Fallece Emili Tortosa, el ejecutivo humanista que modernizó Bancaixa
El ex director general de la entidad financiera tenía 79 años y fue promotor de la fundación Etnor sobre la ética en los negocios
Emili Tortosa ha muerto esta madrugada del viernes a la edad de 79 años en Valencia, rodeado de su familia Fue un hombre clave en la transformación de la antigua Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia que, tras fusionarse con varias entidades menores, se convirtió en Bancaja. Hasta 1998 fue director general de esta entidad que llegó a ser la tercera caja de ahorros de España. Empezó en ella trabajando de botones a mediados de los años cincuenta. Tortosa renovó entonces toda la estructura directiva de la entidad financiera e introdujo a la Caja de Valencia en la cultura del éxito y de los resultados. Dirigió con mano firme la fusión con las cajas de Castellón, Sagunto y Seborbe, que dieran lugar más tarde al nacimiento de Bancaixa. También en su etapa de directivo se adquirieron los bancos de Valencia y de Murcia y se creó una división de seguros y otra de gestoras de fondos nada desdeñables.
De carácter discreto y reflexivo y trato afable, de amplia cultura -era un ávido lector de poesía- e ideales cristianos progresistas, Tortosa abandonó su cargo en Bancaixa, cuando el poder que entonces personificaba en la Comunidad Valenciana el popular Eduardo Zaplana, como presidente de la Generalitat, tenía sus planes para utilizar las cajas como un instrumento político. La participación de las entidades financieras valencianas fue clave, por ejemplo, en la polémica ejecución de los grandes eventos y la construcción de proyectos mediáticos, como Terra Mítica.
El economista fue muy crítico con la evolución del sistema financiero valenciano y español, muchos años antes de la fusión con la Caja de Ahorros de Madrid, que dio lugar a Bankia, y de su posterior intervención por parte del Estado. Algunos de sus allegados apuntan que sus problemas y enfermedades se fueron agravando conforme observaba la deriva que había tomado Bancaja, la empresa en la que trabajó casi toda su vida, y constataba el fracaso en el intento de consolidar un potente sistema financiero valenciano propio por el que siempre había trabajado.
Licenciado en Ciencias Económicas y Comerciales y profesor de Economía Aplicada en la Universitat Jaume I de Castellón, Tortosa nació en Alzira y desde muy joven abrazó un pensamiento católico enraizado en el Concilio Vaticano II y un humanismo basado en la justicia social y la ayuda a los más vulnerables. Promovió a mediados de los años noventa la creación de la Fundación Etnor, sobre la ética en los los negocios, formada por empresarios, académicos y directivos. Fue también un defensor de la cultura y de la lengua propia de los valencianos.
Padre de cinco hijos y casado con Lola Ausina, promotora de varias iniciativas sociales y culturales, Tortosa padecía desde hace unos años una larga enfermedad que apenas le permitía salir de su casa de Valencia. Su forma de pensar y su vida fueron recogidos en el libro de entrevista Emili Tortosa, converses amb un directiu (Tàdem), publicado con el periodista Adolf Beltran en 2009.
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