Guindos anticipa un rebote de la economía de la eurozona a mediados de 2020
El vicepresidente del BCE considera que se han disipado algunos peligros, como un Brexit desordenado o una guerra comercial a gran escala
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, pronosticó ayer que la economía de la eurozona tendrá un rebote a mediados de 2020. Según el exministro de Economía español, se producirá un crecimiento muy bajo de la economía, del entorno al 1%. Guindos también destacó del riesgo que puede surgir de una crisis de los fondos de inversión y defendió la privatización de Bankia sin ponerle fecha.
“Se están produciendo señales de estabilización a niveles reducidos, la desaceleración que se inició a principios de 2018 está tocando fondo y los riesgos para el crecimiento, como un Brexit desordenado y la guerra comercial, no se han materializado, mejorando la percepción de los mercados”, manifestó Luis de Guindos en un desayuno organizado por Nueva Economía Forum.
El exministro aseguró que la política monetaria sigue teniendo margen de actuación, aunque subrayó que cada vez es más evidente “el impacto de los efectos colaterales de las medidas implementadas son muy importantes” y que “no puede ser el último instrumento de actuación”. Por eso, añadió, “pedimos que haya una política fiscal coordinada y reformas estructurales”.
En ese sentido, hizo hincapié en la necesidad de tener una política fiscal común que se pueda combinar con la política monetaria y poder abordar actuaciones para crear un mercado de capitales propio que sustituya al de Londres tras la salida del Reino Unido de la UE. A su juicio, estos son buenos porque eliminan la incertidumbre, aunque reconoció que se abre un nuevo periodo de negociaciones en el ámbito comercial y financiero “que no va a ser fácil”, precisamente por las obligaciones que plantea.
El vicepresidente del BCE, por otra parte, advirtió de que el principal riesgo con que se enfrenta la zona euro viene de los fondos de inversión y su capacidad para enfrentarse a la gestión de los activos. Esto, a su juicio, puede provocar una alta iliquidez y una crisis de gestión de la cartera, lo que obliga a medidas macroprudenciales. Según las palabras de Guindos, la próxima crisis no provendrá de los bancos, sino de los fondos por esa razón.
Guindos eludió hablar del posible impuesto a la banca que se ha planteado en la formación del nuevo Gobierno en España. “Esas medidas corresponden a los Gobiernos y no al BCE, además no quiero dar una opinión sin conocer el contenido”, respondido a preguntas sobre el tema. Y sobre la posibilidad de fijar un impuesto a las transacciones financieras, ha señalado que, a raíz del Brexit, el Reino Unido va a tratar de ser “muy competitivo” en el sector por lo que habrá de prestar mucha atención a los potenciales cambios que se van a producir en el mercado de capitales.
Futuro de Bankia
Guindos recibió muchas preguntas sobre el futuro de Bankia, principalmente por el planteamiento de Unidas Podemos de mantenerlo como banco público. El exministro manifestó al respecto que “lo lógico sería acabar privatizándola”, recordando qu el acuerdo que se alcanzó cuando se hizo el rescate de la entidad recogía algunas condiciones en ese sentido. Luego zanjó: “España sigue sujeta a un proceso de supervisión, que no es tan estricto como era hasta que la reestructuración del sistema financiero finalizó, la posición del BCE y la Comisión Europea es clara al respecto. No tengo nada más que decir”.
Pero sí dijo que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), propietario del 61% de Bankia, debería propiciar una fusión de la entidad bancaria con otra. “No entramos absolutamente en las decisiones de las entidades. No tengo más que decir”, añadió.
En ese capítulo de concentraciones, se mostró a favor de que se produzcan. “Lo lógico sería que hubiera fusiones trasnacionales de las grandes entidades mientras para las entidades medianas lo razonable sería abordar uniones domésticas”, apuntó sin dar nombres y tras decir que “la consolidación es importante porque hay exceso de capacidad y de costes”.
Sobre la crisis del Banco Popular, que se produjo bajo su mandato en Economía, Guindos defendió su gestión. “El banco vivía una situación de alarma que era pública con un rating a la baja. Había dos soluciones: liquidarlo con el cierre de las sucursales, lo quie habría supuesto la intervención del Fondo de Garantía de Depósitos con 25.000 millones de euros, o hacer lo que se hizo, con lo que no se salvó a los accionistas, sino que se salvó a los depositantes”.
Ante una pregunta por la formación de Gobierno en España y la posibilidad de que un Ejecutivo de izquierdas “no ayude” a la recuperación de la economía, se ha limitado a señalar que el BCE quiere que “todos los Gobiernos” de la zona del euro sean “estables, predecibles y apliquen las medidas económicas adecuadas”. Y sobre Cataluña, recalcó que su opinión es que "lo mejor para todos, para España, para Cataluña y para la Unión Europea" es que Cataluña siga formando parte de España, "como siempre ha sido y será".
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