Los fondos europeos disparan la inversión prevista hasta 39.340 millones, el máximo histórico

El fondo europeo de recuperación ha situado las inversiones previstas en los Presupuestos Generales del Estado para 2021 en niveles de récord. Las inversiones reales previstas alcanzan 10.172 millones, un nivel insólito en la última década aunque por detrás de los 14.000 millones en 2008. Pero a la vez, los 29.168 millones previstos en las transferencias de capital, el dinero que la Administración central y sus organismos transfieren a otras entidades para que acometan inversiones, supone una cifra sin precedentes. Hasta ahora, la cota más alta que había alcanzado este capítulo fue en 2010, cuando el plan E situó el gasto por este concepto en 15.123 millones; es decir, casi la mitad de lo presupuestado para el próximo año. En total, las inversiones reales más las transferencias de capital suman 39.340 millones: una plusmarca histórica absoluta en lo que a inversiones se refiere.

Para encontrar la causa de semejante crecimiento no hay que buscar mucho: 19.325 millones de los algo más de 29.000 millones destinados a transferencias de capital saldrán del fondo de recuperación de la UE, según las cifras presentadas por el Gobierno. En inversiones reales, la cantidad es mucho más modesta, ya que se reparte entre 8.288 millones de fondos propios y 1.884 procedentes de Europa. La suma de todos los fondos europeos en el capítulo de inversiones alcanza 21.209 millones, lo que da muestra de la importancia de esta partida para la recepción de la ayuda comunitaria: la previsión de España es que el año que viene lleguen en total unos 27.000 millones.

Con respecto al presupuesto base de 2020 (el actual, que en realidad es una prórroga de los de 2018 con pequeños ajustes), el aumento previsto en las inversiones reales del Estado supera el 33%. Sin las ayudas europeas, ese crecimiento sería de un 9%. En el capítulo de transferencias de capital, el incremento total es del 229%, que sin las ayudas europeas se quedaría en un 11%.

La Unión Europea todavía tiene pendiente definir esa ingente cantidad de dinero que entregará en forma de subvenciones y créditos —a España le corresponden unos 140.000 millones, la mitad de los cuales se prevé que se libere entre 2021 y 2023—, pero sí ha esbozado que las líneas maestras serán la transformación digital y la transición ecológica. A falta de definir la letra pequeña, los Presupuestos de 2021 contemplan que casi dos tercios de los fondos que lleguen de Bruselas y se destinen a inversiones reales se canalizarán a través del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, lo que equivale a 1.005 millones.

Casi 27.000 millones de ayudas europeas

Pero eso es solo una pequeña parte de los 26.634 millones que España prevé que recibir de los dos programas que componen el plan Next Generation UE: el Mecanismo de Recuperación, del que llegarán 24.198 millones; y el plan Reactiva la Unión Europea, del que se esperan 2.436 millones. El grueso de esa inversión, 6.805 millones, se canalizarán a través del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (heredero del antiguo Ministerio de Fomento) será el segundo más beneficiado con 4.982 millones.

En el departamento que dirige Teresa Ribera, el dinero se destinará al “despliegue masivo del parque de generación renovable y se promoverán las infraestructuras eléctricas, las redes inteligentes y el despliegue del almacenamiento”, según reza el plan presupuestario. En cuanto al Ministerio encabezado por José Luis Ábalos, los planes de choque y la construcción de infraestructuras destinadas a movilidad sostenible serán el destino prioritario, con permiso de los fondos destinados a políticas de vivienda. De la digitalización del tejido productivo se encargará fundamentalmente el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, con la vicepresidenta Nadia Calviño al frente, que dispondrá de 3.654 millones procedentes de Europa.

Más inversión en alta velocidad

Desde el punto de vista del destino de las inversiones, las infraestructuras acaparan 10.191 millones. Ocho de cada diez euros destinados a este capítulo recaen en el Ministerio de Transportes y casi cinco de cada diez tienen por destino el ferrocarril. El dinero que invertirán directamente el Estado y los entes y compañías públicos para ese concepto suma casi 4.737 millones. El AVE es el gran ganador y Adif-Alta Velocidad, el administrador de las líneas de alta velocidad, invertirá 2.877 millones. La culminación de corredores ferroviarios para hacer más sostenible el transporte de mercancías y personas es una de las prioridades de la Unión Europea y eso se traslada a los Presupuestos. También se da un impulso importante a trenes convencionales y Cercanías (que son los que trasladan en volumen a más gente) y ADIF, que administra esas vías, recibirá 1.828 millones.

El transporte por carretera, con 2.176 millones, es el segundo mayor beneficiado de las inversiones previstas en infraestructuras. 1.033 millones se destinarán a mantenimiento de vías y 989 millones al desarrollo de la red de autovías, actuaciones de acondicionamiento en la red convencional y accesos a las ciudades o mejora de conexiones con otras infraestructuras como puertos o aeropuertos. El gasto en este capítulo incluye también una partida de 154 millones para Seittsa, la sociedad responsable de las autovías de peaje rescatadas.

Por detrás de las infraestructuras de ferrocarril y carreteras, puertos y aeropuertos se llevarán una partida ligeramente superior a los 1.000 millones en cada caso. El gasto en infraestructuras se completará con 766 millones destinados a las hidráulicas, 229 millones para las de costas y medioambientales, 164 millones que se asignan al Mecanismo de recuperación y resiliencia (básicamente para infraestructuras de mejora medioambiental destinadas a proteger determinados ecosistemas) y 55 millones que se consignan en un apartado destinado a otras infraestructuras.