El FMI advierte de que la zona euro necesitará más ayudas masivas por la segunda ola de contagios
El organismo internacional avisa de que los países más endeudados podrían tener que pedir los préstamos del fondo de rescate
La vacuna para la covid-19 se erige ya como el único catalizador con la potencia suficiente para llevar a Europa al terreno del crecimiento económico. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte de que la segunda oleada de contagios debilitará la actividad del último trimestre de 2020 y el primero de 2021, suponiendo un “importante riesgo” para la recuperación de la zona euro. El organismo avisa de que ese deterioro impondrá un mayor apoyo fiscal público, que los países más endeudados podrían cubrir con los préstamos del plan europeo de recuperación o del fondo de rescate (MEDE) que hasta ahora había evitado usar. El FMI no descarta que, en el peor de los escenarios, se tengan que ampliar las defensas a nivel comunitario.
A las puertas de la Navidad, Francia o Bélgica ya han decretado unas fiestas sin bares ni restaurantes, mientras que Alemania ha decidido aplazar a enero la reactivación de la vida pública. El rebote económico que siguió al hundimiento se vio bruscamente interrumpido por la segunda ola de contagios. Y ya no hay duda de que solo la vacuna permitirá mantener el virus a raya. Bruselas se ha hecho a la idea de que el grueso de la recuperación va a demorarse por la persistencia de la pandemia. Y ahora el organismo que dirige Kristalina Georgieva avala esa tesis tras constatar los “devastadores” costes “humanos y económicos” del brote en Europa.
“La actividad económica aún sigue muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis y la nueva ola de infecciones está afectando muy negativamente el impulso que tenía esa recuperación”, ha afirmado Georgieva. Según recoge el informe correspondiente al artículo cuarto del FMI para la zona euro, la nueva tanda de contagios hará “probable” que se requiera de políticas fiscales “durante más tiempo del previsto inicialmente”.
La clave es cuánto tiempo. Una recuperación lenta y costosa, señala el documento, supondría un aumento de la pobreza y la desigualdad. Además, pondría contra las cuerdas a los países con unas finanzas públicas más comprometidas. Sin nombrarlos, el FMI mira a Grecia, Italia, España o Portugal. “Para algunos países con niveles de deuda ya elevados, proporcionar el apoyo fiscal necesario y atender a las obligaciones existentes podría entrañar el riesgo de reacciones adversas del mercado”, apunta el informe.
El FMI recomienda no retirar el “salvavidas” a empresas y trabajadores para evitar que la recuperación “descarrile”. El FMI aboga por que los países con más estrecheces financieras usen los préstamos del plan de recuperación europeo, bautizado como Next Generation EU, o acudir a los créditos precautorios del MEDE, que hasta ahora han rehusado pedir todos los países, en especial España e Italia, por miedo al estigma de solicitar ayuda a la institución que actuó como fondo de rescate durante la anterior crisis financiera. Pero si la recuperación acaba derrapando más allá de lo esperado, el FMI es partidario incluso de “expandir las defensas” a nivel comunitario.
Nuevo modelo crecimiento en España e Italia
El FMI avala, pues, las tesis de los ministros de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, e Italia, Roberto Gualtieri, que la semana pasada pidieron en Roma un nuevo instrumento para apoyar a los sectores económicos más perjudicados. La primera propuesta de la Comisión Europea, de hecho, preveía un instrumento de solvencia para que todos los países pudieran afrontar con igualdad de condiciones el rescate de empresas en apuros. Sin embargo, los líderes decidieron sacrificar ese mecanismo para salvar el fondo que sufragará los planes de recuperación. El informe publicado este lunes pide recuperarlo por el papel que podría jugar en la “integridad del Mercado Único” dada la dispar capacidad de las capitales de dar liquidez a las empresas en apuros. “España defendió un fondo de solvencia conjunto para toda la UE que lamentablemente no fue retenido por los líderes”, recordó la vicepresidenta Nadia Calviño antes de la reunión por videonferencia del Eurogrupo, en la que Georgieva expuso el informe.
El fondo de recuperación europeo, no obstante, está ahora en manos de Hungría y Polonia, que amenazan con hacerlo descarrilar si se vinculan esos fondos con el cumplimiento de los principios del Estado de derecho. El FMI apremia a superar esos “obstáculos” y avisa de que su demora “dañaría las perspectivas de recuperación” de la zona euro. Georgieva consideró, no obstante, que esa herramienta solo funcionará si los recursos sufragan “proyectos de alta calidad”, “complementan, y no sustituyen, la inversión prevista” y funcionan como incentivo a las reformas estructurales. La directora gerente señaló que España e Italia debían aprovechar ese impulso fiscal y el entorno de bajos tipos de interés para dirigirse a un modelo de crecimiento más competitivo.
Supensión de las reglas fiscales
El informe también pide mantener la suspensión de facto del Pacto de Estabilidad y Crecimiento hasta que “la recuperación esté firmemente asentada” y pide a los socios del euro aprovechar este periodo para reformar las reglas fiscales. “Los líderes de la UE deberían encargar a la Comisión Europea que proponga reformas fundamentales a las reglas como parte de su revisión del marco fiscal. Las reformas deben apuntar a simplificar las reglas actuales, haciéndolas más fáciles de comunicar y de hacer cumplir”, agrega el documento.
El FMI destaca que, en esta ocasión, la respuesta política de Europa ha sido “notable” por su “rapidez, alcance y escala”. Y si bien apunta a que se podrían necesitar más estímulos fiscales, también juzga que el Banco Central Europeo (BCE) tendrá que aumentar la potencia de tiro de su programa de compra de activos después de que la inflación haya regresado a territorios negativos por primera vez desde 2016. “Puesto que las perspectivas económicas se deterioran aún más, se necesitarán estímulos adicionales para facilitar un aumento sostenido de la inflación”, señala el informe.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya ha dado signos al mercado de que el próximo mes de diciembre ampliará el plan de compras por la pandemia. El FMI aplaude el compromiso de la institución de “recalibrar” sus instrumentos de política económica en su próxima reunión. Sin embargo, el FMI pide que vaya más allá del programa, hasta ahora de 1,35 billones de euros, y considere otras opciones. Entre ellas, le plantea considerar “el apoyo directo a empresas no financieras si el canal de préstamos” acaba deteriorándose.
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