La dimisión de Tortosa rompe el acuerdo de estabilidad pactado en las cajas por PP y PSPV
La dimisión del director general de Bancaixa, Emili Tortosa, aceptada ayer por el consejo de administración, pulveriza el pacto de estabilidad suscrito en julio del año pasado por populares y socialistas. En aquella fecha, las dos principales fuerzas políticas representadas en Bancaixa acordaron que la ley de cajas, reformada por el PP para conseguir el control de estas entidades, respetaría a unos equipos directivos de contrastada solvencia técnica. Tortosa, director general desde 1989, renuncia finalmente a su cargo, pero deja en su lugar a Fernando García Checa, director adjunto y persona de su confianza.
Emili Tortosa trasladó ayer al consejo de administración de Bancaixa, convocado de urgencia y con carácter extraordinario, la decisión que, según personas de su entorno, ya adoptara a principios de semana, de renunciar a la dirección general, cargo al que accedió en septiembre de 1989. Este ejecutivo, ligado durante los últimos 42 años a la Caja de Valencia, justificó su dimisión en que había agotado su etapa al frente del staff directivo y apostaba porque fuera otra persona la ejecutora del plan estratégico encargado por el nuevo presidente de Bancaixa, Julio de Miguel. Pese a que los consejeros de Bancaixa afines al PP consideren la dimisión de Tortosa como "una salida natural" tras el desembarco de los populares en los órganos de gobierno hace tres meses, la realidad es otra. Las presiones del entorno del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, sobre las direcciones generales de las dos grandes cajas de ahorros de la Comunidad -Emili Tortosa en Bancaixa y Juan Antonio Gisbert en la CAM- obedecen, pese al pacto de estabilidad suscrito con los socialistas, a una estrategia para forzar un relevo, no sólo en el consejo sino también en el escalón directivo. Fuentes del sector financiero aseguran que De Miguel lo primero que pidió cuando accedió a la presidencia de Bancaixa fue la cabeza de Tortosa, persona de conocido talante progresista y cuyo equipo ha situado a Bancaixa entre las 10 primeras cajas de ahorro españolas en poco menos de nueve años. La decisión de Tortosa de abandonar la dirección se conoció en el seno de la caja a mediados de semana. Su deseo explícito de que su director adjunto, Fernando García Checa, le relevara, también. En este contexto, un grupo de altos directivos de Bancaixa afines al sector más radical del PP iniciaron una maniobra para evitar el nombramiento de García Checa. Fue entonces cuando el todavía director general decidió adelantar los acontecimientos y anunció, en una reunión convocada a última hora del pasado viernes, su dimisión, que ayer hizo efectiva ante un consejo de administración que, debido a su convocatoria de urgencia, contaba con notables ausencias. "Emili se dio cuenta de que si no salía ahora, el equipo que él creó se iría al traste", apuntaba ayer una persona del círculo del director general. El secretario de Economía del PSPV-PSOE, Ricard Torres, mostró la indignación de su partido por el rumbo que han tomado los acontecimientos en la caja. "Para nosotros, con independencia de las razones personales [de Tortosa], creemos que los hechos, tal y como se han producido, vulneran el espíritu del pacto de estabilidad que suscribimos con el PP", dijo Torres. "Se ha ido marginando la tradicional independencia del equipo directivo, cuya solvencia está perfectamente avalada por la cuenta de resultados de Bancaixa". El PSPV-PSOE dejó claro al PP desde un principio que cualquier intento de derribo de los equipos directivos sería para el partido un casus belli. De hecho, los consejeros de la órbita socialista no aceptaron la dimisión de Tortosa y se abstuvieron ayer en la votación en la que García Checa fue nombrado director general. La designación de director general exige el apoyo de al menos 11 de los 21 consejeros de Bancaixa. Las ausencias, la mayoría de consejeros del PP, y la postura abstencionista de los socialistas pusieron en peligro la ratificación de García Checa, que lleva 10 años en la caja, seis de ellos como director adjunto. Al final, el voto favorable del consejero de UGT, José Sabas, permitió el nombramiento. La intención de los socialistas es repetir su actitud de abstención en la asamblea de Bancaixa que debe ratificar el relevo del director general.Tortosa, que se acogerá a una jubilación anticipada, permanecerá unido a Bancaixa a través de su puesto en el consejo del Banco de Valencia. También conservará la representación de la caja en el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y en la Fundación para la Ética en los Negocios (Étnor).
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