Matutes hijo, el rey de los negocios en Ibiza
El primogénito del clan Matutes ha consolidado la internacionalización de la marca hotelera Palladium Hotel Group
Si uno se pasea una noche de verano cualquiera por el puerto de Ibiza, los animados relaciones públicas de las discotecas más conocidas le ofrecerán entradas para las fiestas y largas sesiones de música de madrugada en los clubes más importantes. Un monopolio de pocos que en 2011 tuvo que dejar hueco al que hoy en día es uno de los grandes escenarios de la música en directo en la isla blanca y que llegó con un cambio de concepto que aunó en un mismo espacio la experiencia de la fiesta ibicenca con los servicios de un hotel de lujo. Ushuaia Ibiza Beach Hotel es la joya de la corona de la larga lista de negocios de Abel Matutes Prats, primogénito del alcalde franquista de Ibiza y exministro de Asuntos Exteriores del mismo nombre, que tomó hace más de una década el control de la división hotelera de la familia con el objetivo de dar una vuelta al modelo de sol y playa.
Abel Matutes Prats continúa la tradición y la saga se renueva y multiplica. Los Matutes siguen ahí, poderosos y globales, sin perder sus raíces en Ibiza. Fueron navieros, constructores, urbanizadores, banqueros locales y políticos desde el siglo XX. El negocio del ocio y el turismo les hizo pioneros hoteleros y discotequeros. Ahora el nuevo rostro del lujo se expande desde Sicilia hasta México, pasando por Cabo Verde y los nuevos hoteles de ciudad en España. Casado, con cuatro hijos y decenas de negocios que abarcan desde los hoteles y restaurantes a las empresas de eventos y las productoras, es imposible desligar su apellido a la isla de Ibiza.
Su padre fue alcalde de la ciudad durante el franquismo y su vinculación con el PP de José María Aznar y el modelo de expansión urbanística de la época le granjearon la antipatía de los ecologistas, pequeños empresarios y buena parte de la izquierda pitiusa. “El padre ha encontrado en el hijo un sucesor con olfato para estos negocios”, afirma un veterano político socialista de la isla, que cree que el primogénito del clan ha hallado con la reinvención hotelera orientada al lujo la gallina de los huevos de oro, que sustituyó la intención inicial de su padre de apostar por la construcción de nuevos campos de golf.
“Pesar, el apellido no pesa, para mí es un orgullo. Puede pesar en el sentido de que me hace ser más exigente conmigo mismo. No voy a mentir, el apellido seguramente abre unas puertas y cierra otras”, afirma Matutes Prats. Dicen algunos que en Ibiza no se mueve ni un documento sin que lo sepa la familia Matutes, en el negocio turístico desde los años 60. Un extremo que el empresario achaca a la leyenda “de que estamos en todo” y que desecha afirmando que su única dedicación es trabajar para que los hoteles evolucionen “de la mejor forma posible”. “La gente tiene a veces un poco idealizado el tema de dónde estamos y dónde no estamos”.
Gestor desde hace más de una década de la marca hotelera Palladium Hotel Group, que cuenta con más de 50 establecimientos y 12.000 empleados en seis países, es en el negocio del alojamiento donde más cómodo se encuentra, lo que le ha llevado recientemente a lanzar la marca Bless Collection Hotels orientada al viajero urbano y con visos de expansión. Además de a firmar una joint venture esta misma semana con la gestora Azora para invertir 500 millones de euros en hoteles.
“Matutes Prats ha aportado la innovación a su marca. Es un digno heredero de su padre, una persona muy creativa que creó sobre todo un concepto diferente en un determinado momento”, afirma Juanjo Riera, histórico presidente de la federación hotelera de la isla. Son precisamente la innovación y la calidad sus principales apuestas en un mercado en el que considera que España no puede competir en bajo coste. Es partidario de intentar ofrecer “más calidad y experiencias diferentes” porque, en precios y número de pernoctaciones, el destino está “a punto de tocar techo”. “No digo que el modelo de sol y playa haya quedado obsoleto porque sigue siendo rentable para algunas personas, pero sí que es un modelo que tiene muchas debilidades a la hora de competir con otros mercados”, sostiene.
Sus anhelos de expansión se reflejan en un carácter emprendedor que le ha llevado a tocar otras teclas además de la turística. Con su socio en el mundo de los negocios Manuel Campos, con el que comparte la sociedad Mabel Capital, ha puesto en marcha la marca de restaurantes Tatel, que ha logrado implicar a deportistas como Cristiano Ronaldo o Rafael Nadal. “Mi vocación frustrada es la Fórmula 1. No es una cuestión de que yo me haya sentido atraído por deportistas, han sido avatares de la vida, a veces los conoces, vas haciendo cosas, te confían sus ahorros y se van haciendo proyectos”, dice el empresario. En los últimos meses también ha centrado sus objetivos en el negocio de la producción de eventos y en las inversiones inmobiliarias que realiza a través de Mabel Capital y que en los próximos meses le llevarán a desarrollar un nuevo proyecto en la Costa del Sol.
Sin aspiración política
El deseo de innovar y de ir más allá de lo que conoce no parece que le vaya a dar impulso para dar el salto a la política y alcanzar la figura de su padre, vinculado al PP hasta 2008 cuando se dio de baja del partido para defenderse en los tribunales de las acusaciones de enriquecimiento durante la construcción de las autovías de la isla. Matutes Prats se siente atraído hacia la política como ciudadano porque cree que al final “influye en todos los ámbitos de la vida” y por eso considera importante entender sobre el tema “y no estar desconectado”. “Creo que si todos entendiésemos un poquito más de política a todos nos iría un poco mejor y, sobre todo, nos iría mejor como país. Hay que ser responsables de lo que se vota y por qué se vota. Dicho esto, no tengo pensado meterme en política”.
A pesar de ello, son constantes sus opiniones sobre la actualidad a través de redes sociales como Twitter, donde sostiene que ha intentado siempre hablar de temas “en los que nos estamos jugando mucho como país y en los que a veces estamos cometiendo errores ya repetidos”. El asunto catalán es uno de los avatares políticos que le traen de cabeza. “Creo que en algunos casos el empresariado catalán estuvo demasiado pasivo, por eso también pienso que hay momentos en los que uno, a nivel personal, tiene que mojarse”, subraya el empresario. No duda en polemizar sobre el tema a través de su perfil de Twitter, ya sea apoyando al periodista Federico Jiménez Losantos cuando llamó golpista por el tema catalán al Papa Francisco; atacando las bajadas de impuestos de la izquierda o retuiteando con entusiasmo a dirigentes de Vox. “Puede ser que me pase factura manifestar mi opinión respecto a determinados temas. La verdad es que hay que aprender a ser menos activo”, reconoce.
Desde hace años tiene su residencia fijada en Madrid, donde vive con su mujer Linda Scaperotto y sus cuatro hijos. “Dejas cosas de lado que te dan pena. Lo que intento es tener tiempo de calidad cuando estoy con ellos”, lamenta el primogénito y único varón de los cuatro hermanos Matutes. Ibiza la observa desde la lejanía, como la isla que es. “Desde la distancia se ve incluso más idílica que cuando estas dentro”, concluye.
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