12,9%, respectivamente. Si bien estas dos ramas han recuperado mucho respecto a los meses del confinamiento, cuando allá por abril y mayo llegaron a hundirse un 80%.
En el lado de las importaciones destaca la caída del 39% en los productos energéticos, de los que España es dependiente. El menor consumo de combustibles por las restricciones y el fuerte abaratamiento del petróleo por la menor demanda han reducido sustancialmente el valor de las compras y explican en buena medida que las importaciones hayan caído más que las exportaciones. Esto se refleja en una mejora de la balanza energética, cuyo déficit baja un 37%. El saldo no energético arroja un superávit de 1.106 millones frente a los 8.737 millones de déficit del año anterior. Y el déficit comercial total de 2020 asciende a 13.422 millones, un 58% inferior a los 31.979 millones de 2019.
El Club de Exportadores recuerda que las exportaciones han retrocedido a niveles de 2016 y pide más apoyo a las políticas de internacionalización. Comercio alega que se destinarán unos 200 millones a este empeño de los fondos europeos. Y sostiene que ya desde verano se ha ido observando una recuperación. Además, esgrime que se abren unas perspectivas mejores con la vacunación, el acuerdo del Brexit y la llegada de la Administración Biden. Respecto a las futuras negociaciones para suprimir los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos españoles como el vino, las aceitunas o el queso, Xiana Méndez se muestra optimista. Y en cuanto a la inversión extranjera, afirma que la covid no ha provocado un aumento significativo de las desinversiones.
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