Marcel Jansen: “Nunca Holanda había estado tan aislada en la UE. Rutte calculó mal”
El economista holandés comparte las críticas a España por no haber hecho sus deberes fiscales, pero cree que lo prioritario ahora es que la UE garantice la protección a todos sus ciudadanos
La pandemia del coronavirus ha reabierto unas heridas entre el sur y el norte de Europa que aún no habían cicatrizado del todo tras la anterior crisis financiera. Marcel Jansen tiene un pie en cada bando. Este investigador holandés que vive en España desde hace 18 años impulsó una carta de 78 economistas neerlandeses que reclama al primer ministro, Mark Rutte, una respuesta europea a la crisis de la Covid-19 y solidaridad con los países más castigados.
Jansen (Veghel, 51 años) huye de los maniqueísmos. Comprende el rechazo de alemanes, holandeses y austriacos a mutualizar riesgos con unos países que no han hecho sus deberes de sanear las cuentas tras años de crecimiento. “No se fían”, resume. Pero insiste en que este no es el momento para analizar los fallos ajenos. Ahora, la emergencia social provocada por el virus exige que todos los socios puedan desarrollar un escudo social que proteja a sus ciudadanos. “Europa debe garantizar que todos los países desarrollen una respuesta eficaz”, dice desde su domicilio en Madrid, donde pasa la cuarentena tras notar síntomas de la enfermedad que se extiende por el mundo.
Este profesor de Economía en la Universidad Autónoma e investigador de Fedea especializado en el mercado laboral comprende la oposición del Norte a los eurobonos. “Lo que España pide sería un suicido político para Rutte y Angela Merkel. Holanda ha hecho recortes muy duros. Por ejemplo, no garantiza la revalorización de sus pensiones. Mientras, España mantiene el poder adquisitivo de todos sus pensionistas. Son cosas muy difíciles de explicar en el Norte. Pero más importante es que mutualizar la deuda generaría transferencias permanentes y requeriría una cesión de soberanía a Bruselas que no cuenta con apoyos suficientes en los Países Bajos”.
Lanzada la piedra contra España por la falta de reformas y el escaso compromiso por unas finanzas equilibradas, empieza con las críticas a su país. “Holanda casi siempre se equivoca en el tono, lo sé porque a mí me pasa casi todos los días en España. Los holandeses somos demasiado directos”, bromea. “Pero en esta ocasión también yerra en el fondo y en el diagnóstico”, añade.
Jansen pide un compromiso de los países del norte de Europa no solo como un gesto de solidaridad, sino en su propio interés. “La excesiva dureza con el sur en la anterior crisis generó un bajo crecimiento en toda Europa. El coste para todos será mayor si no hay ayudas contundentes. Lo más pragmático sería crear coronabonos, es decir, un fondo común que financie en función de las necesidades de cada país”, asegura. E introduce conceptos tabú hasta ahora en Berlín, La Haya o Helsinki: aparcar la deuda que se genere en el balance del BCE de forma perpetua o incluso condonarla. El objetivo es garantizar que todos los países impulsen los planes que necesiten sin generar un problema en la sostenibilidad de su deuda publica. “Son soluciones que no se han aplicado nunca”, explica.
Pese a comprender algunas de las reticencias de Rutte, Jansen cree que en esta ocasión ha jugado mal sus cartas. “Nunca Holanda había estado tan aislada en Europa. Merkel no fue tan tajante, ella abrió la puerta al Mede [el fondo de rescate europeo] sin demasiadas condiciones. Rutte calculó mal su mensaje de máxima dureza”. El propio líder holandés ha admitido que su Gobierno se excedió —el primer ministro portugués, António Costa, tacho de “repugnante” el mensaje de La Haya— y ahora ofrece una donación para los países más castigados, en la que Holanda aportaría unos 1.000 millones de euros. “Es una ocurrencia que no resuelve el problema. Rutte quiere saber cuánto le va a costar todo esto, y la factura de un instrumento como los coronabonos es incierta. Pocas veces me he sentido tan incómodo con la deriva de mi país”.
Para explicar la reacción holandesa tan virulenta, Jansen solo ve una explicación: “El Gobierno cree que España e Italia han tratado de aprovechar esta crisis para colarle los eurobonos, una reivindicación que el norte ya había rechazado de lleno”. Este economista cree que una de las consecuencias de las tensiones actuales va a ser la creciente presión para que Holanda acabe con las prácticas desleales que le convierten en una especie de paraíso fiscal. “Veo razonable que aumenten las exigencias del resto de Europa para que acabe con esto”.
Pero no solo los Países Bajos tendrán que moverse. “España deberá tomarse mucho más en serio la responsabilidad fiscal. Veo razonable que Alemania y Holanda exijan un compromiso a largo plazo de sostenibilidad de las cuentas y que quieran ejercer control”. Jansen no es partidario ahora de mecanismos permanentes como los eurobonos. “Si España no ha puesto en orden sus finanzas públicas, ¿lo haría con un mecanismo europeo como los eurobonos? Lo dudo”, concluye.
“El riesgo es que el Gobierno español se quede corto”
A los que exigen ya soluciones como los eurobonos, Marcel Jansen pide paciencia. “Ahora lo crucial es una respuesta coordinada para evitar riesgos en la salud. Y que los países pongan en marcha escudos sociales para proteger a sus ciudadanos”.
A Jansen le preocupa que el tamaño de esos escudos sea menor en Italia y España que en otros países del norte de la Unión por la debilidad de sus finanzas públicas. “La prioridad absoluta ahora son esos escudos. Inicialmente, la actitud de la vicepresidenta Nadia Calviño ha sido poco ambiciosa. El riesgo sería que el Gobierno español se quedara corto en las ayudas y complicara así la salida de la crisis”.
Este profesor en Madrid, licenciado en Maastricht y doctorado en Florencia critica que España no haya aprovechado los años de bonanza para crear los colchones fiscales para las épocas de crisis. Pero ahora no es esa la prioridad. “Frente a una crisis como esta, los españoles deben tener la misma protección que el resto de ciudadanos europeos”.
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