El supermercado que normaliza la sexualidad
Lys Erotic Store, que cuenta con tres grandes locales de productos eróticos en España, intenta sortear la caída de ventas por la pandemia
La utopía de trabajar por placer parece cumplirse en Lys Erotic Store. La empresa cuenta actualmente con tres supermercados eróticos repartidos por Madrid y una plantilla de 15 empleados. En 2019, facturó unos 700.000 euros, con un beneficio de 10.000 euros debido en parte a la apertura de un nuevo local; y la previsión para 2020, antes de la pandemia, los acercaba al millón en facturación: ahora calculan que cerrarán con un 40% menos.
Su trayectoria comenzó en agosto de 2009 con un local de 400 metros cuadrados en San Sebastián de los Reyes, localidad del norte de la capital de casi 90.000 habitantes. La situación económica era entonces diferente: “Tras madurar el proyecto, nos lanzamos. Vendimos absolutamente todos los bienes que teníamos —casa y coches— y nos mudamos desde Francia a Madrid”, recuerdan Óscar Pierre y Nathalie Jullin, fundadores de Lys Erotic Store. Estos emprendedores, de 47 y 44 años respectivamente, son pareja, tienen dos hijos y se conocieron en 1997. Compartían trabajo como comerciales para una constructora en Lyon, al sur de Francia.
Después, él dirigió el área de ventas en una compañía informática y ella ejerció como ingeniera técnica superior en una consultora. Poco se intuía del giro copernicano que iban a darle a sus carreras. En 2006, Pierre empezó a coordinar una cadena de grandes superficies dedicada al erotismo en la ciudad francesa donde residían. De ahí partió la idea de Lys Erotic Store: “Nos planteamos crear en España un nuevo concepto de venta de productos para adultos, respondiendo a las necesidades de los consumidores y lejos de la imagen que tenía la mayoría de estas tiendas. Queríamos que comprar en Lys se convirtiera en un acto placentero y natural”, comenta el propietario. Esa pretende ser la clave de un negocio que dispone —más allá del famoso Satisfyer— de todo tipo de dildos, lencería, juegos, lubricantes o preservativos. “Desde 2009, nuestra misión ha sido transmitir normalidad. Que nuestros clientes se sientan igual de cómodos en Lys Erotic Store que cuando van a un supermercado de alimentos”, apunta Jullin. Tras la apertura de la nave en San Sebastián de los Reyes, en 2013 sumaron un nuevo Lys Erotic Store y el año pasado añadieron otra tienda en el centro de la capital. “Nuestro objetivo no es solo vender, sino también promover una educación sexual sana. Nos hemos rodeado de los mejores profesionales del sector: sexólogos, médicos, fisioterapeutas”, explica Pierre. “Tenemos un programa con cuatro o cinco talleres mensuales y realizamos acciones pedagógicas con asociaciones para jóvenes”.
Normalización y naturalidad que han de recobrarse ahora tras un revés inesperado: la pandemia de coronavirus. Pues, aunque las ventas online se hayan multiplicado por cinco, la previsión inicial de facturar un millón de euros a lo largo de 2020 ha menguado bastante. “Creemos que la gente prefiere ver un producto antes de comprarlo y ahora no tendremos la misma afluencia. Las nuevas medidas de protección sanitaria nos harán añorar fechas en las que venían 200 personas por hora a nuestra tienda de Madrid, pero somos optimistas”, confiesan Jullin y Pierre, justo antes de sentenciar: “Lo importante es creer en tu proyecto y equipo, ser perseverante, cuidar mucho los gastos y mantener la pasión del primer día”.
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