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ROLAND BUSCH | CONSEJERO DELEGADO ADJUNTO DE SIEMENS

“Los autobuses autónomos harán más atractivo el transporte público”

Consejero delegado adjunto de Siemens. Busch defiende que las Administraciones locales tienen que cooperar más con las empresas para mejorar las infraestructuras urbanas

Josep Catà Figuls
Roland Busch, consejero delegado adjunto de Siemens.  
Roland Busch, consejero delegado adjunto de Siemens.  Juan Barbosa

La multinacional alemana Siemens, un conglomerado de empresas tecnológicas e industriales que lo mismo se dedica a la fabricación de trenes y turbinas como a la producción de electrodomésticos, tiene la vista puesta en el futuro de las ciudades. El consejero delegado adjunto del grupo, el físico Roland Busch (Erlangen, Alemania, 1964) también es director tecnológico y miembro del consejo de administración de Siemens AG. Su intervención en el último Smart City Expo World Congress, celebrado en Barcelona, generó mucha expectación. La empresa ha desarrollado una plataforma de software destinada a que las ciudades gestionen el transporte público y el tráfico mediante sus sistemas de señalización y sensores. El directivo de Siemens, una compañía con una facturación anual de casi 90.000 millones de euros, apuesta por continuar con la estrategia digital del conglomerado, y defiende que las ciudades tienen que cooperar más con las empresas privadas para mejorar en la gestión de las infraestructuras.

Pregunta. La mayor parte de las grandes empresas están apostando por una estrategia digital, por la electrificación y por ganar peso en la gestión de la ciudad. ¿Qué pueden hacer las compañías para desarrollar las llamadas ‘smart cities’?

Respuesta. Desde la perspectiva de la movilidad, que es la más desafiante, todas las empresas hablan de pasarse al eléctrico. Nosotros lo hacemos desde el principio, ya que todos nuestros trenes son eléctricos, excepto algunos diésel. Pero más que pasarse al eléctrico o reducir las emisiones, lo importante es tener una buena base de transporte público en las ciudades. Las urbes, normalmente con un espacio restringido, tienen que aumentar la capacidad de su transporte, y esto se consigue de dos maneras: habilitando trenes y autobuses autónomos, sin conductor, con lo que aumentas hasta un 15% la capacidad; y fomentando un mantenimiento de la infraestructura mediante la predicción tecnológica.

P. ¿Veremos autobuses de conducción autónoma?

R. No hay que imaginar todavía autobuses autónomos conduciendo por toda la ciudad, esto todavía no lo veremos, pero sí flotas de autobuses autónomos que vayan por líneas diseñadas para ellos. Estos sistemas, que ahora están en prueba, necesitarán la infraestructura adecuada y segura, y llevarlos a cabo ayudaría mucho a la gestión del tráfico y al coste. Sin el conductor, que cuesta buena parte de la inversión en un autobús, puedes plantearte tener flotas de autobuses más pequeños —ahora son tan grandes porque hay que cubrir los costes del conductor—, pero que pasen con mayor frecuencia. Esto haría al transporte público mucho más atractivo para los usuarios.

P. ¿Y el coche privado o las flotas de vehículos con conductor?

R. Las flotas de coche son muy convenientes para las ciudades, pero al final no hacen que se reduzca tanto el tráfico. Las ciudades en las que empresas como Uber tienen mucho peso sufren más tráfico. Por eso creo que, en un futuro, no dejaremos de ver coches hasta que haya una gran infraestructura de transporte público.

P. ¿Cómo tienen que ser las ciudades en cinco o diez años?

R. Tienen que tener una buena base de transporte público, una buena gestión de los aparcamientos, y un buen sistema para poner precio a las calles y carreteras según el tráfico que tienen. En Londres se hace, tienes que pagar para circular, dependiendo del tráfico: en las horas punta aumentas el precio e incentivas que la gente vaya en transporte público. Si haces esa combinación, creo que las ciudades van a crecer mejor y van a ser un espacio más agradable, porque también habrá menos emisiones.

P. Para desarrollar ideas como la del coche autónomo, es necesario que esté desplegada la tecnología 5G. ¿Cuándo estará lista?

R. La 5G es una tecnología habilitadora y lo más importante es la baja latencia. Si quieres tener un coche autónomo no puedes tener algunas veces 5G y algunas veces no. Cuando tengamos desplegada esta tecnología, más pronto que tarde, tendremos una manera de conectar mejor los dispositivos, y hacerlo más barato.

P. ¿Qué hace Siemens para ser un actor importante en esta transformación?

R. Nosotros hacemos trenes, sistemas de señalización, de gestión de tráfico, de monetización de las carreteras, detecciones de conductores que no pagan, y estamos trabajando en un proyecto piloto de una infraestructura que debería apoyar el autobús autónomo. Así que venimos del mundo de las infraestructuras del tren y de las carreteras, y proveemos a las ciudades en este sentido. Por último, y muy importante, también proveemos plataformas de software para centralizar la gestión de toda la infraestructura de transporte y tráfico.

P. ¿Cuál tiene que ser la relación entre instituciones públicas y compañías, en lo que se refiere a la gobernanza de las ‘smart cities’, por ejemplo en la protección de los datos?

R. Las ciudades, y también las compañías, tienen que ser muy transparentes en lo que se hace con los datos. La privacidad tiene que ser respetada, con lo que la gobernanza es muy importante. También es muy importante la ciberseguridad, para que, por ejemplo, el sistema de transporte público no sea atacado. Por eso, Noruega escogió a Siemens para gestionar la infraestructura de ferrocarriles, porque proveemos una solución que es segura.

P. ¿No es peligroso tener a una sola compañía en la gestión del transporte, el tráfico y los datos?

R. Si una ciudad quiere usar un sistema como el que ofrecemos, un sistema operativo de la ciudad, hay que quitar el miedo de que los clientes estén registrándose en una tecnología y que vaya solo a una compañía. Nosotros decimos que este sistema operativo no es más que una fina capa de tecnología. A partir de ella, puedes usar nubes diferentes, productos o aplicaciones de distitas empresas. Esto significa que empiezas en un sitio, tienes una propuesta válida, por ejemplo nuestra infraestructura de autobuses autónomos, pero luego esto es una plataforma que se abre y puede contener diferentes proveedores y aplicaciones. Sabemos que tiene que ser un sistema abierto, pero también tiene que ser un sistema que, volviendo a la gobernanza, sea lo suficientemente fuerte como para tener un alto nivel de seguridad.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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