Adif aclara que los locales de las estaciones no deben pagar tras ser increpado Ábalos en Atocha
La empresa pública aduce que ha emitido las facturas por motivos fiscales pero no ha exigido el cobro durante el estado de alarma
Adif ha asegurado que no ha exigido el pago del alquiler a los inquilinos de las tiendas de sus estaciones de tren desde que esta medida se articuló poco después de decretarse el estado de alarma a mediados de marzo y hasta el levantamiento de esta medida el pasado 21 de junio.
La aclaración del gestor se ha producido tras el incidente ocurrido esta mañana, después de que varios comerciantes protestaran por estos alquileres al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, durante su visita a la estación de Atocha para supervisar las medidas de seguridad adoptadas contra el coronavirus. Los comerciantes se quejaban de que habían recibido las facturas de ese periodo pese a permanecer cerrados.
Adif ha explicado que tiene que emitir las facturas y recibos del alquiler de estos locales porque “está obligada a hacerlo por motivos fiscales”, pero que, a pesar de ello, “en ningún caso” ha exigido a los comerciantes inquilinos el pago de las rentas durante el periodo del estado de alarma.
De hecho, tanto el ministro como la presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, han asegurado que, a pesar de que por procedimiento fiscal se están emitiendo las facturas del alquiler, no se están cobrando. Ambos han recordado que el Boletín Oficial del Estado (BOE) de este miércoles publica el real decreto ley que da cobertura legal a Adif para negociar esta moratoria de pago en el alquiler de sus locales.
“No se ha cobrado el alquiler, hay un requerimiento fiscal de pasar las facturas, pero no se les ha exigido su pago. Ya se ha aprobado la modificación legal que nos permitirá negociar con grandes tenedores de tiendas, hasta ahora solo se podía con las pymes, todo ello mediante una negociación que va a emprender Adif empresa a empresa”, ha explicado Ábalos.
En el comunicado emitido posteriormente, Adif detalla que ha informado a sus inquilinos, por carta o por otros medios, del nuevo escenario y de que, una vez finalizara el estado de alarma, se contactaría con ellos para tratar sobre su situación y, en su caso, proceder a un “reequilibrio de las condiciones de los contratos de arrendamiento durante el estado de alarma”.
En concreto, la empresa pública negociará con cada arrendatario el tratamiento de esas rentas no exigidas durante el periodo y, en su caso, una reducción parcial de las mismas en función del impacto que la pandemia haya producido en sus actividades. Los inquilinos cuentan con un plazo de un mes desde la publicación de la norma para pedir formalmente la negociación de las condiciones del contrato de alquiler.
Adif ha indicado que todo ello se realizará con “criterios objetivos, transparentes y no discriminatorios”, y “con un reparto equitativo del riesgo entre las partes”. El administrador de la infraestructuras ferroviarias ha recordado que la medida no solo se dirige a los locales comerciales de las estaciones de tren que han tenido que cerrar por la crisis, sino a todos los locales e inmuebles alquilados por la empresa que no estén en estaciones.
Medidas de seguridad
El ministro de Transportes ha visitado esta mañana la estación madrileña de Atocha tras supervisar las medidas de seguridad y prevención implantadas. “Muchas de estas medidas ya son para quedarse, las medidas de control de aforos y las relacionadas con la capacidad indudablemente se van a quedar para el futuro, porque dan más seguridad y confianza en los viajes”, ha dicho. Y ha añadido: “Otras serán coyunturales, y todo ello dependerá de nuestra capacidad para hacer frente al virus que sigue estando entre nosotros”.
En el caso del tren, el ministro ha indicado que la oferta diseñada por Renfe para la nueva normalidad, que es un 50% superior a la del estado de alarma pero aún de un tercio respecto a la prestada en condiciones normales, está por encima de la demanda y se irá ajustando a la evolución de esta.
En la estación de Atocha, considerada potencialmente “crítica”, Adif ha establecido un protocolo para limitar los riesgos con un algoritmo de acuerdo a las características de la estación y los flujos de viajeros, que impone una serie de barreras para garantizar que el peligro sea “tolerable”.
Las cámaras termográficas que se han instalado sirven para verificar el uso correcto de las mascarillas y para informar de la temperatura de los viajeros, que si es sospechosa se contrasta hasta tres veces antes de que bajen al andén. También se ha establecido un sistema de sensores para limitar el aforo en las salas de embarque, detectar aglomeraciones y tomar decisiones al respecto en tiempo real.
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