El comisario europeo de Presupuestos: “El fondo europeo de recuperación no es altruismo sino inversión”

El comisario europeo de Presupuestos, Johannes Hahn (62 años), es el máximo responsable del departamento de la Comisión Europea que ha elaborado contra reloj la veintena de proyectos legislativos imprescindibles para poner en marcha el fondo de recuperación económica y el nuevo marco presupuestario de la Unión Europea (2021-2027). Los 750.000 millones del fondo para paliar los daños económicos de la covid-19 y los 1,1 billones de euros del nuevo marco afrontan ahora una dura negociación entre los 27 Estados de la Unión. Pero Hahn confía en un pacto rápido dada la emergencia de la situación. “No hay tiempo que perder”, subraya durante una entrevista con EL PAÍS y otros seis diarios europeos.

Pregunta. Los números de su departamento describen un impacto devastador de la pandemia, muy superior a los 750.000 millones de euros. ¿Bastará con el fondo de recuperación?

Respuesta. No es solo el fondo, porque no hay que olvidar que va unido al Marco Financiero Plurianual, que también arranca en 2021 y que son 1,1 billones de euros. Y una gran parte de ese dinero son subsidios, en particular, en el área de la política de cohesión y de desarrollo rural. Así que todo junto son 1,85 billones de euros. Además, no hemos computado todos los apalancamientos que se podrán hacer a través del fondo. El instrumento de solvencia, por ejemplo, que permitirá recapitalizar empresas que no dispongan de margen presupuestario, estará dotado con 31.000 millones. Pero se utilizará para avalar préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) por lo que, tomando una hipótesis de multiplicador muy prudente, se puede llegar a movilizar 310.000 millones de inversión.

P. ¿Cree que existe riesgo de implosión del mercado interior sin esta intervención o esta tesis es solo una amenaza esgrimida por el Sur para lograr el fondo?

R. La tarea de la Comisión es velar por el buen funcionamiento del mercado único, no solo ahora sino también en el futuro. Y si actuamos con rapidez y prudencia, no se materializará ese riesgo de ruptura. Creo que Angela Merkel también lo ha entendido así y por eso ha aceptado nuestra idea [de un fondo con subsidios]. Alemania es la reina de las exportaciones, no solo en el mundo sino también en Europa. Y para exportar hace falta un mercado. Sin mercado no hay clientes. Por eso pienso que nuestra propuesta no es solo altruismo sino inversión. Ofrecer subsidios en esta situación debe entenderse como una inversión para el funcionamiento del mercado único. Y aparte de la obligación moral de ayudar a los demás, hay que tener en cuenta que en Europa solo cabe una recuperación. Si alguien piensa que cada país puede recuperarse a un ritmo diferente, no habrá recuperación para nadie.

P. Calculan que el 60% del fondo se desembolsará antes de finales de 2022. ¿Se establecerá un calendario para su gestión?

R. El dinero estará disponible durante cuatro años y el comienzo del desembolso dependerá de cuándo se nos dé la luz verde para acudir al mercado con emisiones de deuda. A partir de ahí, la ayuda se basará en los programas de reformas que presenten los Estados miembros y que, una vez negociados, se incorporarán a nuestro procedimiento llamado Semestre Europeo [de vigilancia económica]. Y el mejor escenario posible es que el grueso del dinero se desembolse entre 2021 y 2022 porque es cuando se producirá la mayor necesidad. Para que el dinero sea útil tiene que desembolsarse y usarse en los dos primeros años.

P. ¿A qué se refiere cuando habla de aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad?

R. Hay países que dependen en exceso de un solo sector, como Croacia, donde el turismo supone el 25% del PIB. En Italia o España no es tanto, están en otra categoría, con casi el 14%. En todo caso, un 25% es excesivo. Aumentar la resiliencia es diversificar la economía para no depender tanto, por ejemplo, de un sector tan vulnerable como el turismo donde un acontecimiento extraordinario puede poner en riesgo toda la temporada. No es agradable para nadie que en cada crisis siempre sean los mismos los que tengan que pedir ayuda al resto.

P. Han planteado la creación de nuevos impuestos para financiar el presupuesto. Pero muchos Gobiernos no están por la labor.

R. Han cambiado las circunstancias. Ahora nuestra propuesta incluye un gran endeudamiento y la cuestión es cómo amortizarlo. Y solo hay dos alternativas: o se aumenta la aportación de los Estados miembros, lo cual no parece muy probable, o se crean nuevos recursos a partir de nuevas fuentes de ingreso. De ahí que propongamos cuatro instrumentos ligados a nuestros objetivos climáticos y digitales. Una tasa derivada de la ampliación del mercado de emisiones, un arancel a las importaciones con mayor carga de dióxido de carbono, una tasa digital y lo que definimos como tasa del mercado interior para las grandes compañías que se benefician de un mercado de 450 millones de personas sin fronteras ni aranceles.

P. Algunos países, sobre todo del Norte, temen que este fondo se convierta en el primer paso hacia los eurobonos. ¿Les van a ofrecer alguna garantía de que no se convertirá en permanente?

R. Hemos dejado clarísimo que se trata de un complemento temporal al Marco Financiero. Durará cuatro años. Y eso aparece en los proyectos legislativos. Además, no daremos apoyo presupuestario ni financiaremos deudas pasadas. Se trata solo de captar el dinero necesario para capear esta crisis y ayudar a los países a ser más resistentes.

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