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Hernández de Cos justifica la nueva artillería del BCE por la necesidad de ahuyentar el riesgo de deflación

El gobernador del Banco de España apunta que se quiere evitar que la pandemia provoque una depresión que hunda los precios y salarios

El País
Pablo Hernández de Cos, designado como Gobernador del Banco de España
Pablo Hernández de Cos, designado como Gobernador del Banco de EspañaDANIEL SANTAMARIA

El incremento de la preocupación del Banco Central Europeo (BCE) por la creciente amenaza de deflación en la zona euro explica en parte la decisión de la institución presidida por Christine Lagarde de aumentar la potencia de sus medidas de estímulo, según ha señalado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en una entrevista con Bloomberg News.

“Estoy entre los que piensan que esta crisis es esencialmente desinflacionaria. Los riesgos deflacionarios han aumentado y esa es una de las razones por las que el BCE está tomando las medidas que está tomando, para garantizar que el riesgo no se materialice”, afirma Hernández de Cos. Los comentarios resaltan el temor de que la pandemia pueda llevar a la zona euro a una espiral de caída de precios similar a la depresión, y arrastre también a los salarios si no se contrarresta el golpe a la economía. El gobernador no descarta la posibilidad de que el Consejo de Gobierno del instituto emisor de la eurozona, dirigido por Christine Lagarde, discuta en el futuro la compra de bonos que queden por debajo del grado de inversión -los llamados ángeles caídos- como otra medida de estímulo.

“Cuando la incertidumbre es muy alta, por ejemplo, cuando existe el riesgo de baja inflación o incluso deflación, la respuesta de la política monetaria debe ser aún más contundente e incluso más rápida”, defiende Hernández de Cos, para quien “no tiene sentido dudar hasta el último minuto”, por lo que a la hora de intervenir apuesta por el lema de “cuanto antes mejor”.

Economía débil tras el confinamiento

Las decisiones del BCE del jueves fueron las últimas de una serie de movimientos sin precedentes de medidas de gasto por parte de las autoridades para salvar empleos y mantener a flote a las empresas. Hernández de Cos dijo que la demanda seguirá siendo débil en los próximos meses, incluso cuando se levanten las medidas de confinamiento. “Es probable que los consumidores se mantengan cautelosos y sigan ahorrando mientras se preocupan por perder sus empleos o la amenaza de un nuevo brote de coronavirus”, dijo, citando una alta correlación entre las tasas de desempleo y ahorro en España.

El BCE aumentó su programa de compra de bonos pandémicos en 600.000 millones de euros hasta los 1,35 billones de euros, y lo alargó, al menos, hasta junio de 2021. Esas compras tratarán de absorber las enormes cargas de deuda que los Gobiernos están acumulando. “Cuando la incertidumbre es muy alta, por ejemplo, cuando existe el riesgo de baja inflación o incluso deflación, la respuesta de la política monetaria debe ser aún más contundente y más rápida”, dijo Hernández de Cos.

El gobernador del Banco de España, de 49 años, al que Bloomberg considera ya como potencial candidato en el futuro a la presidencia del BCE, defiende que el instituto emisor de la eurozona puede alinear sus compras con la clave de capital más adelante, dentro de la vida del programa extraordinario de compra de activos por la pandemia, subrayando que esta no representa una restricción a corto plazo. “Ahora, lo importante es que vamos a seguir ejerciendo toda la flexibilidad del programa sin considerar la clave de capital como una restricción”, apostilla.

Pendientes de los bonos basura

Por otro lado, Hernández de Cos confirma que el Consejo de Gobierno del BCE no discutió ayer la posibilidad de comprar los bonos conocidos como ángeles caídos. “Obviamente, no significa que no lo discutiremos en el futuro”, apunta.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, Christine Lagarde indicó que el órgano rector del banco central no había discutido la posibilidad de adquirir en sus programas bonos con grado especulativo o 'bonos basura', aunque señaló que la institución seguirá observando la evolución de la situación y adoptando las medidas que considere apropiadas y proporcionadas.

"Hemos definido parámetros para nuestras compras. Queremos aislar la forma en que llevamos a cabo las políticas del efecto de la pandemia y evitar la prociclicidad autocumplida. Continuaremos observando la situación y tomando medidas apropiadas y proporcionadas", señaló Lagarde.

En su escenario central, con una gradual recuperación de la actividad a partir del tercer trimestre a medida que se levantan las restricciones y con un cierto impacto de la reaparición de infecciones en el futuro, el BCE prevé que el PIB de la zona euro caerá en 2020 un 8,7%, mientras que en 2021 rebotará un 5,2% y un 3,3% un año después.

Asimismo, según los pronósticos centrales de los economistas del BCE, tras la caída del 3,8% del PIB en los tres primeros meses de 2020, el desplome de la actividad alcanzará un récord del 13% entre abril y junio, con una gradual recuperación a partir del tercer trimestre, cuando la entidad espera una expansión del 8,3% del PIB de la zona euro, seguida de un crecimiento del 3,2% en los últimos tres meses de 2020.

Sin embargo, en caso de un rebrote sustancial de los contagios, la economía de la zona euro podría llegar a sufrir un desplome de hasta el 12,6% en 2020, con apenas una recuperación del 3,3% del crecimiento en 2021 y del 3,8% en 2022.

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