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Más de tres millones de personas teletrabajaron durante el confinamiento en España

El porcentaje de empleados que realizó labores en remoto de manera habitual se multiplicó por cuatro respecto a 2019

José Luis Aranda
Una mujer trabajando desde su casa.
Una mujer trabajando desde su casa.JOAN SÁNCHEZ

Más de tres millones de trabajadores realizaron su labor desde su casa en algún momento del confinamiento en España. Así lo recoge la encuesta de población activa (EPA) publicada este martes, que señala que un 16,2% de los ocupados trabajaron desde su domicilio “más de la mitad de los días” del segundo trimestre del año. En cifras absolutas, eso se traduce en 3.015.200 personas trabajando desde casa de manera habitual, según la EPA de los meses de abril, mayo y junio, un periodo marcado por el estado de alarma (estuvo vigente hasta el 21 de junio) para tratar de frenar la epidemia de covid-19. El porcentaje supone multiplicar casi por cuatro las cifras previas a la pandemia.

La encuesta no permite comparar el segundo trimestre del año con el mismo periodo de 2019 porque los datos relativos al trabajo desde el domicilio se dan solo anualmente, con una media de los valores obtenidos en los cuatro trimestres del año. Sin embargo, si se considera el año pasado como referencia de la situación previa a la irrupción de la emergencia sanitaria, entonces un 4,8% de los ocupados declaró trabajar al menos la mitad de los días a distancia. Era un porcentaje relativamente bajo y además casi estancado, aunque ciertamente había dado un pequeño salto en 2019 respecto a los dos años previos, cuando se situaba en el 4,3%.

El gran salto llegó por tanto con el confinamiento y por eso el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha decidido dar de manera excepcional los valores que refleja la encuesta del segundo trimestre, un periodo que arrancó con las dos semanas de máximo confinamiento (el Gobierno decretó la paralización de toda actividad no esencial) en abril. Aunque a principios de mayo ya se inició la desescalada, esta avanzó a diferentes ritmos y el paso de las fases fue más lento precisamente en las tres provincias más pobladas: Madrid, Barcelona y Valencia. No obstante, en junio todos los territorios alcanzaron la llamada nueva normalidad y los últimos días ya ni siquiera estaba vigente el estado de alarma, aunque sí la recomendación a las empresas de priorizar el trabajo desde casa al menos durante dos meses más.

La gran eclosión del teletrabajo a raíz de la epidemia ha motivado al Ejecutivo a legislar sobre el asunto. La declaración de la alarma sanitaria obligó a muchas compañías a establecer planes de manera acelerada para enviar a las plantillas, o a una parte significativa de las mismas, a casa. Así lo pedían las autoridades siempre que fuera compatible con la actividad de las compañías.

Desde hace semanas, el Gobierno y los agentes sociales debaten sobre la futura ley de trabajo a distancia. Según el anteproyecto, al que tuvo acceso EL PAÍS, la norma contempla que las empresas se hagan cargo de todos los gastos, “directos o indirectos”, en los que incurren los empleados al realizar su labor desde del domicilio propio. También introduce un concepto de horario flexible que permite alterar la jornada que se realiza a distancia aunque con ciertos límites. Y contempla el derecho a la desconexión digital, es decir, a que el empleado no sea contactado por su empresa cuando está descansando.

Los sindicatos señalaron que esperaban poder introducir cambios en ese borrador, que fue sometido a consulta pública a finales de junio, y aseguraron que enviarían alegaciones. La patronal, sin embargo, lo acogió peor y aseguró a principios de julio que era un “texto desequilibrado” y “apartado de la realidad” del tejido productivo. Incluso en una de las reuniones con Trabajo llegó a pedir su retirada. No obstante, las negociaciones entre todas las partes continúan activas. En la última, este mismo martes, el Gobierno ha tomado nota de las observaciones de los agentes sociales y se ha comprometido a recogerlas en un nuevo borrador que presentará próximamente. La intención es que ese borrador, ya el cuarto desde que comenzaron los trabajos, llegue cuanto antes al Consejo de Ministros como proyecto de ley. Respecto a las primeras versiones, va ganando espacio la negociación colectiva, de manera que muchos aspectos se regulen en el seno de las empresas al negociarse los convenios, informa Manuel V. Gómez.

Menos trabajo en fin de semana

Frente al aumento del teletrabajo, la última EPA también recoge un descenso significativo en los porcentajes de personas que declaran haber hecho los denominados “horarios atípicos” (fines de semana o noches). En ambos casos, disminuyeron en el segundo trimestre de 2020 comparados con los resultados anuales de 2019.

En cuanto al trabajo en fin de semana, el porcentaje de ocupados que trabajaron algún sábado fue del 27,4% en el segundo trimestre, frente al 36,85% en 2019. Y el porcentaje de los que trabajaron algún domingo bajó al 15,77%, frente al 22,66 % en 2019. El porcentaje de trabajo habitual por la tarde (siempre sobre la base de que ese horario se da en más de la mitad de los días del periodo analizado) fue en el segundo trimestre del 13,53%, frente al 19,82% en 2019. En cuanto al trabajo nocturno habitual, pasó del 6,12% el año pasado al 4,04% en este 2020.

El Instituto Nacional de Estadística explica en su análisis del mercado laboral relativo al segundo trimestre que “se han añadido excepcionalmente preguntas” como las relativas al trabajo desde casa o los horarios atípicos. De este tipo de preguntas “habitualmente solo se publican resultados anuales”, pero el INE considera que es la manera de “poder analizar con más detalle” cómo afectó la declaración del estado de alarma al ámbito laboral.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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