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El FMI advierte sobre la acumulación de vulnerabilidades financieras

Las recientes turbulencias en los mercados no frenaron la asunción de riesgos por parte de los inversores

El consejero delegado de la química Dow se fotografía en el parqué
El consejero delegado de la química Dow se fotografía en el parquéRichard Drew (AP)

Las vulnerabilidades en el sistema financiero mundial se apilan mientras la asunción de riesgos aumenta. Y aunque el Fondo Monetario Internacional asegura que no se está aún en una situación de gravedad como para tener que activar las alarmas, sí advierte de que si estas debilidades elevan los riesgos y podrán provocar que la desaceleración económica que se vaticina sea aún más profunda en el futuro.

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El FMI cita en concreto los altos niveles de endeudamiento corporativo en Estados Unidos, la deuda soberana que inunda los bancos europeos y la caída de la rentabilidad del sector bancario chino, donde los pequeños prestamistas acusan niveles muy bajos de capitalización. Y todo esto se da en un escenario en el que la economía global se modera y en el que las condiciones financieras son muy favorables.

La situación financiera actual, según el FMI, es benigna. Los mercados repuntaron con fuerza en el arranque de 2019 por el optimismo respecto a la negociación comercial entre EE UU y China así como por la política más flexible de los bancos centrales. “Eso ha ayudado a que perdure una actitud positiva pese a las señales cada vez más claras de una desaceleración del crecimiento mundial”, apunta.

La incertidumbre que se apoderó del mercado a final del pasado año, sin embargo, no fue suficiente como para frenar de forma sustancial la acumulación de vulnerabilidades en los sectores de la deuda soberana, empresarial y las instituciones financieras no bancarias. Es decir, una desaceleración económica significativa o un endurecimiento marcado de las condiciones financieras provocará una revaluación del riesgo.

“La buena noticia”, afirma el director de mercado de capitales del FMI, Tobias Adrian, es que los riesgos a corto plazo están a niveles históricamente bajos. Pero también indica que crecieron respecto a hace seis meses. A medio plazo, añade, son “elevados”. El temor es que este cúmulo de debilidades y la laxitud financiera contribuya a alimentar una caída aún más pronunciada de la economía en un escenario adverso. "No hay margen para la complacencia", advierte.

Deterioro de la solvencia

La vulnerabilidad más seria en las economías avanzadas está en el mercado de deuda corporativa en economías que representan el 70% del PIB mundial, como EE UU y la zona euro. “Los bonos BBB cuadruplicaron y los créditos con grado especulativo duplicaron desde la crisis”, señala el organismo. Es decir, se está produciendo un deterioró en el grado de solvencia. Eso podría dificultar el pago las deudas y forzar a cortar inversiones y empleo si la actitud positiva de los inversores se deteriora.

En la zona euro, los restos fiscales que afrontan algunos países podrían provocar un rápido incremento en los tipos de los bonos. Un cambio en la valoración de la deuda soberana, advierte, resultaría en pérdidas para los bancos en países como España, Italia o Portugal. Es precisamente la dinámica que se vivió en 2011 cuando estalló la crisis de la deuda. El FMI señala, en todo caso, que los niveles de capitalización son muchos más altos y los balances más saneados.

Sobre los desequilibrios financieros en China, considera que las autoridades en Pekín están ante un escenario difícil porque las vulnerabilidades van en aumento y una mayor distensión monetaria para respaldar el crecimiento podría incrementarlas. “El continuo crecimiento del crédito podría entorpecer o impedir el saneamiento de los bancos y exacerbar los sesgos en la asignación de crédito”, advierte el informe.

Dilema

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, aplaudió la semana pasada la decisión de la Reserva Federal y de otros bancos centrales de seguir una estrategia de paciencia en la normalización monetaria. Eso permite compensar los riesgos negativos de la desaceleración. Pero esto plantea un dilema. “Si los tipos siguen bajos demasiado tiempo”, advierten sus técnicos, “crecerán las vulnerabilidades”.

“Las vulnerabilidades financiera pueden amplificar el impacto de un cambio inesperado de política monetaria, una escalada de las tensiones comerciales o una moderación más brusca del crecimiento”, explica el funcionario. Por eso pide a los países que controlen estos puntos débiles y adopten medidas preventivas para mitigar los riesgos al tiempo que se procura evitar una desaceleración económica más drástica.

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