Ryanair atribuye los recortes en Girona a los problemas del Boeing 737 MAX
La aerolínea niega coacciones a la plantilla y defiende que todos los cambios del nuevo contrato están “dentro de la legalidad”
Los máximos responsables de Ryanair mantienen que los recortes en el Aeropuerto de Girona y los cierres de otras bases, como las de las Canarias o varias de Alemania, todas ellas no rentables, son “decisiones comerciales” derivadas de la imposibilidad de contar con los nuevos Boeing 737 MAX —cuya producción está suspendida tras dos accidentes mortales— y en ningún caso por conflictos con los sindicatos. Además, la compañía irlandesa niega haber coaccionado a los trabajadores de la plantilla de Girona y sus representantes aseguran estar tranquilos con la investigación de la Inspección de Trabajo española: todas las medidas adoptadas cumplen, afirman, con la legalidad española. El director de Marketing de Ryanair, Kenny Jacobs, ha desvinculado la firma o no de convenios con la Generalitat de Cataluña a la futura continuidad de la base y se ha mostrado dispuesto a participar en cualquier concurso para las aerolíneas que saque el Govern, con quien se han reunido este miércoles y han dicho tener “una buena relación”.
El jefe de Recursos Humanos de la compañía, Darrel Hughes, ha negado este miércoles en una rueda de prensa en Barcelona haber “coaccionado” a los 164 trabajadores de la base de Girona como han denunciado los sindicatos y ha afirmado que todas las cláusulas del nuevo contrato que se han hecho de acuerdo con la ley española. En cuanto al anexo que se les hizo retirar a algunos empleados, tanto pilotos como tripulantes de cabina, si querían seguir trabajando en la compañía, ha especificado que “no es una negociación, es un contrato muy simple, se acepta o no, y la gran mayoría lo ha hecho”. Sin querer facilitar cifras, Hughes ha asegurado que “más de 100" lo firmaron y que serán "suficientes" para garantizar el funcionamiento de la base. La empresa no prevé, por tanto, nuevas contrataciones para reemplazar a los que se irán a la calle el 8 de enero, pero no descarta que puntualmente opere también personal de otras bases. También ha reconocido haber recibido una carta de Inspección de Trabajo del Ministerio y ha sostenido que “se les va a entregar toda la información que solicitan”.
En cuanto a la nueva modalidad de contrato, que pasa de fijo a fijo discontinuo, la dirección de Ryanair sostiene que “son contratos estacionales muy normales en el sector del turismo en España". “No va a pasar ni en Barcelona ni en Madrid, son problemas de estacionalidad”, ha remarcado Hughes. Ryanair sí reconoce que este tipo de contratos se han firmado ya en algunos aeropuertos de Portugal e Italia y que se ha empezado a hacer con nuevos empleados del aeropuerto de Palma de Mallorca, del que, sostiene, “no hay planes de convertirlo en estacional”.
Además, la empresa asegura que, al contrario de lo que dicen los sindicatos, "la antigüedad de los trabajadores no se ve afectada por los nuevos contratos, por mucho que se hagan contratos discontinuos, la fecha de entrada del trabajador en el empresa es la que fue el primer día". También sostienen que no se ha modificado la categoría de los tripulantes de cabina de pasajeros. Tampoco han querido especificar cuantos empleados de los tres aeropuertos que cerrarán de Canarias se han acogido a un traslado –que implica en la mayoría un cambio de país- y ha apuntado que aunque intentan reubicarlos en otras bases, “no tenemos tantas vacantes como quisiéramos”, también por culpa de los MAX".
En la base de Girona, ha detallado Jacobs, este verano habrá 41 rutas y un avión en invierno y 5 en verano —como este año—, pero esta cifra podría reducirse tanto al principio como al final del verano. Además, la compañía abre la puerta a que, además de Ryanair, operen sus filiales Laudamotion o Buzzair y Malta air, como ya está haciendo en otros aeropuertos.
Desde que Ryanair aterrizó en España a través de Girona es la primera vez que va a decrecer: en 2020 prevé transportar 51 millones de pasajeros en todo el país —una caída anual entre un 1,5% y un 2%— y 9,3 millones en Cataluña —entre un 3% y un 4% menos— por los problemas derivados de la cadena de suministro del 737 MAX. En Cataluña había crecido un 12% en los últimos cuatro años. En Girona la caída superará el 21%. España representa el 33% del tráfico de Ryanair y Cataluña, el 6%. El año que viene Ryanair tenía previsto recibir 58 nuevos MAX, cifra que ahora pasa a, como mucho, 10 aparatos. La única cifra positiva está en Europa, con un crecimiento del 2%, aunque sostienen que lo normal sería estar entre un 8 y un 10%.
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