_
_
_
_

Las ganancias de los trabajadores europeos cayeron un 4,7% en la primera ola

El BCE calcula que España lideró la reducción de horas trabajadas en la UE durante el primer confinamiento

Manuel V. Gómez
ERTE
Terrazas vacías en Bilbao.Servicio Ilustrado (Automático) (Europa Press)

La primera ola de la pandemia provocó restricciones a la actividad que acabaron provocando una caída del número de horas trabajadas muy importante. Los mecanismos de protección de empleo, los ERTE en España, contuvieron el aumento del paro y la destrucción de puestos de trabajo. Esas medidas, sin embargo, no sostienen toda la renta de los afectados: en la primavera pasada, esta cayó una media de un 4,7% por trabajador.

Confinamientos, restricciones a la actividad económica no esencial, límites a la movilidad, cierres de oficinas y centros de trabajo... Las duras medidas que adoptaron las autoridades para frenar el avance de la pandemia en la primavera pasada se tradujo en una importante caída de horas trabajadas. El Banco Central Europeo (BCE) calcula que el desplome alcanzó el 16,8% en el segundo trimestre de 2020 si se compara con el último trimestre de 2019. En España fue incluso mayor, rondó los 25 puntos. Esa reacción, en cambio, no se tradujo en un hundimiento paralelo del empleo, debido a los ERTE, un mecanismo muy utilizado en la Unión Europea para amortiguar el impacto laboral del coronavirus. Aunque sí que redujo las retribuciones (en forma de sueldos y prestaciones) de los trabajadores: un 4,7% de media sobre el mismo periodo del año anterior.

Los economistas del BCE explican en un artículo publicado este miércoles que esto se debe a que los mecanismos desplegados para proteger el empleo implican una rebaja en las ganancias de los trabajadores afectados mientras se reduce el tiempo de trabajo o se suspende el contrato. Por ejemplo, en España un trabajador afectado por ERTE recibe una prestación equivalente al 70% del salario y, además, esta norma general tiene una excepción con los salarios más altos, puestos que las ayudas del SEPE no pueden superar los 1.153,3 euros mensuales (puede llegar a 1.482,86 euros si se tienen dos hijos o más a cargo).

No obstante, la rebaja de ganancias no ha afectado a todos los trabajadores por igual. Ese 4,7% es una media, puesto que no toda la fuerza laboral se ha visto afectada por los ERTE. De hecho, hay diferencias importantes por países, según expone el regulador bancario. En Francia, en el momento álgido, llegó a afectar al 34% de asalariados y en Italia al 30%. En España (21%) y en Alemania (15%), las cifras fueron sensiblemente inferiores. Posteriormente las cifras han ido bajando.

Llama la atención de los economistas del BCE que la rebaja de ganancias vaya en dirección contraria al aumento del coste de la hora trabajada en el mismo periodo. La causa la encuentran en que los sueldos no suelen bajar tanto como las horas trabajadas. Hay casos en los que se pactan compensaciones para los afectados y que no noten tanto la caída de ingresos.

En el mismo artículo, el regulador se suma explícitamente a quienes apuntan que los mecanismos de protección del empleo durante la pandemia “han contribuido a contener un mayor aumento del paro”. Estima, advirtiendo de que hay que coger sus cifras con cautela, que en abril llegaron a amparar a 32 millones de personas, “que fue casi tres veces más alta que el número de desempleados”. Esa cifra ha ido bajando hasta los ocho millones que había en octubre. No obstante, desde Fráncfort se lanza un aviso que matiza la conclusión inicial: “No está claro cuántos de esos trabajadores volverán con éxito a tener las mismas horas de trabajo y cuántos están en riesgo de perder su empleo”.

Formación a los afectados por ERTE

A la acción de los ERTE, el BCE suma otra causa que explica la contención del paro: la caída de la población activa, que en el conjunto de la Unión cayó en unos cinco millones durante la primera mitad de 2020.

El BCE advierte en sus conclusiones que la covid-19 está impulsando “la automatización y la digitalización”. Esto le lleva a concluir que sería recomendable que los mecanismos de protección de empleo se combinaran con formación para “facilitar la actualización de las habilidades” de los trabajadores afectados. La desigual formación y desarrollo de competencias en los diferentes países fue, según el regulador, “un resultado persistente de la crisis anterior” y provocó un aumento del periodo que pasan los desempleados en el paro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_