Un millón de mascarillas, 2.000 camas de hospital, respiradores y mantenimiento de empleo
Instituciones, ciudadanos y empresas unen fuerzas en su lucha contra la Covid-19. Además de donar cuatro millones de euros a la Comunidad de Madrid y uno al Ministerio de Sanidad para combatir el virus, Banco Santander se ha comprometido a no realizar expedientes de regulación temporal de empleados (ERTES) en España, entre otras medidas
En tiempos de incertidumbre, una de las pocas certezas que la sociedad ha podido extraer de su lucha contra el coronavirus es que la pandemia se combate trabajando en equipo. Las medidas de urgencia tomadas por las autoridades contra la Covid-19 no tendrían su efecto sin la colaboración de millones de ciudadanos, que permanecen confinados en sus casas desde hace varias semanas para hacer frente a una situación desconocida. Tampoco sin el compromiso de las empresas, que han puesto los medios a su disposición para sumar fuerzas y reducir el impacto sanitario y económico de la crisis.
En este contexto de emergencia, Banco Santander es una de las compañías que han ofrecido sus recursos para amortiguar el grave impacto provocado por la enfermedad y contribuir a revertir la situación. Según fuentes de la entidad financiera, su prioridad en estos momentos es proteger la salud de sus empleados, clientes y accionistas, así como la de las comunidades en las que opera. Al mismo tiempo, se ha propuesto mantener sus servicios para asegurar la continuidad del negocio y la atención a los clientes.
Ana Botín se reduce el sueldo a la mitad
En su compromiso por garantizar el bienestar de todos, el banco ha donado cuatro millones de euros a la Comunidad de Madrid para comprar respiradores destinados a las UCI y habilitar 2.000 camas en el hospital de campaña de Ifema, donde también contribuye a organizar el catering para el personal sanitario. Además, ha invertido otro millón de euros en comprar un millón mascarillas que el Ministerio de Sanidad repartirá por todo el territorio español.
La entidad financiera ha creado un fondo solidario destinado a cubrir necesidades inmediatas, como equipos de protección o material médico, que irá engrosándose con la reducción de las retribuciones de la alta dirección del Grupo y del consejo, así como con contribuciones voluntarias de los empleados. De momento, la presidenta del Santander, Ana Botín, y su consejero delegado, José Antonio Álvarez, han renunciado al 50% de su retribución (fija y variable) de 2020. El fondo contará con al menos 25 millones de euros.
Asimismo, el banco revisará el dividendo con cargo a los resultados de 2020 con el fin de disponer de cuantos recursos sean necesarios para apoyar a los clientes y empresas que lo requieran. En este sentido, ha abierto una línea de créditos preconcedidos de 20.000 millones de euros para que pymes y autónomos afectados por la pandemia puedan disponer de liquidez a corto plazo, y también ha habilitado un espacio en su web para informar sobre moratorias hipotecarias. Además, autónomos, negocios y empresas pueden contratar a través de Banco Santander las Líneas de Financiación ICO con garantía del Estado (Covid-19).
Objetivo: conservar todos los empleos
No obstante, el banco asume que su responsabilidad empieza por garantizar la seguridad de sus propios empleados. Cuando las suspensiones de empleo afectan ya en España a más de 1,5 millones de trabajadores, Banco Santander se ha comprometido a conservar los 29.000 empleos directos que tiene en el país y no realizar ningún ERTE, además de ayudar a sus proveedores más vulnerables a costear los salarios de sus respectivas plantillas.
En el territorio español, más de 20.000 empleados del banco están trabajando en remoto como parte del protocolo activado para mitigar los efectos del virus y su propagación. Con el mismo fin, la entidad ha reducido también el horario de atención al público, promovido la rotación de personal en las sucursales o facilitado la reubicación de parte de sus trabajadores de oficina de forma temporal.
Desde Reino Unido a Brasil: una red de 100.000 personas teletrabajando
Desde que arrancó la crisis del coronavirus, los empleados de Banco Santander registran cientos de miles de llamadas a través de internet y escriben más de dos millones de líneas de chat al día. Es una de las consecuencias de que más de 100.000 de sus empleados en todo el mundo estén teletrabajando desde hace semanas. Además de los más de 20.000 de España, a finales de marzo 6.000 personas de su plantilla operaban en remoto en Polonia; 5.000 en Estados Unidos; 5.300 en Reino Unido; 2.500 en Portugal; 2.100 en Alemania o 6.000 en Argentina, entre otros países.
Además de emplazar a sus clientes a utilizar canales digitales –cuyo tráfico creció un 20% las dos primeras semanas de la pandemia–,Santander ha adoptado protocolos de protección en todos los países en los que opera, que abarcan desde limpiezas exhaustivas de sus espacios hasta la reducción de reuniones y viajes al máximo. En Reino Unido, por ejemplo, se ha abierto una nueva línea de atención al cliente para dar apoyo financiero, así como información actualizada sobre el brote en la web. En Argentina, los empleados han recibido 1.500 ordenadores portátiles adicionales para poder trabajar en casa y, en México, se ha reducido al 50% el personal presente en las sucursales.