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La rebaja sorpresa de la Reserva Federal no frena la caída de los mercados ante el temor al coronavirus

El Dow Jones y Nasdaq caen cerca de un 3% pese a la decisión del banco central estadounidense de actuar por la crisis sanitaria

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, durante su conferencia de prensa sobre el impacto del coronavirus en la economía, este miércoles en Washington. En vídeo, un extracto de su comparecencia.Vídeo: Kevin Lamarque (Reuters) | EPV
Pablo Guimón

La Reserva Federal de EE UU (Fed) lidera la reacción de política monetaria ante la amenaza del coronavirus. Y lo hace por sorpresa: dos semanas antes de su próxima reunión, la Fed se convirtió este martes en el primer gran banco central en dar el paso para contener los daños económicos por la expansión de la crisis sanitaria global, siguiendo la estela de Australia. Tras la rebaja, no menor —medio punto—, la tasa de referencia queda en un rango de entre 1% y 1,25%. En la mente de los economistas subyace, sin embargo, una duda: al tratarse, fundamentalmente, de un problema de oferta, ¿será efectiva la política monetaria? La respuesta habitual es no. O, al menos, no tanto como cabría esperar de la mayor rebaja de tasas de una tacada desde la Gran Recesión.

En un primer momento, la medida fue acogida con fuertes subidas en Wall Street, que ya había repuntado antes del movimiento de la autoridad monetaria. Pero la alegría duró poco: en los principales índices estadounidenses volvían a imponerse los números rojos (el Dow Jones perdió 786 puntos, cerca de un 3% durante la sesión, una caída similar a la del índice de Standard & Poor’s y el Nasdaq), los mismos que sacudieron las principales plazas mundiales la pasada semana con una fuerza no vista desde 2008.

Ante esta avalancha de malos augurios económicos por la epidemia, la Reserva Federal ha actuado con contundencia, más de lo que esperaba la mayoría de analistas. Votado por unanimidad, se trata del primer recorte que se produce desde aquel 2008 de funesto recuerdo. La próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, encargado de dictar la política monetaria, estaba prevista para el 17 y el 18 de marzo.

Se trata, además, del recorte más contundente desde la crisis financiera: desde diciembre de 2008 todas las bajadas de tipos de la Fed habían sido de un cuarto de punto. Y a diferencia de entonces, cuando actuó en respuesta al hundimiento de los mercados tras el colapso de Lehman Brothers, ahora realiza un movimiento preventivo, sin esperar a que se materialice del todo la potencial caída por la epidemia global.

Horas antes de la decisión sorpresa de la Fed, el G7, el grupo que reúne a siete de las economías más poderosas del planeta, había deslizado su “compromiso” para “utilizar todas las herramientas apropiadas con el fin de lograr un crecimiento fuerte y sostenible y proteger a la economía de los riesgos a la baja”.

“El coronavirus plantea riesgos crecientes para la actividad económica”, dice en un comunicado la Fed, que asegura que está “monitorizando de cerca los desarrollos y sus implicaciones para las perspectivas económicas” y que utilizará sus “herramientas” y actuará “de manera apropiada para apoyar la economía”.

El presidente de EE UU, Donald Trump, había instado a la Fed a llevar a cabo un “recorte grande” de los tipos para compensar la ralentización. “El Banco Central de Australia bajó los tipos de interés y aseguró que probablemente los reduzca aún más para compensar la situación y el frenazo provocado por el coronavirus de China (...) Otros países están haciendo lo mismo, si no más”, afirmó en Twitter poco antes de conocerse la decisión de la Fed.

El virus ha sido el último argumento del mandatario en su ya larga ofensiva contra el organismo y su presidente, Jerome Powell, nombrado por él mismo en 2018. Pero a nadie se le escapa que en año electoral Trump busca, por encima de todo, evitar cualquier flaqueza de la economía: “Nuestra Reserva Federal nos tiene pagando tasas más altas que muchos otros, cuando deberíamos estar pagando menos. Es duro para nuestros exportadores y pone a EE UU en una desventaja competitiva. Tiene que ser al revés. Debería relajar y llevar a cabo un recorte grande”.

“Es un movimiento algo sorprendente, aunque solo hasta cierto punto”, valora Esty Dwek, jefa de estrategia global de Natixis IM. “La Fed había dado indicios de que iba a recortar tipos y había llegado un momento en el que cabía preguntarse que si la Reserva iba a recortar tipos, ¿para qué esperar hasta el 18 de marzo? Esta es una decisión que tiene mucho que ver con la estabilización de los mercados y con apoyar de manera preventiva a la economía”. En cambio, Dwek pone en duda la efectividad real de la medida. “Creemos que otros bancos centrales secundarán a la Fed, reduciendo tasas o agregando liquidez y brindando así un apoyo adicional a los mercados”, pero “los riesgos a la baja para la economía permanecen, con el brote aún extendiéndose, y los temores respecto al crecimiento persisten”.

En EE UU ya se han registrado seis muertes y más de un centenar de contagios, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El impacto económico de la expansión del coronavirus se ha hecho notar especialmente en las aerolíneas y las empresas turísticas, dado el descenso en los desplazamientos de personas. Los esfuerzos por contener la expansión del coronavirus en China, donde cerca de 3.000 personas han fallecido desde el inicio de la crisis a finales de 2019, han llevado a importantes caídas en la producción. China sigue concentrando la gran mayoría de los casos registrados, pero la epidemia se extiende ya por más de 65 países y la cifra de contagiados en el mundo roza ya los seis dígitos.

Movimiento del BCE

No es la única orilla del Atlántico en la que se empieza a mover ficha ante el avance de una enfermedad que ha puesto en guardia a la economía mundial: el BCE, con un margen de acción mucho más estrecho en política monetaria, ya está trabajando en medidas para proporcionar liquidez a las empresas afectadas por las consecuencias económicas del brote de coronavirus, según informó Reuters. Una de las posibles medidas podría incluir una operación de refinanciación a largo plazo dirigida a las pequeñas y medianas empresas, que pueden ser las más afectadas por la situación. La labor preparatoria llevará tiempo, así que no se espera una decisión inminente.

La presidenta del instituto emisor, Christine Lagarde, dijo a última hora del lunes que el banco está listo para tomar medidas “apropiadas y específicas”. Estas fuentes dijeron que aunque el BCE ya había hecho el trabajo preparatorio para tal programa, aún tiene que ser debatido por el Consejo de Gobierno y, por lo tanto, todavía se debe enfrentar a un análisis exhaustivo antes de su aplicación. La justificación de este plan es que las pequeñas y medianas empresas tienen por lo general un acceso más restringido al crédito y se sentirían más afectadas si la economía, como se teme, termina por contagiarse definitivamente de la crisis sanitaria.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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