La economía, el arma de doble filo para que Trudeau repita mandato en Canadá
El país acude a las urnas el próximo 21 de octubre en pleno crecimiento, pero con algunos desequilibrios
Los canadienses tienen cita en las urnas el próximo 21 de octubre. Los liberales de Justin Trudeau buscan la reelección frente a los conservadores, con quienes mantienen una aguerrida pelea en las encuestas. El 6 de septiembre, cinco días antes del inicio de la campaña electoral, los analistas del Banco Imperial Canadiense de Comercio publicaron un informe sobre los comicios. En él afirman que, pese a que la economía local muestra aún buena salud, existen temas en este ámbito que pueden tener su impacto electoral. Entre ellos citan el incremento del precio de la vivienda de los últimos años, la presión fiscal, el nivel del gasto público y las políticas medioambientales.
Las grandes cifras hablan de una economía robusta. Deloitte y la Conference Board of Canada —un grupo de especialistas centrado en el análisis económico— predicen que el país crecerá el 1,6% en 2019. El desempleo actualmente está en el 5,7%, rozando mínimos históricos. “Este año se han creado unos 400.000 empleos, sobre todo en áreas bien remuneradas, como son la tecnología y la ciencia”, comenta Pedro Antunes, economista en jefe de la Conference Board. A su vez, Canadá tiene la deuda neta respecto al PIB más baja del G7 y forma parte del limitado grupo de países con la máxima calificación crediticia (triple A).
Con una economía casi en pleno empleo, la mano de obra empieza a ser un problema: diversos sectores requieren de un número considerable de trabajadores que, por el momento, no son capaces de captar. “Hay crecimiento económico y también cambios demográficos. Vemos restaurantes que ya no sirven desayunos por falta de personal y camiones de carga parados durante días. Según nuestro informe del segundo trimestre de 2019, hay 429.300 puestos vacantes en el sector privado. Son puestos que están libres desde al menos cuatro meses”, afirma Simon Gaudreault, director de investigación de la Federación Canadiense de Negocios Independientes. “No existe una solución al problema. Necesitamos invertir en formación, incentivar que más trabajadores con experiencia vuelvan al mercado laboral, contratar a más inmigrantes reduciendo las trabas burocráticas. También las compañías deben mejorar los procesos de selección”, añade Gaudreault.
Los impuestos de los canadienses sirven para alimentar una reconocida red de ayudas y servicios públicos. Un ejemplo es el conjunto de prestaciones para familias con niños, puesto en marcha por Trudeau, y que los conservadores dicen que respetarán en caso de triunfo. En la campaña, los dos principales partidos han prometido bajar discretamente las tasas impositivas para los hogares con ingresos modestos; también han señalado que concederán ventajas fiscales para las familias que adquieran una primera propiedad. No obstante, otros temas fiscales preocupan. “El 99% de las empresas canadienses son pequeñas o medianas. Hay aspectos que deben modificarse para adaptar la política fiscal a esta realidad”, afirma Simon Gaudreault.
Cuentas públicas
Trudeau prometió lograr el equilibrio presupuestario en 2019, algo que no ha ocurrido. En su programa de campaña, ha manifestado que seguirá financiando diversos programas y obtendrá nuevos recursos (por ejemplo, al gravar las actividades de las grandes firmas de Internet). Sin embargo, no se ha referido nuevamente a la meta del déficit cero. Por su parte, los conservadores prometen alcanzarlo, aunque dentro de cinco años. Pese a que la deuda federal ha aumentado, también se ha reducido su ratio respecto al PIB. Actualmente representa el 31%, mientras que en 1994 rondaba el 70%.
Aunque la economía canadiense crece, es verdad que lo hace a menor ritmo que otros años. Si en 2017 el PIB avanzó un 3%, en 2018 lo hizo al 1,9% y este año lo hará al citado 1,6% “Los resultados más discretos se han dado sobre todo en los sectores que tradicionalmente han sido la fuerza económica de Canadá: minero, petrolero, manufacturas. El nivel de inversión ha sido bajo y somos menos competitivos por ciertos factores fiscales”, dice Antunes. “También ha tenido que ver el acceso al mercado de Estados Unidos. No se puede ocultar que dicho acceso ha cambiado con la actual Administración estadounidense y, de igual forma, la renegociación del acuerdo comercial norteamericano [T-MEC] añadió incertidumbre entre los inversores”, añade.
Canadá firmó el T-MEC, aunque deberá ser ratificado por el Parlamento que surja tras las elecciones. Algunos expertos creen que los liberales lograron un buen acuerdo en función de las circunstancias; es decir, teniendo en cuenta las presiones y ambiciones de la Casa Blanca. Sin embargo, otros analistas han lanzado airadas críticas. Andrew Scheer, líder del Partido Conservador, catalogó el nuevo marco comercial como una “humillación histórica” para Canadá, sobre todo por las concesiones en el sector lácteo. La dependencia comercial a Estados Unidos es un asunto que preocupa desde hace años (75% de las exportaciones tienen ese destino). La cercanía geográfica y el tamaño del mercado estadounidense son elementos atrayentes, pero los canadienses buscan multiplicar sus posibilidades de hacer negocios. De ahí que el país firmara el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y el Tratado Transpacífico. El siguiente paso sería China, un objetivo de Trudeau desde su llegada al poder.
“Es el segundo destino en importancia de nuestras exportaciones. Representa alrededor del 4%, poco en comparación con Estados Unidos, pero es un mercado en crecimiento”, apunta Antunes. Sin embargo, la detención en Vancouver el 1 de diciembre de 2018 de Meng Wanzhou, vicepresidenta de Huawei, a petición de los estadounidenses por supuestamente cometer fraude y violar las sanciones impuestas por Washington a Irán, evaporó el proyecto de Trudeau. Un coletazo en la guerra comercial entre las dos potencias golpeó a Canadá. Pekín ha tomado represalias por la detención. Por ejemplo, suspendió las importaciones de colza y carne canadienses, aunque aduce motivos relacionados con etiquetado y riesgos sanitarios.
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