El resistente imperio español de la piedra
Cosentino espera repetir los resultados de 2019 pese al parón en el comercio internacional por la pandemia
La vida de la familia Cosentino cambió en 1990. Aunque entonces no lo sabía y tendrían que pasar unos cuantos años al filo de la quiebra para comprobarlo. Fue cuando dieron con el Silestone, el material de cuarzo que han patentado y que hoy se reconoce en las encimeras de las cocinas de medio mundo. Tanto es así que Francisco Martínez-Cosentino, el pequeño de los tres hermanos que se reparten la propiedad de la empresa almeriense y su presidente, suele contar con asombro que hasta en los controles de seguridad de los aeropuertos de Estados Unidos le paran al reconocer su marca. No en vano es una de las mayores empresas exportadoras, según el Foro de Marcas Renombradas Españolas, que vende más del 90% de su producción fuera del país.
Si fuese una start-up, Cosentino se habría ganado el apelativo de unicornio. Con una facturación de 1.110 millones de euros en 2019 y cerca de 5.000 empleados, hace tiempo que forma parte del cónclave de grandes empresas nacionales. Y en el Valle del Almanzora, donde se encuentran sus instalaciones, a unos 100 kilómetros de Almería y en las proximidades de Macael, la localidad que da nombre a la piedra de mármol de donde arranca su historia, bien lo saben. “Cosentino es una empresa tractora, que arrastra al sector de la piedra natural; ha influido mucho en el desarrollo de la comarca por el empleo que genera y porque ha colocado en el mundo el nombre de Macael”, explica Jesús Posadas, presidente de la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía, que reconoce que, gracias al impulso de la multinacional, actualmente la piedra artificial (la que produce Cosentino) se vende más que la natural.
Desde Mojácar, y justo antes de cumplir 69 años, Francisco Martínez-Cosentino, Paco, como le gusta que le llamen, sostiene por videoconferencia que, si la empresa que fundaron sus padres hace ahora 40 años no mantuviera su sede en Cantoria, “mucha gente emigraría de la comarca”. Pero la familia está muy arraigada a la tierra. Y lejos de plantearse trasladar su cuartel general, su idea es continuar ampliando sus ya inmensas instalaciones que se reparten en cuatro localidades y seguir innovando. “Tenemos planteada la construcción de nuestra tercera planta”, avanza.
Aunque la pandemia del coronavirus haya impactado poco en sus cuentas —”solo estuvimos cerrados 14 días y entre junio y agosto estamos vendiendo a los ritmos del año pasado”—, los próximos meses podrían ser peores debido al parón que experimenta el comercio internacional, que está contribuyendo a que el stock de Cosentino aumente, según su presidente.
Pese a ello, el empresario piensa que sus ventas superarán los 1.000 millones de euros, y sus beneficios, los 55 millones de 2019. “Estar en muchos mercados [la firma vende en 110 países] nos está permitiendo pasar la pandemia en mejor situación. Estados Unidos, España y Reino Unido están respondiendo. La diversificación, no solo por países, sino también por nichos de negocio, nos beneficia”, explica. Es la moraleja que sacaron de la crisis de 1992, asegura. Al tiempo que reconoce que “durante esta crisis hemos aprendido a ahorrar costes, disminuir el stock, suprimir el producto que no se vende…, a ser cada vez más austeros”. Un ahorro que cuantifica entre el 15% y el 20% en los 30 países donde está presente con instalaciones propias. “Somos una empresa muy flexible y muy innovadora; no paramos de sacar nuevos productos al mercado”, presume.
Novedades
El próximo, el Silestone Hybriq, un compuesto de cuarzo que no se extrae de las canteras, sino que lo elaboran ellos mismos, que lanzarán este mes bajo los calificativos de ecológico y saludable. Pero siguen trabajando en nuevos materiales sintéticos y en su plan de inversión, que prevé una partida de 280 millones de euros entre 2020 y 2022. La empresa destina el 2,5% de sus ingresos a I+D.
Descubrieron el Silestone, —que supone el 60% de sus ventas y una producción de 6,2 millones de metros— tras viajar a Italia y a Israel, donde visitaban a Caesarstone, su competidor más cercano. O el Dekton, una superficie ultracompacta de la que fabrican 2,2 millones de metros cuadrados y supone más del 30% de sus ingresos y cuya demanda aumenta porque Cosentino, a la vista del cierre del retail market provocado por el coronavirus, ha pisado el acelerador del área de edificación de viviendas, hoteles, aeropuertos, etcétera, donde el Dekton es más utilizado por su mayor resistencia, explica José María Pastor, director de estrategia de la multinacional almeriense.
Estados Unidos es el principal mercado para Cosentino, representa el 55% de su negocio y fue “la tabla de salvación de la compañía” cuando las cosas le fueron mal dadas. Le siguen España y Reino Unido.
Con el protocolo familiar ya elaborado, la compañía no tiene la necesidad de acudir a Bolsa ni de abrirse a nuevos socios, según Martínez-Cosentino, dueño del 40% del capital, igual que su hermano mayor.
Crisis en un sector que no se ha recuperado de la anterior
España es el sexto exportador y séptimo productor mundial de piedra natural (mármol, granito y pizarra), un mercado que mueve unos 23.500 millones de euros, según los datos recogidos en el informe de 2019 del Clúster de la Piedra Natural. Las 3.000 empresas que conforman la actividad facturaron el año pasado cerca de 1.600 millones de euros (apenas 500 millones más que Cosentino) y generaron 15.350 puestos de trabajo. Todavía no han recuperado los 3.200 millones que ingresaban antes de la Gran Recesión, en 2008, que supuso la desaparición de un buen número de compañías.
Y mientras el mercado de la piedra natural se contraía ligeramente, en opinión del secretario general del Clúster y director del Centro Tecnológico del Mármol, Piedra y Materiales, Javier Fernández Cortés, el de la piedra procesada crecía a ritmos del 4% en el mundo y de casi el 3% en España, según el director de estrategia de Cosentino, José María Pastor, que indica que España es el primer productor mundial de cuarzo gracias a la multinacional almeriense.
Ya sea natural o artificial, la covid le va a pasar factura al sector. Fernández Cortés considera que las restricciones al comercio y las medidas proteccionistas arbitradas por países como Arabia Saudí provocarán un descenso de las exportaciones de mármoles y granitos de entre el 20% y el 40% este año, caída que podría amortiguarse en parte gracias a la mayor demanda nacional destinada a obras de rehabilitación. Los empresarios andaluces del mármol calculan que sus ventas bajarán un 20%.
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